COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR / EL ANÁLISIS DE LA NOTICIA) - Con poco menos de 60 días al frente de la gobernación y con una herencia financiera que todavía pone a Chubut al borde del abismo, Mariano Arcioni sobrevive a los embates de un fin de año signado por reacomodamientos y focos de incendio político.

Sin embargo, también logró destrabar varios conflictos y acercar posiciones. Con miras a 2018, puso proa a sostener medidas que "marcan la continuidad de las políticas llevadas a cabo por Mario das Neves", repitió tras asumir. Sin confrontar, Arcioni puso como impronta de gestión el diálogo y el consenso con los diversos sectores políticos, apostando a sacar a Chubut de una compleja herencia que hoy tiene sus mayores coletazos en la Legislatura provincial.

“Yo no soy Martín Buzzi”, le dijo Arcioni a los integrantes del gabinete que heredó de su entonces jefe político Mario Das Neves. Desde ese día, propios y extraños comenzaron a reacomodar sus posiciones con más especulación que acompañamiento político. Sin embargo, Arcioni sorprendió a más de uno al ratificar más del 90% del gabinete donde varios ya se sentían más afuera que adentro. Arcioni apostó a la confianza en medio de la previsible crisis para las arcas provinciales.

Arcioni, balance del gobernador que "no viene de la política"
convocó a ex gobernadores no contemporáneos a charlar de política y escuchar experiencias Arcioni tiene su mayor ventaja en una cualidad en la que también reside su debilidad: ‘no es un hombre de la política’.

Arcioni viene recorriendo todas las ciudades y comunas de Chubut enfocado en continuar con la impronta que caracterizó la gestión de Mario das Neves. Es decir, buscando canales de diálogo alternativos con el gobierno nacional y los principales grupos económicos de la Patagonia Central.

En este sentido, se viene contactando con distintos referentes de todos los partidos a los que reproduce una y otra vez el mismo discurso: dejar de lado "las mezquindades y eventuales diferencias políticas para hacer frente a la crisis heredada de la gestión en anterior", dijo, y poner la energía en pensar en el presente y el futuro de los ciudadanos de Chubut.

En los primeros días de gestión, finalmente garantizó los fondos para cerrar -al menos por el momento- el prolongado conflicto del transporte urbano, principalmente, con Patagonia Argentina en Comodoro Rivadavia. Se puso al frente de la crisis en SEROS y gestionó alternativas con los trabajadores de la ex Guilford que tomaron la playa de tanques de YPF en el barrio General Mosconi después del abandono que padecieron por parte de empresarios textiles.

A su vez, logró pagar los salarios pese a sectores políticos propios y de la oposición que especulaban con la situación de la provincia y los vaivenes propios de fin de año. Esto incluyó arduas negociaciones con dirigentes comunales que desembocó finalmente en el pago al día de los aguinaldos.

En tanto, presentó el Acuerdo Ciudadano, una serie de medidas con el objetivo de fomentar la producción y el desarrolló a partir de acuerdos con todos los sectores políticos y productivos de la provincia. Por último, el jueves pasado, logró solucionar de manera efectiva el bloqueo en la playa de tanques los trabajadores de CPC. En este sentido, gestionó los mecanismos administrativos para que los empleados en conflicto no pasen las fiestas de fin de año con piquetes.

Todo indica que los focos de incendio seguirán: el gobernador comenzará el 2018 con el desafío de continuar saneando las cuentas de la provincia e impulsando el desarrollo productivo. Este trabajo tendrá su primera parte en el 2018 cuando la Legislatura provincial tenga la responsabilidad de debatir en sesiones extraordinarias nuevos fondos que implicarán el presupuesto provincial.

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