La semana pasada, en esta misma sección, el experto financiero Juan Manuel Carnevale dio una serie de pronósticos altamente positivos sobre la economía del país, vaticinando la baja de la inflación y una “suba de salarios en dólares”. Para cortar con tanta dulzura, el economista Alejandro Jones salió a advertir que las mejoras en la economía doméstica, sin embargo, recién podrían vislumbrarse para mitad o fines del año próximo, poniendo paños fríos a los indicadores positivos de la macro-economía.

“Claramente, ese analista le estaba hablando al sector financiero y no al conjunto de la economía real, a nosotros los que tenemos relación de dependencia o vivimos de un salario, que dependemos más del movimiento de la economía que de flujos financieros”, advirtió Jones, que integra el Observatorio de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas, de la Universidad de la Patagonia.

“Tal vez puede haber reactivación en algún sector exportador, como puede ser Vaca Muerta, como puede ser el agro, o algún producto regional como el vino, que tienen buenas perspectivas, dado que su precio en términos de dólares traducidos a pesos ha aumentado. Entonces tienen incentivos para exportar”, añadió el analista local, quien se desempeña en la Universidad y también como consultor independiente.

Alejandro Jones, economista y docente de la Universidad Nacional de la Patagonia.
Alejandro Jones, economista y docente de la Universidad Nacional de la Patagonia.

En ese marco, Jones reconoció que hay mejoras por el ingreso de dólares al país, lo que permitió revertir la situación de reservas negativas que había hasta hace pocos meses atrás, además de cierto grado de normalización de las importaciones.

“Ahora bien, esas mejoras, ¿cómo nos afecta al común de la gente? -evaluó-. Por un lado, si el dólar permanece quieto, como dijo el presidente, que no va haber nueva devaluación, el proceso inflacionario va a seguir desacelerando. Y eso nos hace esperar que la inflación llegue a un 5 ó 4% mensual, pero de un modo lento, para fines de este año o principios del próximo”.

Esa proyección, aclaró Jones, se sostiene siempre que se mantenga la actual política, que consiste en sacar todo el dinero posible del mercado, con una segunda premisa que apunta, según el objetivo del gobierno, “a que no se disparen los aumentos salariales, porque eso le puede desestabilizar el plan económico”.

Para Jones, la economía real necesita de esos elementos para poder empezar a recuperarse, pero advirtió que estas medidas tampoco son suficientes para conseguirlo.

“Aunque el salario mejore en dólares, no significa que tendrá mayor capacidad de compra”

“En nuestro salario, ¿qué implica esto? Obviamente, si el dólar se mantiene constante y a nosotros nos van aumentando nuestros sueldos en un valor menor que la inflación, significa que en términos de dólares cobramos más, pero eso no implica que tengamos mayor capacidad de compra. El presidente está cumpliendo lo que dijo desde el primer día, que es acomodar los precios relativos (valor de combustibles, tarifas de energía, etc), pero eso no quiere decir que nosotros mejoremos nuestra capacidad adquisitiva”, insistió.

“Si él sigue pisando la cantidad de dinero y el ingreso disponible de las personas, de todos nosotros, lo que está haciendo es secar mercado. Entonces, nuestro consumo va a seguir cayendo y eso hace que los precios no se disparen”, añadió el docente universitario local.

En definitiva, la inflación se controla en base a la pérdida del valor de los salarios y otros ingresos fijos, lo que lleva a proyectar una baja de la inflación para el primer semestre de 2025.

LA POBREZA EN NIVELES HISTÓRICOS EN COMODORO: “PREOCUPA LA INDIGENCIA EN CHICOS MENORES DE 14 AÑOS"

Para Alejandro Jones, la consecuencia de este proceso es un empeoramiento en las condiciones sociales, con indicadores graves como la última medición de pobreza en el país, que se continuará profundizando.

“Es una locura histórica que Comodoro Rivadavia tenga el 40% de su población bajo la línea pobreza es una locura histórica -advirtió, en referencia a los datos del INDEC, que mostraron que en la ciudad hay 103.000 personas en esa condición-. Y lo más grave aun es la indigencia, porque involucra a muchos chicos menores de 14 años que no tienen para comer todos los días, a una edad en la que quedan marcas para toda la vida”.

Tal como informó ADNSUR días atrás, entre la población pobre hay casi 19.300 personas en situación de indigencia, duplicando la medición anterior y marcando niveles de deterioro social que se ubican entre los peores de la historia de la ciudad, con la advertencia de que esos datos corresponden al segundo semestre del año pasado, sin reflejar, aun, el impacto de la inflación en estos primeros meses de 2024.

“Aunque el salario mejore en dólares, no significa que tendrá mayor capacidad de compra”

“A nivel nacional ya marcó una cifra muy elevada de pobreza y si uno hace una proyección de lo que viene, la verdad que no me atrevo a decirlo, pero es sorprendentemente malo”, reflexionó.

Al anticipar lo que hará el gobierno en los próximos meses, Jones proyectó que buscará fortalecer los sectores generan recursos de exportación. “Sobre esos sectores está trabajando fuertemente, por ejemplo, con la formación de precios de los combustibles y con la decisión de no aumentar las retenciones sobre el agro, o con la meta de fortalecer a YPF para que explotar la exportación de gas y petróleo”.

 Por esa vía, anticipó, habrá generación de riqueza para empezar a girar la rueda de la economía, a la espera del ‘efecto derrame’, “porque si el campo exporta mas va a necesitar más mano de obra, fertilizantes, etc. Sin embargo, como diría Keynes, esto lleva mucho tiempo”.

Por eso, insistió, “la reactivación de la economía real recién la vamos a ver para julio del año próximo”.

LO QUE VIENE EN LA CUENCA SAN JORGE

Al hablar de las proyecciones de la exportación de gas y petróleo desde Vaca Muera, se le consultó al analista local si esto puede implicar mejoras para la actividad en la cuenca San Jorge, pero la respuesta no fue optimista:

“Desgraciadamente, me parece que nuestra cuenca me va a tener un retroceso más que significativo, porque el retiro de YPF, de estas 3 áreas que va a dejar en Chubut, aunque no sean las principales, implicaban una inversión de entre 40 y 60 millones de dólares, que van a dejar de estar en la región”.

“Esa cantidad es lo que deja de gastarse en nuestro ejido urbano y en la zona cercana, lo que significa un impacto fuerte. Puede que vengan operadores más chicos para hacerse cargo de las áreas, pero va a ser desde otro nivel de eficiencia, con menor inversión y empleo”, añadió.

“Aunque el salario mejore en dólares, no significa que tendrá mayor capacidad de compra”

En ese marco, citó los dichos del presidente de la compañía, Horacio Marín, cuando advirtió recientemente que el desprendimiento de áreas maduras le significará la compañía reducir a la mitad su costo operativo.

“Es muy significativo y lo que venga va a tener un costo muy alto”, concluyó.

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