El próximo 11 de septiembre, en Comodoro se realizará un té desfile a beneficio del Hospital de Día del Regional. La intención es juntar dinero y ayudar a ese sector que atiende a niños con cáncer, que llegan de diferentes puntos de la región. 

Por estos días, la organizadora del evento ultima detalles con la ilusión de que la actividad sea una fiesta y, entre todos, poder ayudar un poquito a ese sector del Hospital Regional. Claudia no para. Combina la organización con su trabajo en un local de indumentaria masculina de la avenida Polonia, pero sabe que vale la pena, a fin de cuentas a ella también le ayuda a llenar ese pequeño vacío que siente desde hace años.

Es que lejos de tener una intención material, estos eventos nacieron producto de una difícil situación que le tocó atravesar, la más dura para cualquier madre o padre: la muerte de su hijo.

Claudia junto a Matías.

EL PRINCIPIO DE TODO

Claudia es comodorense de nacimiento y trelewense por cosas del destino. Tenía solo dos años cuando su papá encontró trabajo en una empresa del valle, que buscaba un cañista y decidieron mudarse a esa ciudad. 

A la distancia, asegura que empezaron “de abajo”, pero con esfuerzo y sacrificio salieron adelante. 

Claudia creció en esa ciudad, pero a los 15 años su vida cambió para siempre cuando quedó embarazada y, con solo 16 años, fue mamá de un pequeño varón.
Matías fue su regalo más preciado, el mimado, hasta que llegó Piren, su segunda hija.

Con esfuerzo y dedicación, como le enseñó su padre, crió a sus hijos sabiendo lo importante que es el trabajo. Sin embargo, en un verano de febrero todo cambió para ella, cuando una noche Matías fue asesinado tras intentar defender a una chica que era golpeada por la pareja.

“Él tenía 19 años. Salió de la casa porque iba a juntarse con unos amigos, pero no lo volví a ver. Estaba una pareja peleando y él salió en defensa de la chica. Entonces, lo que le podía haber llegado a pasar a la nena esa, le pasó a Matías”.
Cuenta Claudia que el homicida sacó un arma blanca e hirió a Matías, quien quedó tendido en el suelo. Ese último beso fue su despedida con Matías.

Piren junto a su hermano, en una de las últimas fotografías que se tomaron.

Claudia cuenta que intentó salir adelante como pudo. Junto a su hija, quien ya tenía 15 años, hicieron el duelo como pudieron, cada una por su lado. Es que no se permitían hablar del joven, porque no querían verse sufrir mutuamente. 
Para Claudia fue difícil. Cada esquina, cada lugar, la hacía recordar a su hijo, y un día decidió que era momento de marcharse para poder sanar. 

Comodoro Rivadavia, el lugar donde había nacido y de donde era oriunda su pareja, fue la ciudad elegida para comenzar de nuevo y seguir su camino, y no se equivocó.
“Comodoro me recibió con los brazos abiertos, porque la ciudad la hace también uno, de cómo viene uno predispuesto, y yo venía predispuesta a recibir cariño, que era lo que necesitaba, y la gente que se me acercaba me daba cariño. Así hice muy lindas amistades, de esas que decís ‘puedo contar con esa persona’”, cuenta esta mujer que vive en la ciudad hace 17 años.

Claudia ya estaba radicada en la ciudad hace un buen tiempo cuando tuvo la oportunidad de comenzar a hacer eventos. “Trabajaba en un local en el centro, y vino una señora y me dijo ‘¿sabés que estoy necesitando hacer un desfile?’. Ella sabía que yo había estudiado como Asesora de Imagen y Organizadora de Eventos, pero no lo desarrollaba. Y le dije ‘dale, hagámoslo, yo te ayudo’, y lo hicimos”.
El primer evento del que participó se realizó en el Centro Gallego y fue a beneficio de una ONG. Para Claudia fue un camino de ida. “Después me gustó porque, sin darme cuenta, fue como que los vasos vacíos que tenía se estaban empezando a llenar, pero de otras cosas lindas. Entonces, como me habían quedado contactos de distintos locales, de dueños, decidí hacer otro evento y todos me dijeron que sí”. 

Desde entonces, se dedica a hacer eventos solidarios para diferentes organizaciones; entre ellas, la Escuela 519 de Kilómetro 3, la Escuela Hipoacúsica, Fundación Crecer y Prevención en Cáncer.

Claudia en uno de los tantos eventos solidarios que organizó.

Ahora, tras la pandemia, ella se prepara para un nuevo evento solidario. Un té a beneficio del Hospital de Día Oncológico. “La idea surgió con Valeria Velarde, y la idea es ayudar con lo que se puede a los voluntarios, amazones y leoncitos. A ellos no les gusta recibir plata; pero sí lo que hay que comprar pueden ser medicamentos, un mueble, así que veremos qué es lo que recaudamos y compraremos lo que se necesita”.

Cada entrada tendrá un valor de 2.700 pesos. Un porcentaje irá destinado a la actividad solidaria y el resto al costo de la tarjeta que cobra el salón.

Claudia está ilusionada, sabe que distintos locales, como Comodoro Indumentaria, Nina Bouting, Mi Capricho, Esencia, Body sculpt, Robertino, y Biju, se sumaron a la movida solidaria que tendrá el cierre del diseñador de modas Marcelo Arbe. “Todos los eventos siempre salen bien, y este año creo que vamos por el mismo camino, gracias a Dios vamos bien. Nos pone muy contentos hacerlo, porque en mi familia hace un tiempo sufrimos la pérdida de un sobrino de 3 años que murió de cáncer y sabemos que hay mucha necesidad, que los padres tienen que estar abocados a esos nenes y, si no tenés un trabajo fijo, se la ven bastante dura”.

Claudia asegura que todo el trabajo de quienes participan es a beneficio, tanto locutores como quienes colaboran con el show, desde fotógrafos hasta modelos, incluso el de ella. Es que como dice, todo es gracias a Matías. “Él es lo que me lleva a seguir, porque esto me ayuda a llenar los vacíos que había dejado. Porque quizás nunca hubiera cambiado de ciudad, o de vida, si Matías estuviese vivo, así que creo que todo se lo debo él”, dice esta mujer que decidió convertir el dolor en solidaridad para ayudar a otros.

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