El Chenque fue bombardeado. Suena insólito, llama la atención, pero tiene explicación. El hecho ocurrió hace poco más de 27 años, cuando el cerro se derrumbó destruyendo una parte de la Ruta Nacional N° 3 e interrumpiendo el tránsito en esa artería que une el norte con el sur del país.

La explosión se produjo el 24 de febrero de 1995, 12 días después que el Cerro Chenque se movió y una gran masa de tierra se desplazó hacia la costa, destruyendo un tramo de la Ruta Nacional N°3 y produciendo grandes grietas de más de 3 metros de profundidad en algunos sectores. 

Esa tarde el Chenque explotó en un operativo que ejecutó la Municipalidad junto al Ejército Argentino. El objetivo era sencillo: quitar todos los peñascos que estaban sueltos en la zona inferior de la ladera y que podían volver a caer. A fin de cuentas, en principio se trataba de evitar nuevos desmoronamientos y una posible tragedia, y a largo plazo de preparar el lugar para abrir un camino provisorio que permita reanudar el tránsito en la Ruta 3.

La tarea estuvo a cargo del secretario de Servicios Públicos de la Municipalidad, el recordado Juan Manuel Feeney; el hombre que pensó en el primer pulmón verde para Comodoro y dio vida al Cordón Forestal. El entonces funcionario contó con el acompañamiento del Ejército Argentino que hizo detonar las cargas explosivas. 

Por supuesto, no fue una decisión azarosa, sino que por el contrario, su ejecución fue recomendada por expertos en la materia. Es que por esos días todos temían nuevos movimientos en el cerro, y la posibilidad latente de que pesadas rocas cayeran desde su cima.

Ese temor incluso provocó que dos días antes funcionarios de Vialidad Nacional y de la Municipal decidieran no abrir el camino precario que se pensaba habilitar. De esa forma, el tránsito continuó circulando por los caminos alternativos: el Roque González y el Centenario, que en ese entonces eran solo huellas utilizadas por algunos valientes. 

Según los expertos para poder garantizar el paso de los vehículos había que eliminar primero las fracturas detectadas en la zona alta. Sin embargo, no todos estaban seguros de que era la mejor solución. Algunos temían que una explosión generara nuevos movimientos.

Mientras se tomaba una decisión final, en la zona del cerro continuaban los trabajos de relleno y compactación. 

En la ciudad, en tanto, la conmoción por la caída del cerro ya había pasado, y los vecinos esperaban soluciones, principalmente por el caso que provocaba el paso de los vehículos entre el Centro y Kilómetro 3.

Finalmente, el Municipio decidió que se realice el operativo de explosión. 

Imagen de los explosivos que se utilizaron para la detonación. Foto: Diario Crónica.

Al otro día, diario Crónica publicó: “Una vez más nuestro cerro hizo pum”, y brindó detalles del trabajo realizado. El resto es historia. Al costado de la Ruta Nacional N° 3, sobre el primer cementerio de Comodoro Rivadavia, se volvió a construir el camino, pero luego de unos años quedó en desuso. El mismo fue construido por Vialidad provincial y su par nacional como medida alternativa, y derivó en un millonario juicio al Estado Nacional por parte de los propietarios de dos terrenos privados que fueron utilizados para construir esa vía.

Hoy esa “ruta fantasma”, que no existía en los registros de Vialidad Nacional, forma parte del paisaje y es utilizada por atletas y ciclistas para realizar deportes. En la actual gestión como una forma de otorgarle valor a un sitio con un hermoso paisaje, se decidió intervenirlo, mientras que en el cerro se inició el aterrazamiento, y en su etapa final la Municipalidad planea convertirlo en un punto turístico con un centro de interpretación y un mirador para avistar la ciudad. 

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