Es de Rada Tilly, volará de la Patagonia a Alaska y este miércoles piloteó el vuelo inaugural de JetSmart
Juan Martín Escobar -"Tinti", como lo conocen sus amigos- es de Rada Tilly y este miércoles fue el piloto del vuelo que inauguró la ruta Comodoro-Buenos Aires de la aerolínea JetSmart. En esta crónica te contamos la historia de este joven que ahora se propone volar a Alaska e investigar el cambio climático en un avión experimental que armó junto a un amigo.
Hace tres años, Juan Martín “Tinti” Escobar (36) era piloto de LAN Argentina. Su carrera era estable y tenía un trabajo asegurado. Sin embargo, un día, un amigo que conocía de Chile, donde estuvo trabajando para la misma compañía, le preguntó si le interesaba formar parte de un proyecto: la fundación de una aerolínea que quería desembarcar en diferentes puntos de Sudamérica.
Casi tres años después JetSmart es una realidad y Tinti atraviesa un buen momento. Como dice con orgullo, se la jugó en salir de una empresa grande y con el diario del lunes puede “decir que salió todo lindo”.
Por supuesto que hubo momentos difíciles, principalmente en pandemia, cuando todo fue incertidumbre. Sin embargo, a pesar del parate y la situación del país, la compañía decidió apostar a Argentina: trajo su quinto avión y sumó nuevos destinos, primero la ruta a Jujuy y ahora a Comodoro Rivadavia, con Tinti como piloto principal del vuelo inaugural, algo que lo hace feliz.
“Me pone muy contento todo esto”, dice desde su casa de Buenos Aires, a poco de terminar esa primera operación aérea a Comodoro Rivadavia. “Yo particularmente soy de la zona y entendíamos que hacía falta una competencia y poder tener alternativas para volar a precios razonables, de manera confiable y a tiempo. Así que gracias a todo el trabajo en equipo, y a un montón de gente, de provincia, municipio y demás hoy se pudo concretar. Estoy feliz”.
Sin duda tiene razones para estarlo. Cuando comenzó a trabajar en JetSmart, la empresa no existía como tal en el país. Eran apenas cinco pilotos, algunos tripulantes y un par de gerentes. Como dice, “un gran desafío, una mezcla de miedos con incertidumbre y un poco de aventura”, mucho más en Argentina, donde iniciar una empresa aeronáutica desde cero tiene sus riesgos y más en su caso, que estaba cómodo trabajando en LAN Argentina.
El próximo mes se cumplirán cuatro años del comienzo de esa experiencia, que lo llevó a vivir la aeronáutica desde otro lugar, ya que en su recorrido la compañía tuvo que hacer todos los preparativos para certificar en Argentina pero también buscar los aviones, para lo cual Tinti tuvo que viajar a Hamburgo, Alemania, algo que sabe que tiene un valor profesional.
“Es muy difícil que se presente esta oportunidad, porque generalmente uno entra a una empresa ya formada, inicia su carrera y es relativamente raro que a uno le toque ir a buscar un avión nuevo a la fábrica o que le toquen nuevas rutas, porque generalmente la empresa ya está consolidada. Pero yo tuve esa suerte, esa oportunidad, porque empezamos de cero con todo esto de empezar a operar en nuestro país y de a poco fuimos trayendo más pilotos, más tripulantes”.
UN AMBICIOSO PROYECTO
Mientras disfruta de este buen presente, Tinti ya piensa en su próximo desafío, para el cual se viene preparando hace varios años: el Proyecto Correcaminos, Patagonia - Alaska” que pretende unir esta región con el estado más norteño que tiene Estados Unidos, en un avión experimental que él mismo armó junto a un amigo, Guille Casamayu.
Desde 2013 ambos vienen trabajando en el proyecto. El mismo ya está volando, fue probado, y si todo sale bien, en un mes le instalarán un altalómetro que llegará de Eslovenia y permitirá medir la concentración de carbono en la atmósfera para estudiar el cambio climático, el segundo objetivo del viaje.
En ese sentido, explicó: "Queremos utilizar ese equipo para estudiar el cambio climático junto a la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, y estamos viendo si se puede sumar el Servicio Meteorológico Nacional y algunos organismos más para que nos ayuden a analizar la data. Estamos contentos porque sería la primera campaña de expedición científica realizada con un avión argentino, y eso está bueno”.
Está previsto que a principios de abril inicie el viaje a Alaska. El mismo será por etapas, demandará por lo menos un año de travesía, y significará otro gran paso para este piloto chubutense que se anima a soñar en grande, tal como hizo cuando dejó la carrera de ingeniería industrial para volcarse a la aeronáutica, o cuando cambió una gran empresa para iniciar una pequeña, aquella que hoy aterrizó por primera vez en Comodoro Rivadavia, la ciudad en la que creció y se enamoró de las alturas.