"No recuerdo a quién estamos por sumergir en el espejo de agua, pero seguramente alguna se había mandado. Momentos de desenchufe que nos permitían seguir adelante", había escrito Eduardo Dalmedo, capitán retirado, el 3 de septiembre de 2014 en una foto donde se lo ve - junto a otro soldado - sosteniendo de piernas a un soldado dentro de un ojo de agua.

El 2 de abril pasado, Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de las Malvinas, esa misma imagen se viralizó causando un fuerte repudio debido a la referencia casi explícita de que se trataba de un acto de tortura.  Dalmedo decidió dar su versión de la foto, descartando por completo que se tratara de una tortura a alguien.

"Yo no tengo la mente tan retorcida como aquellos que ven que hay dos personas sonriendo, sosteniendo las piernas y no empujando a nadie. La persona que está de cabeza puede salir de ahí. Eso es una mente retorcida", afirmó sobre la incorrecta interpretación del texto junto a la imagen.

 "Durante 41 años, ni se preocuparon por los veteranos de guerra y ahora buscan crear rencores para sacar rédito", dijo tras señalar que la viralización de la imagen venía desde  una asociación de veteranos de La Plata.

Dalmedo explicó que estuvo a cargo del Regimiento N° 7 de La Plata, que se desplegaba en los cerros, durante el conflicto bélico. A diferencia de otras unidades que estaban cerca de Puerto Argentino, ellos estaban a 15 km y no tenían agua potable. "Había varios ojos de agua en la zona, pero los utilizamos sin saber si era agua potable o no".

Dalmedo dio su versión sobre la polémica foto viral.
Dalmedo dio su versión sobre la polémica foto viral.

Por lo que decidió ponerse en contacto con el Hospital Regional ubicado en Puerto Argentino - según contó a Radio del Mar - para saber si había algún bioquímico que pudiera analizar el agua. "Me dieron frasquitos esterilizados para tomar la muestra", dijo el exmilitar, quién actualmente vive en Comodoro Rivadavia.

Ante la imposibilidad de meterse porque el agua era "helada" y si se metían con los botines podían contaminarla, es que un soldado debía ingresar de cabeza mientras el resto lo sostenía para tomar la muestra. "Esa foto no fue la primera vez, sino que fue en varias oportunidades. Periódicamente analizábamos el agua por miedo a que se contaminara", aclaró.

Dalmedo también explicó que "el primero que se metió para saber si se podía hacer fui yo. Nunca pedí algo que no pudiera hacer yo". Y añadió que el soldado elegido para ingresar a tomar la muestra "era alguien que se mandaba alguna macana, se le caía una bolsa de azúcar, o volcaba algo, él se metía en el ojo de agua para sacar la muestra".

"La mejor manera que encontramos era esa, siempre los agarrábamos de los pies. Hacíamos muchas bromas para sacarnos el miedo y la incertidumbre.  Era una foto hasta graciosa", dijo.

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