COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) - A lo largo de toda la mañana del miércoles y con la declaración de ocho testigos culminó la tercer jornada de debate oral y público por el homicidio del ciudadano español Domingo Expósito Moreno que tiene como imputados a Sergio Solís y Nadia Kesen. Entre los testimonios sobresalientes de la fecha estuvo el de la hermana de Carolina Gaya, el del hermano de Miguel González y el de una ex pareja de Solís. Cabe destacar la decisión del tribunal al tomar uno de los testimonios sin público en la sala, ya que así había sido solicitado, pero con la presencia de la prensa teniendo en cuenta la publicidad de los actos jurídicos y la mediación de éstos con la sociedad.

Con la sala desalojada de público comenzó el relato de la noche del homicidio la hermana de Carolina Gaya quién recuerda que estaba en su casa, escucha el portón e ingresa su hermana gritando “lo mataron, lo mataron”. “Fueron ellos, es lo primero que pensé”, dijo en referencia a Kesen y Solís; ya que “sabía la lucha que venía llevando a cabo Domi”. Luego relata un suceso en

Expósito Moreno: Solís quería "desaparecer el auto"
con Solís bajándose de un Palio gris

Seguidamente se escuchó el relato de un vecino de Expósito Moreno que al momento del hecho estaba acostado, escucha tres o cuatro detonaciones y sale afuera. Se asoma primero por la ventana que da al frente y ve a Carolina Gaya sola con el nene gritando que habían matado a Domi. Inmediatamente da aviso a la policía.

El cuarto testigo, hermano de Miguel González, recordó que se entera por Facebook, al otro día del homicidio. Recuerda haber hablado con Solís, en broma, de que el auto que buscaban era parecido al suyo, un Gol gris. Solís en un grupo de WhatsApp que tenían con su hermano y Masquelet, decía qué iban a hacer con el auto, que había que desaparecer o hacer algo con el auto. Un amigo de su hermano Miguel González le refirió que él no había sido y que lo habían incriminado en algo que no había hecho. También que la noche del hecho llega Solís a la casa de su hermano y le comenta “me mandé una cagada” y si no le creen que vayan al gimnasio Gatti, en referencia al lugar del homicidio.

En igual sintonía declara el amigo de González que estaban en su casa la noche del crimen y llega Solís y dice “me mandé una cagada”. Luego González le pide que le haga el favor de llevarlo hasta el gimnasio Gatti y al llegar ve todo vallado y lleno de policías. Se dirigen a buscar un auto Gol gris y lo llevan a la casa de un amigo.

Otras dos testigos refirieron un suceso entre Gaya, Expósito Moreno, Kesen y Solís en el interior del Liceo Militar en el momento de retirar los alumnos de primer grado, aproximadamente un mes antes del homicidio.

Finalmente se escuchó la palabra de una ex pareja de Solís que se entera de la muerte de Expósito Moreno porque acompañaba a Solís cuando lo increpa la hermana de Gaya. Luego llegan a su casa con Solís y éste le dice que tenía que hablar con Nadia. Ella le pide que no se marche porque tenía miedo que Nadia Kesen la iba a matar. “Yo creí que ella estaba vinculada a la muerte de Expósito por el problema que venían trayendo con la nena que no permitía que el padre la viera”, memoró.

El tribunal de debate fue compuesto por los jueces Mariano Nicosia, Jorge Odorisio y Daniela Arcuri; por el Ministerio Público Fiscal se hizo presente Adrián Cabral, fiscal general; la querella en representación de Carolina Gaya y los padres de la Víctima presentes en la sala fue ejercida por Sergio Romero. La defensa de Kesen y fue ejercida por Guillermo Iglesias y la de Solis por Lucía Pettinari y Vanesa Vera, abogado particular y defensoras públicas respectivamente. También se hizo presente en la sala una profesional del Servicio de Asistencia a la Víctima del Delito.

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