RÍO GALLEGOS (ADNSUR) - El presunto asesinato de Jésica Minaglia dejó a toda una familia devastada y a la comunidad de Comandante Luis Piedra Buena conmovida. La joven maestra dejó un hijo de tan solo 4 años, fruto de la relación que tuvo con el cabo de policía Pablo Núñez, su ex pareja y principal sospechoso del crimen.

Mientras la causa sigue su curso, este viernes al mediodía fue el sepelio de Jésica en el cementerio de la ciudad y una gran caravana de autos despidió sus restos. 

La Opinión Austral informó que quedó descartado que haya sido el acusado quien dio aviso a la Policía del hallazgo del cuerpo de la maestra sino que fue la propia madre y el hermano de la víctima quienes dieron aviso a las autoridades, al encontrar fallecida a la mujer en su propio domicilio, de la calle Benigno Fernández.

El círculo íntimo de la víctima está convencido de la hipótesis que lo marca a él como el autor responsable. Entienden que el martes por la noche, luego de que Núñez pasara a recoger a su hijo en casa de Jesica, habría regresado a la casa y atacado a la mujer.

Jésica estaba deprimida, triste, al igual que toda su familia por el fallecimiento de su padre, quien murió hace unos dos meses. Un mes después de este lamentable acontecimiento, decidió cortar su relación con Pablo con quien eran pareja hace muchísimo tiempo, mientras que él era muy querido por los familiares de ella.

Fuentes informaron al mismo diario santacruceño que Pablo llamó el miércoles por la mañana a la madre de Jésica, diciéndole que en el bolso que había llevado de su hijo faltaba una mamadera y le pidió a la mujer si podía ir ella hasta la casa de su hija, buscarla, y llevársela a él.

La madre de la maestra le dijo que no y le insistió para que vaya él mismo a buscar lo que necesitaba de la casa de su ex pareja, pero éste argumentó que estaba trabajando y no podía ir. Luego, al ver que la mujer no le hacía caso, le dijo que Jésica no le contestaba el teléfono y no lograba comunicarse con ella. Fue ahí que ella aceptó y fue a la casa de su hija, señalaron familiares.

Pasado el mediodía del miércoles, la mujer se dirigió hasta el domicilio de Jésica, acompañada por su hijo y cuando llegaron vieron que las llaves de la puerta estaban colocadas del lado interno de la vivienda y, al hacer un poco de fuerza para abrirla, pudieron hacerlo. La puerta no llegó a abrirse en su totalidad ya que detrás se encontraba el cuerpo de Jesica. Inmediatamente llamaron a la Policía y minutos después arribó al lugar una comitiva de la Comisaría Segunda de Piedra Buena.

Enseguida también llegó al domicilio Núñez. Según la información trascendida, lo hizo en la camioneta de su padre y gritando: “¿Qué pasó?”, habría exclamado, a lo que la madre de Jesica le repreguntó: “¿Cómo me preguntás qué pasa?”. 

“¿Entraron a robar?”, habría preguntado él, y se dirigió hacia la parte trasera de la casa, en donde hay otra puerta para ingresar al domicilio. Esto llamó poderosamente la atención de los familiares de la maestra y también de los efectivos policiales que estaban allí, detalló el diario. 

"¿Por qué no intentó entrar a la casa por la puerta principal?", se pregunta la familia.

Desde el entorno familiar señalaron que se comunicaron con la cúpula policial pidiendo celeridad y claridad en la investigación y recibieron una respuesta que los tranquilizó. Fue el propio jefe de Policía, José Luis Cortés, quien atendió el llamado y aseguró que no se busca esconder ni tapar nada.

El homicida conocía a Jesica

Explicaron que el cabo se desempeña en la Comisaría Primera y es la Segunda, junto a la División Criminalística de Puerto San Julián y Apoyo Tecnológico de Río Gallegos, los que están actuando bajo directivas del Juzgado de Puerto Santa Cruz, a cargo de la Dra. Noelia Ursino.

Muerte de la docente: apareció un testigo clave, estaría descartado un robo y la familia apunta al ex

Mientras el secreto de sumario impide que trasciendan detalles y pormenores de la causa, la familia de Jésica analiza la posibilidad de contratar un abogado penalista y constituirse como querella, lo que les permitiría conocer todos los detalles del expediente. Quieren que se haga Justicia y que el crimen no quede impune, como ha pasado en Puerto San Julián con el homicidio de la doctora Zulma Malvar, aún no resuelto por el juez Ludovico Pío Pala.

En esa sospecha que sostienen, lo que más les sorprende y les duele (obviamente, siempre en la línea investigativa que lo apunta a él como responsable) fue el hecho de hacer que la propia madre de Jésica fuera quien hallara el cuerpo de su hija, para llegar luego él al lugar y tener su “coartada”.

La madre como los hermanos de la mujer siguen en shock y no han hablado con la prensa, pero desde el círculo íntimo de la maestra están seguros que fue el cabo de policía quien la mató, algo que tendrá que comprobar la Justicia.

Por el momento el hombre acusado sigue detenido. Según creen, el supuesto femicidio se perpetró en horas de la madrugada y que, por ello, el responsable tuvo mucho tiempo para pergeñar cómo ocultar todo y deslindarse de las primeras sospechas.

De acuerdo a las pericias en el domicilio de la mujer, se pudo descartar el faltante de cualquier elemento, por lo que la teoría de un ataque en ocasión de robo estaría descartada. Tampoco se forzó ningún ingreso, por lo que se prevé que el homicida conocía a Jésica.

Además, por cómo se halló el cuerpo, la maestra fue atacada por la espalda, con un objeto contundente. Habría intentado escapar de su agresor, pero éste le dio un fuerte golpe en la cabeza, provocándole un traumatismo encéfalo craneano. El fierro que secuestro la Policía no fue el utilizado por el homicida y se continúa buscando con qué la mataron.

Horas decisivas en la investigación

Cuando la jueza Ursino se prestaba a tomarle declaración indagatoria al policía, apareció un testigo clave: un hombre con el que Jésica se estaba conociendo. Iban a tomarle declaración por videoconferencia desde el Juzgado de Paz.

La Justicia tiene ahora dos sospechosos y al potencial femicida entre éstos. Son horas decisivas en el esclarecimiento del brutal crimen de la docente entrerriana.

Paralelamente, la Policía continuaba avanzando con las pericias en los teléfonos celulares de ambos y ordenaron que intervenga la División Canes para buscar el arma homicida.

El reclamo de amigas y compañeras y la voz de un familiar

Este viernes, además de realizarse el sepelio al que sólo acudió la familia de Jesica -entre ellos, hermanos que llegaron desde La Pampa- también hubo una protesta nunca antes vista en Santa Cruz en el marco de la pandemia: decenas de mujeres salieron a las calles con carteles y barbijos pidiendo Justicia.

El reclamo de las mujeres fue en el cajero automático de un banco. “Cada una aprovecha a sacar dinero del cajero, con los recaudos necesarios de barbijos y distanciamiento, y después de hacer la operación, cada una regresa a su lugar”, explicó a Radio LU12 AM680 Silvina Comachi, ex compañera de trabajo de la maestra asesinada en dicha localidad.

Además, sostuvo que se asesoraron con una abogada para que, en el caso de que la Policía intentara intervenir, presentar un hábeas corpus colectivo preventivo.

Definió a la convocatoria como algo “simbólico” y para cerrar, expresó que se trató de “una manera para visibilizar aún más nuestra lucha y de poder manifestarnos pacíficamente con los recaudos necesarios”.

Paralelamente, un familiar de la maestra realizaba un posteo estremecedor, apuntando hacia el policía: “La cobardía de alguien que dice amarte y decide quitar la luz de su hermosa sonrisa, la cobardía de haber esperado que muera tu padre hace 2 meses para atacarla en soledad, la cobardía de dejar a un niño de 4 años sin su madre, la cobardía de dejarnos si ella sin poder defenderla. Esa cobardía será la misma que lo llevará a lugares tan oscuros que nadie podrá salvarlo. Jesica Magalí Minaglia 12/01/1989 - 15/04/2020”.

Fuente: La Opinión Austral

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