José Luis Silva, un jubilado de 74 años, estuvo durante cuatro meses peregrinando por distintos centros de salud tras sufrir una trombosis aguda de aorta. Murió el domingo y su familia realizó una denuncia. 

A José Luis le amputaron las piernas en la Clínica San Nicolás, en el partido bonaerense de San Pedro, el 28 de marzo. Dos semanas después, cuando ya estaba de alta, llamaron a su hija Liliana desde la clínica: le pidieron que fuera a retirar las piernas porque no contaban con el servicio de disposición de residuos patogénicos.

"¿Usted me está jodiendo, no?", fue su primera respuesta. "No tengo forma de ir, mi papá está internado nuevamente y no lo puedo dejar solo. ¿Qué quiere, qué le mande una moto a buscarlas?", le contestó al empleado, quién le sugirió contratar un servicio de sepelio.

“Me dijo que ellos se encargarían de cremar las piernas y guardarlas en una urna. Así, el día que tu papá muera, se pone todo junto en el cajón", le explicó - según publica Infobae -  cuando todavía no podía salir del shock.

“Si me lo hubiesen dicho cuando mi papá estuvo internado allá, quizás me las traía y las enterraba en el fondo de mi casa”, dijo.

La clínica desde donde llamaron a la familia de José Luis para que retiren sus piernas.
La clínica desde donde llamaron a la familia de José Luis para que retiren sus piernas.

La mujer se comunicó con la delegación de PAMI, le explicaron que no tenía que ir a retirar nada y le dijeron que “Se tiene que hacer cargo la clínica”. Finalmente fue así. 

El domingo José Luis falleció y su familia decidió denunciar además las peripecias que debieron afrontar para que recibiera una atención digna. Producto de las demoras de su diagnóstico, su padre debió ser amputado.

Los hijos ahora evalúan iniciar acciones legales contra ella por abandono de persona y mala praxis.

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