El problema ahora no es el número y las divergencias respecto al fenómeno que ya nadie se atreve a poner en duda. El problema es que falta un plan económico para parar la inercia que podría llevar a que en 2023 la inflación sea aún superior a la de este año, aunque en el Presupuesto figure una de 60%.

Los analistas, y hasta dentro del mismo Gobierno en estricto off the record, admiten que ya este año está jugado en terminos de inflación, el tema ahora es el 2023, un año de elecciones, cuando la emisión monetaria tiende a aumentar.

Paritarias por arriba del 100% como la que cerró esta semana el gremio de camioneros tampoco auguran un camino descendente para los precios. La pelea con los empresarios por los incrementos de bienes y servicios que está siendo actualizada en los últimos días, ya se vio, da pocos resultados en materia economica, aunque siempre lo que finalmente juega es la política.

 Señalar culpables, ya lo hemos visto a lo largo de los últimos años, no tiene efectos en la macroeconomía. Es necesario un plan que establezca un sendero a seguir para la desaceleración de los precios. Culpables sobran, planes faltan.

El problema que enfrenta hoy el Gobierno, pero también los empresarios y los trabajadores, es que la inflación ya está pegando en el consumo y peor aún: lo está noqueando.

El consumo total con tarjetas cayó 9,4% interanual en términos reales en septiembre y profundizó la baja de agosto que había sido de 2,9%, según el indicador de consumo BBVA Research Big Data.

El dato a mirar es que la cantidad de operaciones  se contrajo pero levemente, lo que cayó de manera pronunciada fue el gasto real de los hogares. Y es que la gente viene perdiendo poder adquisitivo mes a mes. Pierden los asalariados formales pero aún más los no registrados y los que viven de changas, que no tienen ninguna actualización salarial automatica y no cuentan con paritarias que mejoren sus ingresos reales.

El Ahora 30 puesto en marcha finalmente esta semana tiene doble objetivo: impulsar el consumo que viene muy alicaido en las casas de electromesticos pero también dar un beneficio a los argentinos de cara al Mundial para que puedan adquirir televisores 4K, sin olvidarnos que el año que viene es electoral y no vienen mal medidas para estimular la economía que ya da muestras de fatiga.

La caída de las ventas no sólo se siente en las casas de electrodomesticos que según marcan los últimos números del Ahora 12 cayeron 23% en agosto sino que también ya se sienten  en supermercados y almacenes.

De acuerdo a Focus Market vía Scanntech que mide las ventas en 670 puntos de todo el país, en septiembre el consumo masivo retrocedió 9,9%, acelerando la caída del mes anterior. Así el saldo de los primeros nueve meses del año, marca una contracción del 3,5 por ciento.

El problema ya no es la baja de ventas de bienes durables sino el retroceso en alimentos, rubro que en lo que va del año registró una suba de precios promedio de 6,2%. Y está claro, la gente no deja de comprar alimentos porque quiere, deja de hacerlo porque no puede.

Este es el principal problema que enfrenta el Gobierno de cara a las próximas elecciones: una inflación que sube sin pausa y ya está dejando marcas indelebles  en los que menos tienen.

Por Mariana Shaalo 

Mariana Shaalo es periodista especializada en finanzas y economía. Economista. Subeditora de Finanzas y Mercados del diario El Cronista y columnista económica en América TV, A24 y Radio conVos. Antes de su cargo actual, fue redactora de Economía y de Finanzas en El Cronista, y subeditora del sitio Iprofesional.com. Previamente fue columnista económica del programa BDA en América TV y el noticiero América Noticias. Estudió periodismo en Taller Escuela y Agencia (TEA) y Economía en la Universidad de Buenos Aires (UBA).

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