Mauricio es un abuelo argentino, tiene 102 años y entró en el Libro Guinness de los Récords por una situación insólita. Ingresó, por ser el hombre que más tardó en divorciarse.

Según informó RED43, la ultima relación del hombre fue agobiante. De esta manera, reveló que estaba por enfermarse, sin embargo, todo cambió en unos meses.

“Antes de divorciarme, me estaba enfermando. Tenía taquicardia, hipertensión y me sentía muy, muy mal todo el día”, aclaró.

Y después del divorcio, “a los dos o tres meses, se me pasaron todos los males. Se terminó la hipertensión, se me terminó la taquicardia”, indicó. 

Luego, comenzó a pasar tiempo con sus hijos y las personas que lo conocen. En este sentido, explicó sentirse mejor física y emocionalmente.

Las claves de la longevidad

Al ser consultado, respecto a un secreto por todos sus años de vida, Mauricio sostuvo que hay que tener amor por la gente y no guardar rencor.

“Cultivo una rosa blanca, en junio como en enero para el amigo sincero que me da su mano franca. Y para el cruel que me arranca el corazón con que vivo, cardo ni ortiga cultivo, cultivo una rosa blanca”, agregó, citando un poema.

Asimismo, contó que mantiene su memoria a través de la lectura, utilizando celulares o computadoras, donde puede agrandar la letra. 

“Ahora vivo mucho más tranquilo. Puedo disfrutar de las cosas que me gustan. Antes, cuando estaba casado, no lo podía hacer. Estaba como encerrado pero encontré la libertad. No tengo nada en contra de mi expareja. Pero creo que había llegado la hora de poner un punto final para sentirme mejor y así lo hice”, cerró Mauricio.

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