Él es un vecino de Comodoro que, como muchos otros, se quedó sin trabajo. Para llevar un plato de comida a su casa, empezó a vender barriletes en la calle. "No puedo volver con las manos vacías”, expresó.
Para sobrevivir, su esposa a veces prepara torta fritas o alguna otra comida para ofrecerla en la vía pública. "Sirve aunque sea para llenar la olla. Mal o bien, no nos quedamos", manifestó el hombre.
Cuenta que no tienen muchas esperanzas de encontrar trabajo "porque ya dejamos currículum en todos lados, hicimos lo posible pero no se encuentra, hoy escasea. No queremos hacer esto por siempre, pero hasta que encontremos algo mejor, es lo que hay” sostuvo a Diario Crónica.
“Hacemos todo lo que podemos, siempre trabajando para salir adelante. El 2020 fue un año muy duro, mucha gente murió y el trabajo fue algo que nos costó mucho a todos, se cerraron muchas puertas para trabajar. Gracias a Dios, a mis hijas no les falta para comer, mientras nos sigamos moviendo y no nos quedemos, no les va a faltar nada”, concluyó.