La figura de la “bisagra” fue la que utilizamos en nuestra última columna antes de las elecciones provinciales del 30 de julio pasado, y -no casualmente- fue la más repetida por el ganador, el gobernador electo Ignacio “Nacho” Torres, para resumir con una palabra lo que vivió Chubut.

Nuestra lectura previa de lo que estaba en juego no estaba equivocada, porque previmos un punto de inflexión, un día que podía marcar un antes y un después en el reparto de poder chubutense, luego de 20 años. Y así fue, ya que dio inicio a un nuevo liderazgo, otorgando -en votación ajustada pero clara- el bastón de mando a un joven de 35 años junto a un bloque mayoritario de diputados, para conducir los destinos provinciales por 4 años.

El mensaje de los chubutenses, en una elección atípica con baja participación en medio de vacaciones invernales, condiciones climáticas adversas, y mucha desinformación, fue que llegó el momento de un golpe de timón, y de apostar por una nueva figura para tratar de acomodar el barco de una provincia que desde hace por lo menos 8 años vive una crisis histórica.

Fue un voto de confianza por lo novedoso, de jugar un pleno a un conductor que no tiene antecedentes en el manejo de la cosa pública, solamente una experiencia de cuatro años como legislador nacional, cuando del otro lado, la fórmula de Arriba Chubut buscó apuntar a la experiencia de gestión municipal.

Torres nunca administró desde el Ejecutivo, como tampoco tenían experiencia de gestión otros gobernadores, por caso Carlos Maestro, José Luis Lizurume o Mario Das Neves. Ni hablar de Mariano Arcioni, quien había llegado a la política como candidato a vicegobernador de Chubut Somos Todos, en un salto inmediato de su actividad como escribano.

Maestro, Lizurume, Das Neves y Arcioni: 4 de los últimos 5 gobernadores que, al igual que Torres, nunca habían administrado.
Maestro, Lizurume, Das Neves y Arcioni: 4 de los últimos 5 gobernadores que, al igual que Torres, nunca habían administrado.

Solamente Martín Buzzi había sido intendente de Comodoro Rivadavia previo a ser electo gobernador, lo que demuestra que la experiencia en gestión no es para los chubutenses un requisito indispensable para llegar a Fontana 50. Además, el comodorense había asumido con casi 44 años, lo que significa que Torres bajó el piso de edad casi una década.

El nuevo gobernador es tan joven, que en los medios de todo el país comenzaron a bucear en los archivos, y se determinó que -al menos desde el siglo XX- es el de menor edad de la historia argentina en llegar a un cargo semejante, aunque algunos medios correntinos publicaron datos de gobernantes del siglo XIX en esa provincia con mayor juventud aún.

Más allá de este dato, la figura de Torres es un “hito” porque rompe con el perfil de la política tradicional, y tuvo éxito con un estilo irreverente y audaz, algo que ya habíamos anticipado hace dos años -cuando era candidato a senador- en un análisis que terminó siendo casi una profecía de lo que iba a venir.

Torres festeja acompañado por los dos presidenciables del PRO: la foto de la "unidad" salió desde Chubut.
Torres festeja acompañado por los dos presidenciables del PRO: la foto de la "unidad" salió desde Chubut.

Con su triunfo, el PRO nacional logró la foto que quería a dos semanas de las PASO: Torres logró “surfear” la interna Larreta/Bullrich sin jugarse por ninguno, a pesar de las presiones de los medios nacionales, y encima se dio el lujo de juntarlos en una imagen de unidad que no es tal.

Transición

Ahora Torres enfrenta un período de 4 meses hasta asumir el mando, y ya entró en contacto con el gobernador saliente, Mariano Arcioni, para organizar entre los equipos de ambos, lo que se denomina la “transición”, con un traspaso de información delicada de todo lo que el próximo gobierno va a recibir a partir del 10 de diciembre, en materia de situación financiera, planta de personal, y política salarial.

El objetivo de Torres, por un lado, es que la gestión saliente no deje un campo minado de ingresos y contrataciones, una pesada “herencia” para que la resuelva el que sigue. Ya avisó que hará un “censo de ñoquis” y va a perseguir a los acomodados que no trabajan y cobran sueldos altos.

Al gobernador Arcioni le va a pedir dos cosas: que no tome ningún préstamo nuevo, y que firme una demanda ante la Nación -para ganar tiempo- en reclamo por los puntos de coparticipación cedidos de manera transitoria en 1988 (gestión nacional de Raúl Alfonsín y provincial justicialista de Néstor Perl) que nunca se restablecieron y perjudicaron los ingresos durante más de tres décadas.

La idea de Torres es que todo el arco político, de manera institucional, deje establecido el reclamo de la reparación histórica que involucra a toda la provincia ante el estado nacional, más allá de quién gane como futuro presidente el 22 de octubre. El mensaje es: Chubut recibirá lo que le corresponde, por las buenas -si hay acuerdo político con el futuro presidente- o por las malas, con una orden emanada de la Corte Suprema.

Mientras el gobernador saliente y el electo designan a sus interlocutores para el traspaso de información, Torres avanza en el diseño de su futuro gabinete. Tiene en mente una reforma a la ley actual, en la que piensa volver a una estructura que unifica áreas que hoy están separadas, tal como era hasta la década de los ´90.

Arcioni y Torres ya hablaron por teléfono y quedaron en coordinar las reuniones de la transición.
Arcioni y Torres ya hablaron por teléfono y quedaron en coordinar las reuniones de la transición.

En ese sentido, piensa volver al esquema que fusiona Economía y Obras Públicas, y el que unifica Salud y Desarrollo Humano (Bienestar Social se decía en otra época). Mantendrá el Ministerio de Turismo y tiene en mente crear un organismo aparte para la lucha contra la inseguridad, en lo que será uno de sus grandes anuncios.

Más que hablar de producción o de hidrocarburos, dos áreas que tienen sus propios ministerios en estos días, Torres habla de un Ministerio de Energía. No se lo nota entusiasmado con la Soberanía Energética presentada por el arcionismo el último año, y la tan mentada Empresa Provincial de Energía que es impulsada además por el gremio de Luz y Fuerza.

Apunta a mantener la estructura actual de Petrominera, fomentar la inversión en una línea de 500 Kv para asegurar el transporte de nuevas inversiones en materia eólica, ganar peso provincial en la renegociación de los contratos de las hidroeléctricas, y auditar el manejo de las cooperativas de servicios públicos.

Mayoría propia

Torres va a contar con algo que no tuvieron ninguno de los tres mandatos anteriores: una mayoría propia de 16 diputados sobre 27, que incluso puede ampliarse a algún aliado más. Ese viento a favor no lo tuvo Martin Buzzi en 2011 (ganó un bloque de otro color político como el FPV, al que luego intentó pasarse, pero que nunca fue “del palo”) ni tampoco Mario Das Neves en 2015, al asumir con otra Legislatura de mayoría kirchnerista.

Y aunque parezca que es un error de análisis, tampoco lo tuvo la última gestión de Mariano Arcioni, ya que -si bien ganó la lista oficialista de diputados- en la práctica, su alianza con Adrián Maderna y Ricardo Sastre se rompió apenas asumido, y enfrentó a la oposición en su propia bancada.

Luego algunas alianzas se fueron acomodando en el camino, y la Cámara se fue partiendo en 7 bloques, pero siempre le costó al arcionismo una enormidad conseguir la mayoría que necesitaba ante cada tema de fondo, como -por ejemplo- la toma de préstamos.

Caras del futuro bloque oficialista: Caminoa, Fernández, Cavagnini, Juncos, Aguilera, Ongarato, Soldani, González, Otero y Bermejo.
Caras del futuro bloque oficialista: Caminoa, Fernández, Cavagnini, Juncos, Aguilera, Ongarato, Soldani, González, Otero y Bermejo.

Ahora Torres va a trabajar con un bloque compacto: la mayoría son dirigentes del PRO y radicales “yellow”, más algún ex intendente como el caso de Luis Juncos o Sergio Ongarato. Armó la lista pensando en gobernar, algo que no pasó en Arriba Chubut como vamos a explicar.

En el bloque de la primera minoría, hay diputados que responden a gestiones municipales que van a necesitar una mano de la provincia. Si Torres sabe buscar el consenso de la mano de la negociación de fondos y aportes de obras, puede lograr que más de una mano opositora se levante a su favor.

Además, habrá un bloque de tres legisladores del Plich, el sector libertario que es nuevo y que tiene como referente nacional a Javier Milei y provincial a César Treffinger. Ideológicamente están más cercanos al nuevo gobierno que el diputado representante de la izquierda, claramente en la vereda de enfrente.

Diputados opositores desde diciembre: Andrea Toro y Marcelo Rubia (Plich), y Santiago Vasconcelos (FIT).
Diputados opositores desde diciembre: Andrea Toro y Marcelo Rubia (Plich), y Santiago Vasconcelos (FIT).

El futuro gobernador deberá ser muy inteligente para aprovechar los 100 primeros días de mandato, donde tendrá las manos libres para tomar decisiones. Debe sacar provecho del primer paquete de medidas que buscará aplicar cirugía mayor en la administración de los recursos: si es inteligente y logra mostrar resultados rápidamente, va a comenzar con el pie derecho. La fecha clave es marzo y el inicio de clases.

Sexta derrota

La contracara del nuevo liderazgo que encarna Torres, que viene de ganar dos elecciones seguidas, se da en el justicialismo. Si bien el PJ estuvo cerca, volvió a ser la cara de la derrota en un espacio que sigue sin un referente definido, y se parece más bien a una confederación de caciques territoriales que cuidan primero su quinta.

La última elección provincial que ganó el PJ chubutense fue con Mario Das Neves como presidente del partido: la de Martín Buzzi en 2011. Luego perdió tres elecciones a gobernador seguidas, en 2015, 2019 y ahora en 2023. Y perdió todas las legislativas de medio término, en 2013, 2017 y 2021.

Seis derrotas en total, en las que sólo pudo festejar un par de triunfos nacionales en elecciones presidenciales, con la boleta de Daniel Scioli en 2015 y de Alberto Fernández en 2019. Pero no atribuibles a un mérito local, sino exclusivamente a un proyecto nacional al que -hasta el momento- siempre le fue bien en estas latitudes.

La campaña de Juan Pablo Luque terminó fallando en errores estratégicos que le costaron caro: habíamos dicho que iba a ser una elección reñida, en la que al final de cuentas, termina jugando cada voto en el interior. Y allí, en varias localidades, comenzó a lamentarse luego la mala elección de figuras (especialmente en la comarca andina) y las traiciones de jefes locales que jugaron la individual pactando con el enemigo.

Fue una muestra más de cómo está el peronismo chubutense, donde cada uno juega hace rato al “sálvese quien pueda”. Van a proliferar lecturas de que la elección la ganó la ciudad de Trelew, en forzados análisis regionalistas donde determinados actores tratarán de hacer pesar su propio juego de influencias.

Los cuatro intendentes reelectos en el valle: Biss (Rawson), James (Gaiman), Sastre (Madryn) y Bowen (Dolavon).
Los cuatro intendentes reelectos en el valle: Biss (Rawson), James (Gaiman), Sastre (Madryn) y Bowen (Dolavon).

En realidad, la elección quedó “empardada” si se miran las diferencias de Arriba Chubut en Comodoro y Madryn contra el amplísimo triunfo de Torres en Trelew y Rawson. Era lo que se esperaba, y la luz de ventaja hay que buscarla en los pueblos del interior y en determinados municipios que en la previa parecían “amigables”.

Por eso en el PJ están analizando todas las planillas, y detectando que hubo lugares donde ganó el intendente de su boleta, y el gobernador de la rival, como Sarmiento, El Maitén, Dolavon y 28 de Julio, por citar los más llamativos. A fin de cuentas, la famosa “Liga de Intendentes” no pareció dar una mano a Luque, si además miramos cómo le fue en Trevelin, El Hoyo, Lago Puelo y Río Senguer.

Ingram (Trevelin), Balochi (Sarmiento) y Currilén (El Maitén): tres intendentes reelectos de Arriba Chubut en comunas donde ganó Nacho Torres a gobernador.
Ingram (Trevelin), Balochi (Sarmiento) y Currilén (El Maitén): tres intendentes reelectos de Arriba Chubut en comunas donde ganó Nacho Torres a gobernador.

Además, la boleta del Plich hizo estragos en la zona del valle, como ya hemos explicado, con una figura fuerte como Laura Mirantes. Relegaron a Arriba Chubut al tercer lugar en Rawson y Gaiman, y obtuvieron 12.500 votos en Trelew. En la previa, hubo una lectura del equipo de Luque totalmente equivocada, en la que se suponía que le captaba votos a Juntos por el Cambio. Ese tipo de errores, terminó costando caro.

Regionalismos

El voto chubutense volvió a mostrar una marcada preferencia regional. En la cordillera el resultado fue bastante parejo en general, pero los números abismales se vieron en el valle a favor de Torres, y en Comodoro a favor de Luque. Las únicas dos localidades que rompieron esa lógica fueron Rada Tilly y Sarmiento, del corredor sur, donde ganó el candidato de Trelew.

Macharashvili ganó en Comodoro y retuvo el municipio para el PJ: pero tiene una gestión compleja por delante.
Macharashvili ganó en Comodoro y retuvo el municipio para el PJ: pero tiene una gestión compleja por delante.

Es interesante para analizar el resultado de Comodoro Rivadavia, donde Luque sacó 3 mil votos más que su candidato a intendente, Othar Macharshvili. El justicialismo retuvo su bastión, pero es probable que vengan cuatro años muy duros, con un gobierno provincial de otro color político, y un Concejo Deliberante muy repartido, con mucho peso del sector de Ana Clara Romero, quien terminó apenas a 6 puntos.

Surgen varios interrogantes, uno de los cuales es si tuvo impacto favorable el armado de Juntos por el Cambio que incluyó al sector de Petroleros Privados. El pacto con “Loma” Ávila ¿sumó o restó?

Es contra fáctico, y ya no se puede medir, pero hubiera sido interesante ver el resultado final de Ana Clara Romero con su histórica campaña en soledad contra el oficialismo, sin haber cerrado un acuerdo con un sector del sindicalismo aliado al arcionismo hace cuatro años y con un viceintendente que provenía del justicialismo.

El acuerdo de JXC con Petroleros no parece haber traccionado votos en la elección municipal.
El acuerdo de JXC con Petroleros no parece haber traccionado votos en la elección municipal.

Fue una jugada arriesgada a todo o nada: se buscó un “plus” que, a la luz de los resultados, no parece haberse obtenido. De todos modos, la diputada nacional sigue siendo una enorme figura a futuro, y se mantiene posicionada para seguir disputando la ciudad en los próximos turnos electorales.

Lo que viene

El resultado electoral volvió a hundir al justicialismo en la derrota, y lo convirtió en un partido que se acostumbró a perder en Chubut. Hasta algunos de sus principales dirigentes se mostraron satisfechos con el resultado y hablaron de buena elección, en un partido político que todos sabemos que es como Boca o River, y donde sólo sirve ganar.

¿Se viene borrón y cuenta nueva en el PJ? La inquietud alude a si llegó el momento de analizar cambios en la conducción, algo muy difícil por el momento en medio de la campaña nacional que se avecina con elecciones a presidente y diputados en agosto y octubre.

Juan Pablo Luque, que también es muy joven, está en condiciones de erigirse como el principal referente a futuro después de esta campaña, algo que depende de él, de sus ganas y de a quién está dispuesto a enfrentar.

El peronismo está poblado de sargentos sin generales y la mejor muestra es su bloque en la Legislatura: Emanuel Coliñir es de La Cámpora, Mariela Williams es del sastrismo, Juan Pais y Vanesa Abril son del arcionismo, Tatiana Goic es de Camioneros, Gustavo Fita proviene del sindicalismo de la zona sur y tiene diálogo con Luque. Y Norma Arbilla, si bien le debe su lugar a Luque, se formó políticamente junto a Rafael Williams.

¿Quién va a presidir ese bloque? ¿Con qué referente justicialista debe sentarse Torres para lograr un acuerdo, que esté en condiciones de asegurarle 7 votos? Lo respondemos ya mismo: no hay ninguno que pueda garantizar eso, y sería un milagro que esa bancada se mantenga cuatro años sin partirse.

Los 7 diputados de Arriba Chubut: Arbilla, Coliñir, Williams, Pais, Abril, Goic y Fita.
Los 7 diputados de Arriba Chubut: Arbilla, Coliñir, Williams, Pais, Abril, Goic y Fita.

Esa atomización es el panorama ideal para Torres, que puede ir a “pescar” votos de manera individual, siempre y cuando sea hábil y se apoye en la figura de Gustavo Menna, el experimentado vicegobernador que sabe mucho de cómo lograr acuerdos legislativos. Hasta se pueden dar el lujo de trabajar en tándem como el bueno y el malo.

La verdad es que no puede tener Torres un panorama legislativo más favorable, porque la lista de Arriba Chubut no fue pensada para gobernar, sino para incluir representantes de sectores y dejar a todos contentos. Es un reflejo de la alianza de partidos del frente electoral, pero es pura harina, sin huevos ni agua que formen una masa compacta: no hay cohesión ni unidad ideológica.

Gustavo Menna, vicegobernador electo. Torres confía en que será clave en el armado de acuerdos políticos en Legislatura.
Gustavo Menna, vicegobernador electo. Torres confía en que será clave en el armado de acuerdos políticos en Legislatura.

Al nuevo gobernador, para cerrar un panorama ideal -también tiene la mitad de los municipios pintados de su color-, le queda esperar el resultado electoral de octubre a favor de un presidente de Juntos por el Cambio. Si llega a tener esa suerte, podrá avanzar en medidas de fondo, como -por ejemplo- conseguir el dinero de las arcas nacionales para aumentar el sueldo a los docentes y tener un comienzo de clases tranquilo.

Los chubutenses patearon el tablero y ahora las nuevas fichas se acomodan desde cero. Hay un nuevo liderazgo, que dependerá de la habilidad política de Nacho Torres para ver si se convierte en una hegemonía de ocho años o si choca la Ferrari en la primera curva. Se acabaron las promesas, y llega la hora de la verdad.

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