El film de Alfred Hitchcock que engañó a la censura, rompió esquemas y se transformó en icono de la cultura pop se estrenó el 16 de junio de 1960 en Nueva York. Allí empezó un exitoso recorrido de taquilla impensado para productores, distribuidoras o su mismo director.

Hithcock ya estaba consagrado en 1960 (un año antes estrenó Intriga Internacional) y decidió adaptar al cine la novela de Robert Bloch, Psycho. Eligió a Janet Leigh como "protagonista", una actriz muy de moda en el momento, pero decidió que iba a matarla antes de que el film llegara a la mitad de su narración. Esta es la primera acción rupturista que toma el director, eliminando al personaje principal y la diva que todos querían ver antes de que el film alcance la mitad de su duración.

Psycho - Shower Scene

Esto nos lleva a hablar de la escena más icónica de la película y, tal vez, del cine en general, que es justamente cuando la mujer muere. Se trata de "la escena de la ducha", en la que Norman Bates asesina a Marion Crane, la inquilina alojada en su hotel. Esta escena condensa un sinfín de elementos que la hacen tan icónica.

Por un lado, fue la que más demoró en rodarse: tomó una semana y 52 tomas. Una de las razones por las que esta escena tuvo tanta artesanía fue para burlar a la censura, ya que en esa época se encontraba vigente el Código Hays, que determinaba qué contenido era sensible para la pantalla.

La escena de Psicosis contiene asesinato y desnudez, con lo cual no pasaría la censura. Pero, si nos fijamos bien, ni el asesinato ni la desnudez se ven de manera explícita: es la "magia" del cine y la precisión neurótica de Hitch lo que nos mete de lleno en un asesinato a sangre fría. Para lograr esto, Hitchcock echó mano a varios elementos: por un lado, acuchilló varios melones hasta encontrar el indicado, el que produjera el sonido más parecido al de un cuchillo entrando en el cuerpo de una persona.

En cuanto a la sangre, se utilizó jarabe de chocolate que, en la cinta en blanco y negro, pudo apreciarse como sangre. Además creó el baño de manera que la cámara pudiera tomar la situación desde diferentes ángulos y no tuviera las limitaciones de un baño convencional.

Por otro lado, y a pesar de que ella siempre haya negado tal rumor, se dice que Leigh tuvo un doble: la conejita de Playboy Marli Renfro.

Otra curiosidad que encierra esta secuencia es la presencia de un inodoro, que podemos verlo apenas Marion ingresa al baño para su accidentada ducha. El inodoro no se mostraba en pantalla por considerarse impúdico y de mal gusto, lo cual hace a esta escena mucho más controversial y además pionera.

BANDA SONORA

Bernard Herrmann creó esta pieza de violines, violas y violonchelos, designada "El Asesinato" y que se encargó de cubrir de terror a esta escena. Junto a esa creación musical, el maestro del suspense llega a su punto álgido de terror y da una clase sobre cómo mantener la tensión. Esta escena se vuelve tan importante porque justamente condensa la maestría de Hitchcock en los géneros cinematográficos de suspenso y terror y, a partir de aquí, sienta precedentes para todo el cine de género venidero.

En el fundamental libro El cine según Hitchcock, donde Truffaut entrevista al maestro, Hitchcock reflexiona:

“El argumento me importa poco, los personajes me importan poco, lo que me importaba es que la unión de los trozos del film, la fotografía, la banda sonora y todo lo que es puramente técnico podían hacer gritar al público. Creo que para nosotros cineastas es una gran satisfacción utilizar al arte cinematográfico para crear una emoción de masas. Y con Psicosis lo hemos conseguido. No es un mensaje lo que ha intrigado al público, no es una gran comunicación lo que ha conmovido al público. No era una novela de prestigio lo que ha cautivado al público. Lo que de verdad ha emocionado al público era el film puro”.

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