La denuncia contra la jueza penal de Comodoro Rivadavia, Mariel Suárez, se conoció el lunes 3 de enero de 2022, ya que las imágenes del video sobre su polémica visita al preso Cristian ‘Mai’ Bustos’, condenado por homicidio pocos días antes de esa fecha, se registraron entre el 29 y 30 de diciembre de 2021. Aunque la acusación inicial fue por un contacto inapropiado con el reo al que ella misma había condenado, según se observa en el video captado por cámaras de seguridad del Instituto Penitenciario de Trelew, la magistrada enfrentará un juicio de destitución al comprobarse que mintió para faltar a una audiencia que debía presidir cuando estaba de turno en Comodoro Rivadavia, entre otras irregularidades que se desprenden de aquella polémica conducta.

El escándalo de la jueza que besó al preso se conoció en todo el país y fue uno de los de mayor repercusión desde las primeras horas hábiles de 2022, ya que las imágenes muestran la inusual cercanía entre una jueza y un preso que, para más detalles, cargaba en ese momento con dos condenas por homicidio.

La primera sentencia fue por el asesinato del bebé de su pareja, perpetrado en el año 2005, hecho por el que huyó de la localidad de Corcovado dos años después, cuando cumplía prisión domiciliaria a la espera del juicio.

El segundo crimen, vinculado al primero, ocurrió en 2010, cuando una comisión policial fue a detener a Bustos, enterada de que el prófugo había vuelto a la casa de su padre y hermanos. En esa circunstancia, Bustos hirió a gravemente a un policía y dio muerte a otro, identificado como Tito Roberts, en un tiroteo en el que pudo cubrir su nueva huída, para quedar prófugo por otros 10 años.

Cuando Bustos fue juzgado por el tribunal que integraba Suárez, ésta fue la única de las 3 juezas que en lugar de condenarlo a prisión perpetua optó por una pena menor, de 8 años de prisión, por entender que la condena a perpetua “equivale a condenarlo a muerte”. Al mismo tiempo, la polémica jueza enumeró una serie de argumentos para cuestionar el accionar policial el día que fueron a detener al homicida, que ya en ese momento era prófugo de la justicia por el crimen de un bebé de 9 meses de edad.

El escándalo de los besos

Desde un primer momento, el escándalo impactó en los medios nacionales por las imágenes que muestran a la jueza sentada en el piso junto a Bustos, mientras en la secuencia de imágenes se observa en un momento un acercamiento de la magistrada hacia el reo, que parece reflejar un beso entre ambos.

El beso fue captado por las cámaras de seguridad.
El beso fue captado por las cámaras de seguridad.

La cercanía y la declaración de que se besaron en la boca fue también planteada por la guardia del Instituto Penitenciario de Trelew, que al observar las imágenes (y grabar desde la pantalla con un celular) informó de los hechos ante su superioridad, lo que derivó en un primer sumario interno del Superior Tribunal de Justicia.

En su defensa, la jueza negó que tuviera una relación sentimental con el preso y aseguró que lo que se ve en la imagen no es un beso, sino un acercamiento para dialogar sin ser captados por las cámaras de vigilancia, ya que su propósito era entrevistar a Bustos “para un trabajo académico”. En ese marco, alegó que buscaba escribir un libro para contar la historia de vida de Bustos, convencida de que en la acusación contra el preso hubo negligencia en la actuación policial, como afirmó en varios pasajes de su sentencia sobre el caso.

Se sumaron denuncias de sectores políticos 

Las explicaciones que dio la jueza en entrevistas con medios nacionales fueron poco convincentes: en pocos días acumulaba dos denuncias en el Consejo de la Magistratura, promovidas desde los sectores políticos con más fuerza en la provincia. En un caso, fue impulsada por el senador Ignacio Torres, junto a familiares del policía Roberts; y en el otro, por el intendente de Comodoro Rivadavia, Juan Pablo Luque, a través de la Asesoría Letrada del Municipio.

Con matices, ambas presentaciones pidieron que se inicie un juicio de destitución por mal desempeño, ponderando en cada caso distintos aspectos del comportamiento de la jueza. En la presentación de Torres se aludió particularmente a la empatía de la magistrada con el acusado, para lo que citó distintos pasajes del juicio en los que consideró que actuó casi como defensora del acusado. En el escrito del municipio comodorense, se sumó también el propio argumento de Suárez, respecto del presunto objetivo de escribir un libro, como un elemento de incompatibilidad (por el posible fin de lucro posterior), como un causal de mal desempeño. Las coincidencias generales pasaron por la vulneración del principio de imparcialidad que debe guardar un magistrado, que interactuaba con el acusado cuando el proceso no había concluido, mientras que desde el municipio de Comodoro también se hizo notar la ausencia de la magistrada durante una audiencia que debía presidir en la ciudad, pero a la que no asistió. 

Mariel Suárez: el caso de la “la jueza que besó al preso” espera fecha para un juicio de destitución en 2023

En base a estos elementos, el Consejo de la Magistratura decidió, por unanimidad en la sesión realizada el 22 de noviembre último, elevar el caso para la formación de un jury que podría resolver su destitución.

Violación a la ley de Etica Pública y la mentira para ver al preso

Los fundamentos principales por los que se resolvió el enjuiciamiento se basan en vulneraciones a la ley de Etica Pública, por conductas indecorosas en el ejercicio del cargo; vulneración al deber de imparcialidad impuesto por el Código Procesal Penal; omisión de su verdadera localización los días 29 y 30 de diciembre de 2021, cuando debía presidir audiencias en Comodoro Rivadavia.

El punto anterior adquiere un peso importante en la acusación, ya que incluso derivó en la formación de una causa penal contra la magistrada, con una acusación de posible incumplimiento de los deberes a su cargo, a raíz de haber informado, falsamente, que aquel día se hallaba enferma para justificar su ausencia en su despacho, cuando en realidad había viajado a Trelew para entrevistarse con Bustos.

Es posible que el jury para resolver si la jueza puede seguir en el cargo o debe ser destituida se realice este año, aunque desde el seno del Consejo de la Magistratura los propios integrantes de la comisión que llevará adelante la acusación formal del proceso reconocen que podría demandar más tiempo.

En cualquier caso, no será la única vez que la jueza Suárez enfrente un juicio de destitución. Ya le había ocurrido en el año 2013, cuando afrontó una denuncia que derivó en su destitución aunque luego, en 2015, el Superior Tribunal de Justicia la repuso en su cargo.

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