Todavía en etapa de armado y atravesando el período de transición a 55 días de asumir, el “boceto” del futuro gabinete de Ignacio Torres para gobernar Chubut desde el 10 de diciembre ya permite una primera lectura: un estilo “transversal” que no atiende colores partidarios y mucho menos da la impresión de cumplir compromisos asumidos o “pactos preexistentes”.

Cuando uno analiza otros gabinetes, suele verse la mano de aliados que hacen valer su aporte en la campaña, y son comunes las coaliciones que luego se “reparten” los cargos. Tal sector empresario pide un par de lugares, determinados referentes regionales exigen espacios para validar su aporte en votos, así también lo exigen gremios y agrupaciones políticas.

Muchas veces, cumplir con todos los acuerdos previos redunda en un armado tan “representativo” de las alianzas, que termina borrando luego en el día a día a quien ejerce el verdadero liderazgo, como le ocurrió al presidente Alberto Fernández respecto a muchos de sus funcionarios puestos por La Cámpora.

Lo contrario -no ceder espacios a los aliados- también es un riesgo, como lo vivenció en 2019 el gobernador Mariano Arcioni, quien ganó la elección en una sociedad con Ricardo Sastre y Adrián Maderna, pero luego no estuvo dispuesto a otorgarles ninguna concesión en el gabinete, lo que le valió un frente opositor en su mismo gobierno: el resultado fue que el bloque de diputados le hizo la vida imposible.

Lo primero que se ve de Ignacio Torres faltando dos meses para asumir, es que su armado obedece exclusivamente a su mirada individual, que no cede a ningún parámetro de reparto regional o de pertenencia partidaria: designa a quien cree el mejor, venga de donde venga. 

Esto es un riesgo, y puede ser un arma de doble filo. Si las jugadas salen bien, te empoderan más; pero cualquier error se paga en soledad, y los heridos que no contuviste en su momento están esperando agazapados para contragolpear.

Con las primeras decisiones de armado de equipo, Torres busca dar un mensaje de cuál es su manera de construir política, con un criterio que no está atado a un espacio político-partidario, y mucho menos ideológico. No hay verdades absolutas, y el enemigo de hace dos meses bien puede sumarse si “sirve”, si puede aportar algo. Así lo demuestra el llamado de Torres a varias figuras que trabajaron en la campaña de Juan Pablo Luque y que se sorprendían con determinadas ofertas.

La sociedad del triunfo entre UCR y PRO: Biss, Menna, Torres, Romero y Hollman.
La sociedad del triunfo entre UCR y PRO: Biss, Menna, Torres, Romero y Hollman.

El tiempo de Torres, quizás por su edad, es el ahora. No mira hacia atrás, no se “enrosca” con el pasado de cada protagonista, sino que evalúa qué le puede aportar hoy. En un escenario nacional de tanta incertidumbre, en la que cualquier cosa puede pasar a partir de 2024, muestra la ambición de construir poder propio de manera “pragmática”, término tan manoseado en política.

El pragmatismo político, para algunos es una virtud y para otros es un disvalor, porque está asociado a falta de pertenencia, a acomodarse para donde sopla el viento. En el caso de Torres, se verá en la cancha -una vez que asuma y tenga el poder- si lo aplica bien o mal. Hasta aquí, su meteórica carrera de ascenso, que hace cuatro años lo llevó a ser diputado nacional, dos años después lo ubicó en el Senado y ahora lo sentó en el sillón de Fontana 50, le viene dando la razón.

Experiencia

El próximo gobernador valora más las trayectorias profesionales que el currículum político, y se fija en figuras que puedan aportar su experiencia, más allá de su ADN chubutense: es lo que demostró con Fernando Álvarez de Celis y Sergio Wisky, los dos primeros nombres que tuvo en mente como “ministros” ya desde la campaña, y que ahora mantendrá en su equipo, pero con otros cargos.

En el primer caso, Álvarez De Celis, es un geógrafo y economista que fue Secretario de Planificación Territorial y Coordinación de Obra Pública durante la presidencia de Mauricio Macri. No nació ni vive en Chubut, pero conoce especialmente la situación de Comodoro Rivadavia por el desastre climático de 2017.

Respecto al médico Sergio Wisky, si bien es nacido en El Maitén, toda su carrera la hizo en la provincia de Río Negro, de la que llegó a ser diputado nacional en el gobierno macrista. No obstante, conoce la realidad provincial y ya presentó en sociedad su plan de salud, área clave del servicio estatal.

Fernando Álvarez de Celis, Sergio Wisky y Paulino Caballero.
Fernando Álvarez de Celis, Sergio Wisky y Paulino Caballero.

En ambos casos, Torres los convocó a pesar de que la Constitución pone requisitos de residencia a los ministros, que ellos no cumplen. No es un obstáculo para el futuro gobernador, que está convencido de que son los “mejores” y tienen que estar. Por eso habrá una Secretaría de Salud en vez de un ministerio, y el área de Infraestructura estará absorbida por el Ministerio de Economía.

En cambio, no hay requisitos para ocupar el sillón de presidente del Banco del Chubut, porque es una sociedad anónima. En ese caso, Torres ya apostó por una figura de experiencia que también conoce la provincia, porque viene asesorando hace años al actual gobierno. Se trata de Paulino Caballero, con amplia formación -maestría en Economía- y también experiencia como funcionario de Rogelio Frigerio en el Ministerio del Interior.

Una figura que crece

Cuando se repasan los nombres anunciados hasta aquí en el futuro gabinete de Ignacio Torres, la primera lectura que salta a la vista es la manera en que recuperó protagonismo la cordillera. Esa zona tiene actualmente un solo ministro (Miguel Castro en Seguridad) y un presidente de un ente descentralizado, como es Luis María Aguirre en el IAS.

De acuerdo a lo anunciado, contará desde diciembre con el futuro Ministro de Turismo, Diego Lapenna (empresario privado de Esquel e hijo de un ex secretario), el mencionado Sergio Wisky (nacido en El Maitén) como titular de Salud, el trevelinense Milton Reyes en Chubut Deportes y -de acuerdo a información de ADNSUR- Ramiro Ibarra, oriundo de Lago Puelo, presidirá el IAS y es probable que el esquelense Alejandro Weinger ocupe un rol importante en el Instituto Provincial de la Vivienda.

Cordilleranos de Torres: Diego Lapenna, Milton Reyes y Ramiro Ibarra.
Cordilleranos de Torres: Diego Lapenna, Milton Reyes y Ramiro Ibarra.

La explicación de estas decisiones hay que buscarla en el crecimiento político de una figura como el actual diputado nacional y futuro intendente de Esquel, Matías Taccetta, que incluso tuvo peso en el armado de la lista de diputados, con un bloque oficialista que tiene no sólo cuatro cordilleranos (Jaqueline Caminoa, Sergio Ongarato, Karina Otero y Daniel Hollman), sino al primer suplente (Horacio Quinteros).

A Taccetta se lo ve muy cercano a Torres en la evaluación de este tipo de decisiones y evidentemente su palabra es atendida: es probable que se convierta en la figura central de la zona cordillerana, en la voz cantante de Torres en la región, y en el armador político del espacio.

Su crecimiento fue tan marcado en este tiempo, que hay que hablar de una “reconversión” de Taccetta, una cara que muchos desconocen, pero que sin dudas se va a empezar a hacer más relevante. Es contador público, y viene del mundo de los números. Cultivaba el bajo perfil, pero su trabajo ordenado primero en la gestión de Rafael Williams y luego durante 6 años junto a Sergio Ongarato, lo posicionaron ante los vecinos de Esquel como un administrador eficiente.

Nacho Torres y Matías Taccetta.
Nacho Torres y Matías Taccetta.

La gestión de Taccetta logró destacarse en apenas dos años en el bloque de Juntos por el Cambio en el Congreso, donde presentó gran cantidad de proyectos, y fue preparando su candidatura a la intendencia incluso formando un partido político propio a nivel municipal. Le ganó la interna local al radicalismo y hoy su proyección es enorme. Armaron una excelente sociedad con Torres y se ve reflejada en el gabinete, con la presencia de nombres cordilleranos en lugares que antes estaban reservados a otras zonas.

El lugar de Comodoro

El repaso por los nombres confirmados del futuro gabinete de Ignacio Torres arroja hasta aquí tres lugares importantes para Comodoro Rivadavia: el ministerio de Seguridad, el de Hidrocarburos y el área de Coordinación.

En Seguridad, un organismo clave, la elección del fiscal Héctor Iturrioz rompió el molde. La búsqueda de alguien de otro poder, como es la Justicia, ya genera polémica y roces con magistrados. Se trata de una apuesta por un perfil ajeno a la militancia y pertenencia partidaria, que habrá que ver cómo deviene en el flujo de relaciones con el Superior Tribunal de Justicia, donde ya hemos contado que se viven fuertes internas.

En Coordinación, la elección del peronista Guillermo Almión muestra osadía en dar un lugar clave en lo político a alguien de otra pertenencia, pero que sin embargo fue el compañero de fórmula de Ana Clara Romero para la elección municipal. La actual diputada declinó ese ofrecimiento de Torres y muy probablemente prefiera quedarse en su ciudad como concejal, conservando el poder a nivel local.

Ana Clara Romero e Ignacio Torres.
Ana Clara Romero e Ignacio Torres.

Torres y Romero siempre asomaron como las principales figuras del espacio de Juntos por el Cambio en Chubut, y convivieron dentro de una “sana competencia”. Pero el resultado del 30 de julio dejó a Nacho como ganador -así como a Taccetta- y la diputada tendrá el rol de opositora al gobierno de Othar Macharashvilli, quien muestra una sintonía fina con Torres en los primeros encuentros.

En el armado del gabinete, Romero eligió no quedar adentro, pero tenía un nombre para el área de Hidrocarburos, que era Alejandro Jones. La ex concejal pretendió hacer valer su liderazgo regional, pero Torres eligió según su propia mirada, y prefirió a un nombre del Sindicato de Petroleros Privados, como Federico Ponce.

Comodorenses del gabinete de Torres: Héctor Iturrioz, Federico Ponce y Guillermo Almirón.
Comodorenses del gabinete de Torres: Héctor Iturrioz, Federico Ponce y Guillermo Almirón.

¿Comodoro pierde peso respecto al actual gobierno de Arcioni? En principio, ni gana ni pierde. Hoy tiene cuatro ministros, como Martín Cerdá (Hidrocarburos), Myriam Monasterolo (Salud), Roberto Jure (Ambiente) y Leandro Cavaco (Producción); estas dos últimas áreas en principio no se mantendrían en ese rango y serían reabsorbidas por otras, aunque todo está en etapa de borrador aún.

Claro que, para un análisis más completo, hay que observar luego cómo se da la distribución con los organismos descentralizados y entes autárquicos, en un gabinete donde claramente la zona del valle va a tener un peso específico especial y donde una localidad hasta el momento está quedando relegada, como es Puerto Madryn.

Equilibrio de fuerzas

Cuando Torres triunfó en las elecciones, en el ambiente político se generó la expectativa de que ahora el eje del poder se traslada desde Comodoro hacia Trelew. No es que este axioma se cumpla al pie de la letra, al menos no todavía y en todo caso se verá con el tiempo. Pero sí está claro que en los nombres hay mucho peso del valle, como ya lo hay en el gabinete actual.

En primer lugar, es notorio que Puerto Madryn hasta ahora pierde dos de los lugares que tiene en el Gabinete: Chubut Deportes, donde está Gustavo Hernández (asumirá Milton Reyes) y la Secretaría de Pesca, donde Gabriel Aguilar será reemplazado por el abogado trelewense Andrés Arbeletche.

El único ministerio que hoy tiene al frente a un madrynense es Educación, con José María Grazzini. Allí recalará el trelewense José Luis Punta, mientras que con “Pepe” hay charlas y buena relación. Hay ofrecimientos, pero al parecer ningún acuerdo concreto todavía.

Dos abogados: Andrés Arbeletche será Secretario de Pesca, Andrés Meiszner será Fiscal de Estado.
Dos abogados: Andrés Arbeletche será Secretario de Pesca, Andrés Meiszner será Fiscal de Estado.

Aún le resta definir los nombres de los titulares de dos ministerios a Torres, según el borrador de la nueva Ley de Ministerios sobre el que se está trabajando: el de Gobierno (donde Grazzini ya estuvo durante tres años), y el de Desarrollo Humano y Familia, donde ya está cerrado el acuerdo con una mujer peronista del valle, área que hoy es ocupada por un hombre de la meseta, como Luis Aguilera.

Está claro que Trelew y Rawson, dos bastiones electorales de Torres, estarán muy bien representados, pero no hay que olvidar que ya tienen una gran presencia en el gabinete actual de Arcioni, con nombres como Oscar Antonena (Economía), Cristian Ayala (Gobierno), Leonardo Gaffet (Turismo), Gustavo Aguilera (Infraestructura), Alejandro Sandilo (secretaría general), Andrés Giacomone (Fiscalía de Estado), la dupla Simionatti-Papaianni (IPV), Máximo Pérez Catán (IAC), Cynthia Gélvez (Vialidad), Nicolás Cittadini (IPA) y Miguel Arnaudo (Banco Chubut).  

Sin dudas este peso del valle en el gabinete se va a mantener, con Facundo Ball (Economía), José Luis Punta (Educación), Guillermo Aranda (secretaría general), Andrés Meiszner (Fiscalía de Estado), y Andrés Arbeletche (Pesca).

A propósito de Aranda, nombre anticipado por ADNSUR esta semana, será un perfil para prestar mucha atención en lo que viene. Es literalmente la “mano derecha” del futuro gobernador, y será su hombre de máxima confianza en el equipo. Ya hemos contado su historia vinculada al peronismo y su paso por el municipio de Dolavon, y no es menor que haya participado el martes de la reunión de transición.

Meiszner, Aranda y Almirón en la reunión de los equipos de transición.
Meiszner, Aranda y Almirón en la reunión de los equipos de transición.

Así como lo es Alejandro Sandilo para Arcioni, donde hay entre ambos confianza total, Aranda ocupará ese lugar estratégico desde lo administrativo como es la secretaría general, y en él podrá descansar Torres para hacer el seguimiento de que se cumplan todas sus órdenes. No hay dudas de que, para tener un buen ida y vuelta con el “jefe”, en el próximo gabinete el “nexo” será Guillermo Aranda.

Ausencias: radicales y mujeres

Para el cierre, queda el análisis de lo que no se observa aún en el futuro gabinete de Torres, esto es: cuadros radicales y figuras femeninas. Sobre el segundo punto es evidente en el repaso de nombres, no hay mucho que agregar. Todos, absolutamente todos los anunciados, son hombres, y sólo existe hasta el momento la versión de una futura ministra de Familia y una oferta a otra mujer en el área de Producción.

En los actuales tiempos de “igualdad de género” que corren, suena a poco, pero no es una falencia exclusiva del armado de Torres. Basta mirar el actual gabinete, o el resto de los gabinetes de gobiernos municipales, provinciales y hasta los últimos gobiernos nacionales, para ver que sigue sin ser importante la presencia de mujeres en espacios de poder.

Respecto a la presencia de los “socios” radicales, de todos los nombres repasados hasta aquí, podemos mencionar apenas dos con ADN radical: el más claro es José Luis Punta, futuro ministro de Educación, quien fue acercado por el radicalismo de Trelew encabezado por el futuro intendente, Gerardo Merino.

El otro es más bien un simpatizante de familia radical, como el futuro ministro de Economía, Facundo Ball, quien venía asesorando al diputado Manuel Pagliaroni en la Legislatura, y trabajaba junto a Damián Biss en los diagnósticos de la realidad económica, en un equipo junto a Marcos Bensimón.

José Luis Punta y Facundo Ball, dos radicales en Educación y Economía.
José Luis Punta y Facundo Ball, dos radicales en Educación y Economía.

Pero en los lugares claves, aparecen en comparación más nombres de sangre peronista que radicales, como Guillermo Aranda, Guillermo Almirón (quien fue concejal justicialista en Comodoro y fue parte de la gestión del ex gobernador Martín Buzzi), y Andrés Meiszner, quien se formó en Quilmes de la mano de Aníbal Fernández.

No se ve demasiada presencia ni de los “radicales yellow” que bancaron a Torres desde un comienzo, ni del oficialismo partidario. Nadie del radicalismo está reclamando lugares al gobernador electo, quien tampoco se sienta a charlar de ofrecimientos. Lo dicho, Torres arma en soledad, de acuerdo a lo que le dicta su conciencia, porque en definitiva es su gabinete y será el máximo responsable de lo que ocurra.

En este escenario, con la presencia de Gustavo Menna como vicegobernador, da la impresión de que la Legislatura podría convertirse en el ámbito donde irían a recalar muchos cuadros formados en la UCR, si es que no tienen lugar en el gobierno nachista.

El que asumirá en diciembre no será un gobierno de coalición PRO-UCR, porque no está en la cabeza del futuro gobernador. Torres apostará por lo transversal, se saldrá de los límites establecidos, y armará algo distinto. En el andar, con la evaluación de los resultados, se verá si su idea es para mejor o para peor. Lo que está claro es que, si hay algo de lo que no carece, es de ambición.

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