María Belén estaba lista para comenzar a trabajar este jueves 11 de mayo en una concesionaria de autos. Unos días antes, había mandado su currículum a una conocida página de ofertas laborales y la contactaron inmediatamente, confirmándole luego de la entrevista el puesto laboral.

El miércoles 10 al mediodía tuvo una reunión donde le dijeron que quedaba y que se presente a trabajar al día siguiente en la concesionaria (ubicada en avenida Cobo al 600). Sin embargo, ese mismo miércoles por la tarde, recibió un mensaje de la persona que la había convocado y con quien se había reunido y le dijeron que finalmente no asistiera por su estado de WhatsApp que refería a #Ni Una Menos.

La negativa la recibió por la red de mensajería con un extenso mensaje: "María, hola. Disculpame pero te seré honesto. Vi tu estado “Ni una menos”, sos pañuelo verde e ibas a venir a un ambiente muy machista”, dice el mensaje que recibió Belén. 

La rechazaron de un trabajo por no ser una mujer "oprimida por el patriarcado"

Ahí los muchachos hacen chistes que ustedes toman muy susceptiblemente todo para el carajo”, continúa. “Prefiero buscar otro estilo de mujer, lo que sería para ustedes una oprimida del patriarcado. Perdoná pero sé evitar futuros conflictos y hacerte pasar futuros disgustos por estos chicos que tengo, que seguramente los sientas como opresores machistas. Gracia, mañana no comiences”, dice el mensaje escrito por el dueño de esta concesionaria que es abogado laboralista y tiene un estudio jurídico

Belén es periodista deportiva y trabajó hasta enero en el área administrativa. “Si vio mi currículum hubiera visto que trabajé en una gomería, un ámbito de hombres y aparte soy periodista deportiva. O sea, trabajé con muchos hombres y no maté a ninguno. Realmente no puedo entender su cabeza”.

El hombre envió los mensajes y bloqueó a Belén, por lo que ni siquiera le dio lugar a una respuesta y quedó ella nuevamente desempleada. Este tipo de situaciones de discriminación por género se repite en los espacios laborales y son preocupantes.

“Lamentablemente es muy común, como todos los tipos de violencia de género que sufrimos las mujeres por el simple hecho de ser mujer. Es una relación de desigualdad que tenemos desde hace tiempo y con la que venimos luchando para que nuestros derechos y nuestras situaciones sean igualitarias”, expresó a Tiempo Argentino, Mariana Del Pozo, Coordinadora de Instrucción y Seguimiento de Casos de la Dirección de Asistencia a la Víctima del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo.

La violencia de género, afirma Del Pozo, se establece porque ella no puede trabajar por su ideología. “Y también porque debería aguantarse los comentarios machistas de sus compañeros de trabajo, y como ella seguramente no se los va a aguantar es mejor que no ingrese a ese trabajo. Todo es reprochable en esa actitud”, sostuvo la coordinadora.

Consideramos a la violencia de género como discriminación porque desde hace algunos años los organismos internacionales así lo consideran. Esta relación de desigualdad entre el hombre y la mujer por el simple hecho de ser mujeres, se considera discriminación. Entonces, INADI, protege a este grupo históricamente vulnerado, que son las mujeres, y se considera discriminación cualquier tipo de violencia de género”, especificó Mariana Del Pozo.

Según un estudio elaborado el mes pasado por Grow, Género y Trabajo, 9 de cada 10 mujeres que respondieron la encuesta experimentaron algún tipo de violencia simbólica.

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