Una mujer de Cipolletti viajó a Ucrania como voluntaria para colaborar con la sociedad que fue víctima de la invasión iniciada el 24 de febrero de 2022. Los primeros meses del conflicto, miles de familias fueron separadas, quedaron en la calle o murieron tras los bombardeos.

Actualmente, el clima que se vive en dicho país es muy complejo. Muchas ciudades quedaron completamente destruídas ante los bombardeos, nenes huérfanos sin alimentos, elementos esenciales para abastecerse y la inseguridad constante por el miedo a perder la vida en cualquier momento.

Pese al peligro que implica estar allí, Natalia Peña, decidió pedir licencia en su trabajo y tomar rumbo hasta Varsovia, en Polonia, el aeropuerto más cercano al país invadido.

“La idea es ir un mes y ayudar en lo que uno sepa, o quiera. En mi caso, soy maestra jardinera y voy a trabajar con los niños que quedaron desamparados, pero también si me tengo que sumar a la reconstrucción de viviendas lo haré”, reveló la docente en diálogo con LM Neuquén.

Peña aseguró que nunca colaboró en una guerra, realizó un curso para aprender cuestiones básicas, como saber reconocer las sirenas de bombardeos aéreos, dónde resguardarse, de que forma evacuar, aprender a moverse y a tener aspectos en cuenta ante un potencial enfrentamiento.

Conmovedor: una docente patagónica viajó a Ucrania para llevar ayuda humanitaria a los nenes afectados

El pasado martes por la noche, la mujer de Cipolletti voló hacia Polonia y el miércoles aterrizó en Varsovia. Es muy difícil conseguir algún transporte, pero la argentina pudo tomar un colectivo que la llevó hasta la frontera.

“Actualmente vivo en Chichinales con mi familia y trabajo en el jardín de infantes independiente N° 65, donde tomé licencia. Mis papás y mis hermanos siempre me apoyaron y acompañaron en esto, y saben que es peligroso porque es zona de guerra”, explicó.

“Llevo varias cosas para jugar, también caramelos, chupetines, globos, fibras y mi traje de payaso, pero sobre todo mucha esperanza en este momento tan difícil. Quiero que utilicen el arte para distraerse”, relató la rionegrina.

"Voy porque nos necesitan. Porque sé que si eso nos pasara a nosotros, me gustaría que vengan a ayudarnos también. Es un programa abierto a cualquier persona que quiera colaborar, no hay que ser de la iglesia. Todos los gastos los pagamos a pulmón. En mi caso recibí ayuda de amigos y familiares y también organicé actividades para juntar el dinero para el pasaje y la estadía. Nadie me regaló nada”, declaró.

Por último, Natalia dijo que regresará a la Argentina la última semana de octubre. Ella espera poder colaborar con los ucranianos y darles un poco de alegría ante tanto sufrimiento que les toca vivir.

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