COMODORO RIVADAVIA (Por Raúl Figueroa / Especial para ADNSUR) - La semana que comienza marcará el pulso político de la provincia a lo largo del 2016, no sólo por un nuevo inicio de ciclo escolar con la irresuelta discusión paritaria y una medida de fuerza -pese a la conciliación obligatoria- del gremio docente prevista para el primer día de clases, sino también por la llegada del presidente Mauricio Macri el 3 de marzo, en el discurso de apertura del período legislativo que brindará el gobernador Mario Das Neves. En el plano económico productivo, la minería entró otra vez en agenda, a partir del planteo del propio mandatario para incluir en su propuesta de reforma constitucional una prioridad que asegure la protección del agua como recurso natural, aunque ello no implique un “No” terminante, según pudo sondear esta columna entre referentes del gobierno, a aquella actividad.

El rechazo a la propuesta salarial por parte del gremio docente no permite innovar en la materia. Cada inicio de año plantea un escenario de conflicto similar y las voces de un lado y otro: “el salario docente es el (o uno de los) más alto (s) del país”, según la mirada gubernamental. “Es insuficiente frente al costo de vida de la región”, desde la mirada de los dirigentes gremiales.

Es difícil negar parte de la verdad a ambas posiciones. Chubut afronta problemas presupuestarios serios, en un contexto general de ajustes y sumado a la baja de regalías hidrocarburíferas, que el año pasado se tradujo en una pérdida de 107 millones de dólares en relación al año 2014, con una caída del 23%. Como la producción declinará también este año y los precios del crudo son aun más bajos, es posible proyectar una pérdida similar en el corriente año, por lo que baja en comparación al 2014 superaría el 40%.

Por otro lado, las otras ventanillas de ingresos no auguran compensaciones o mejoras. El gobierno nacional no da señales concretas de cómo restituirá el 15% de coparticipación que ha recortado indebidamente en los últimos años. Y no parece haber mucho margen para aumentar impuestos provinciales.

Si se observa el problema desde el lado docente, tampoco le faltarán argumentos para dar la discusión. Así como el salario es nominalmente más alto que en otras jurisdicciones, también lo es aquí el costo de vida, con una canasta que en Comodoro se sitúa en alrededor de 27.000 pesos y frente a los incrementos de tarifa que ha puesto en marcha del gobierno de Macri: la luz será más cara desde marzo, por caso, al igual que los combustibles y los alimentos que no han dejado de subir. Basta ver cuánto valía un litro de leche, o un kilo de carne, hace un año y cuánto vale ahora.

El desafío para los gremios es mantener el poder adquisitivo del salario de sus representados. El del Estado, cubrir con los recursos disponibles todas las necesidades para garantizar servicios esenciales. En el medio, los chicos –y sus padres- que esperan iniciar un año de clases con algún grado de normalidad y continuidad. Metas sencillas y modestas pero difíciles de alcanzar, en un país que ha priorizado el pago de deuda a los fondos buitres, antes que reforzar significativamente las partidas presupuestarias para Educación.

MINERÍA: ¿MEDIDA PUERTA CERRADA, O UNA MITAD ABIERTA?

En ese marco, la pregunta sigue siendo cómo generar nuevos recursos para que la provincia no esté condenada siempre al juego de la manta corta, ya que cada punto de aumento salarial a un sector del Estado implica dejar de lado a otro.

Ninguna actividad tiene en sí misma una respuesta al difícil interrogante. Algunas voces apuntan a que una hipotética explotación de los recursos mineros de la provincia, particularmente de la zona de la meseta, podría revitalizar la matriz de ingresos de la provincia.

“Muchos hablan de la meseta, pero nunca la han recorrido”, refutó el gobernador Das Neves en las últimas horas, cuando desde la zona cordillerana anunció que en su proyecto de reforma constitucional pretende incluir una cláusula que dé protección prioritaria al agua como fuente de vida.

Una primera interpretación puede llevar a la conclusión de que significa una postura negativa absoluta al avance de la minería. Sin embargo, desde el entorno gubernamental se plantea una mirada más amplia: “esto tiene que ver con el rol que se pretende dar al Estado –dijo uno de los hombres cercanos-; una cosa es decir que venga la minería y no fijar ningún tipo de postura ni control, para que rompan todo (como pasó en

Comodoro durante más de 100 años con el petróleo) y se aproveche la plata, el oro y otros recursos. Otra cosa muy distinta es fijar las condiciones para que esa actividad se desarrolle bajo ciertos cuidados, con determinadas técnicas que tal vez limiten la maximización de ganancias, pero que garantice el cuidado del ambiente y dé prioridad a la preservación del agua. Tendrá un mayor costo para las empresas, pero el Estado va a garantizar el ambiente”. De esto podría deducirse que, si bien se para en una postura proteccionista del agua, el gobernador no está cerrando la puerta a la minería, sino que se la abre bajo determinadas condiciones.

EL VÍNCULO CON MACRI

La presencia del presidente Mauricio Macri en la provincia, para asistir al discurso de apertura de sesiones legislativas que brindará el gobernador Das Neves el 3 de marzo (“va a ser un discurso muy político y duro, a lo Das Neves”, anticipan desde Fontana 50), es leído desde el entorno gubernamental como una clara señal de la fortaleza política del mandatario provincial. “Mario juega en otras ligas”, advierten sus seguidores, al ponderar el vínculo político construido con el actual mandatario nacional, del que alguna vez dijo –en el lejano 2011- que sería su “límite”.

Cierto es que tampoco los alineamientos a ultranza de la era K han garantizado las soluciones durante los últimos 12 años, en los que la Nación pudo recaudar más de 3.000 millones de dólares por recursos provenientes de esta región –principalmente, por la retención sobre exportaciones de petróleo producido en el golfo San Jorge-, pero a cambio todavía se padece para asegurar los fondos de la obra del acueducto, que cuesta una cifra parecida a aquella, pero con un “cero” menos y en módicos y devaluados pesos.

Chicanas circunstanciales al margen, la relación político institucional debería posibilitar que el presidente de la Nación brinde respuestas concretas a necesidades impostergables de la provincia: desde el reparto de coparticipación (aquí la militancia anti K y pro macrista dirá: “¿el mismo esquema de reparto que no se modificó en los últimos 15 años y que los gobernadores kirchneristas no se atrevieron a reclamar?” Respuesta: sí, ese mismo), hasta las obras esenciales, que para el caso de Comodoro significan terminar la repotenciación del acueducto y empezar el camino de circunvalación, entre otras muchas. Para la última había presupuesto asignado en el 2016, aunque eso no es garantía: algo similar pasaba con la ampliación del aeropuerto de Comodoro, pero ha sido bajado de un plumazo y sin explicación.

No trascendió si habrá pedidos concretos hacia el mandatario nacional por parte de su colega provincial, pero cierto es que la oportunidad podría ser propicia para que Mauricio conozca de cerca, por caso, las implicancias de no considerar las diferencias del costo de vida en la región, a la hora de aplicar indiscriminadamente le impuesto a las ganancias sobre sueldos, o el impacto de los incrementos tarifarios.

En las esferas del poder, muchas veces las señales son más importantes que los hechos. Y la presencia presidencial se inscribe en la primera categoría. El problema es que la segunda queda reservada a la ciudadanía común, que no vive de sutilezas maquiavélicas, sino de concreciones y respuestas que cada vez parecen más difíciles de conseguir.

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