Alexandra Trujillo Jiménez es becaria doctoral del CONICET por el IPCSH (Instituto Patagónico de Ciencias Sociales y Humanas) e ingeniera electrónica. La mujer nació en Colombia, sin embargo está radicada en la ciudad de Puerto Madryn y participó de un proyecto de investigación internacional, vinculado a estrés de mujeres y maduración reproductiva.

De esta forma, pasó 5 meses en Guatemala, junto a un grupo de mujeres de la comunidad maya Kaqchikel, en los alrededores del Lago Atitlán.

EL PROYECTO DE INVESTIGACIÓN

Se trata de un proyecto internacional junto a colegas de Canadá. Es dirigido por el Doctor Pablo Nepomnaschy, investigador correspondiente del IPCSH y graduado de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (UNPSJB). Además, es Director del Laboratorio de Salud Materno Infantil de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Simon Fraser SFU en Canadá.

Según informó el CONICET, se investiga el papel de los desafíos sociales y ecológicos como reguladores de la función ovárica en mujeres sanas y sus procesos de gestación. 

En este sentido, aclararon que el objetivo es investigar la interacción dinámica entre el estrés de las mujeres y los ejes reproductivos durante el proceso de maduración y transición reproductiva.

Alexandra Trujillo Jiménez pasó 5 meses en Guatemala, en un proyecto dirigido por Pablo Nepomnaschy. Allí compartieron junto a un grupo de mujeres de la comunidad maya Kaqchikel, en los alrededores del Lago Atitlán Foto: CONICET
Alexandra Trujillo Jiménez pasó 5 meses en Guatemala, en un proyecto dirigido por Pablo Nepomnaschy. Allí compartieron junto a un grupo de mujeres de la comunidad maya Kaqchikel, en los alrededores del Lago Atitlán Foto: CONICET

“Estos estudios se llevan a cabo desde el año 2000 en una población de mujeres (madres e hijas, basada en una población de fertilidad natural) de una comunidad maya Kaqchikel, ubicada a los alrededores del Lago Atitlán en Guatemala”, declaró Trujillo Jiménez.

EL ESTUDIO SER

El estudio Society, Environment and Reproduction o Sociedad, Ambiente y Reproducción, otorgó las primeras evidencias biológicas consistentes con la hipótesis de que la activación del eje hipotalámico-pituitario-adrenal (HPAA) está involucrado en la regulación de estrategias reproductivas adaptativas a partir de la supresión de funciones del eje reproductivo femenino (eje hipotálamo-hipofisario-gonadal, HPGA).

En este sentido, al activarse la HPAA, afecta la función ovárica y reduce las posibilidades de concepción y mantenimiento del embarazo, debido a deficiencias hormonales tanto durante las fases folicular y lútea.

Cabe señalar, que en esta última fase, al producirse una alteración en los niveles de progesterona, afecta la implantación del concepto y crecen los riesgos de un aborto espontáneo.

EL ROL DE TRUJILLO JIMÉNEZ

“Mi rol en este proyecto, además de haber sido responsable de la coordinación durante la temporada de campo pasada, es evaluar los aspectos somáticos de la maduración reproductiva y el envejecimiento mediante la toma de datos de antropometría, incluyendo la generación de modelos antropométricos 3D, usando el método propuesto en mi tesis doctoral, y la evaluación de estadios de desarrollo de Tanner de madurez reproductiva. Estas medidas y formas corporales se utilizarán para evaluar el estado energético/nutricional y el crecimiento, teniendo como hipótesis que los estadios reproductivos de la mujer (pubertad, período fértil / embarazo, menopausia) están asociados con cambios morfológicos relevantes”, detalló la becaria del CONICET.

Allí, durante su estadía en el país centroamericano, la mujer realizó el estudio con 168 mujeres de la comunidad Kaqchikel, en cuanto a edad reproductiva, pubertad y menopausia. 

Durante su estadía en el país centroamericano, la mujer realizó el estudio con 168 mujeres de la comunidad Kaqchikel Foto: CONICET
Durante su estadía en el país centroamericano, la mujer realizó el estudio con 168 mujeres de la comunidad Kaqchikel Foto: CONICET

A lo largo de esos 5 meses, las mujeres que participaron día por medio entregaron muestras de orina. Además, por única vez, donaron una muestra de sangre y una bucal. De esta manera, serán utilizadas en estudios energéticos, inmunológicos y genéticos.

También, durante dos oportunidades, proporcionaron sus medidas antropométricas, a través de 3D, metodología propuesta en la tesis doctoral de la joven becaria.

Utilizó un estudio antropométrico 3D, metodología que desarrolló en su tesis doctoral Foto: CONICET
Utilizó un estudio antropométrico 3D, metodología que desarrolló en su tesis doctoral Foto: CONICET

“Uno de mis principales desafíos a nivel técnico y humano, fue explicarles a las participantes el estudio antropométrico 3D. Las mujeres del estudio colaboraron usando ropa muy diferente a su indumentaria tradicional, ya que para lograr un registro de la forma corporal más allá de las medidas fue necesario que usaran ropa ajustada como calzas y remeras de diferentes talles y colores neutros/oscuros. Hubo algunos escollos en la traducción, puesto que muchas de las palabras claves no tienen una traducción literal en Kaqchikel. Pero juntas logramos comunicarnos usando ayudas visuales. Me di cuenta que cuando entendían bien el procedimiento, no tenían problema en cambiarse y hacerlo, siempre y cuando les garantizara hacerlo en total privacidad, y que el pantalón cubriera sus piernas casi totalmente. El trabajo fue posible gracias a un gran sentimiento de empatía y confianza mutua”, explicó Alexandra Trujillo Jiménez.

De diciembre de 2022 hasta abril de 2023 -el tiempo en el que trabajaron en el proyecto en Guatemala- la becaria doctoral del CONICET por el IPCSH, trabajó en algunas ocasiones con su director Nepomnaschy. Asimismo, hizo lo propio con Amanda Rowlands, becaria doctoral de la SFU, quien también investiga cómo el estrés influye en el desarrollo reproductivo de las adolescentes y en el envejecimiento reproductivo de las mujeres.

Por último, la joven becaria, aseguró que "recibimos muchas muestras de cariño de mujeres de la comunidad, algunas participantes del proyecto y otras no. Nos hicieron saber que quieren que volvamos. Me deja la satisfacción de haber hecho las cosas bien y que se hayan sentido cómodas con nuestra presencia y nuestro trato. Día a día me esforcé por respetar nuestras diferencias culturales y por transmitir el agradecimiento y cariño infinito por permitirnos estar ahí y hacer ciencia. "Maltiox chiwa" (muchas gracias) para ellas".

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