“No hay posibilidad de interconexión entre el Río Chubut y Sacanana: son cuencas distintas y la circulación es en direcciones distintas”
Lo manifestó Mario Grizinic, geólogo especialista en hidrogeología y docente que ayer viernes dio una charla online titulada “Agua subterránea en la Meseta Central del Chubut”. Fue organizada por el Departamento de Geología de la Universidad Nacional de la Patagonia “San Juan Bosco”, con el aval de la Facultad de Ciencias Naturales y Ciencias de la Salud.
RAWSON (ADNSUR) - El Departamento de Geología de la Universidad Nacional de la Patagonia “San Juan Bosco”, con el aval de la Facultad de Ciencias Naturales y Ciencias de la Salud, realizó ayer viernes un nuevo encuentro en el marco de su ciclo de charlas técnicas.
El tema de la charla, realizada de manera online, fue “Agua subterránea en la Meseta Central del Chubut” y estuvo a cargo de Mario Grizinic, geólogo especialista en hidrogeología y profesor de la cátedra de Hidrogeología de la Universidad Nacional de la Patagonia desde 1981.
“Dada la inmensidad del territorio -la Meseta abarca no solo el norte de Chubut sino también la parte sur de Río Negro- y la diversidad geológica, las aguas que circulan por lo general tienen buena calidad, excepto en profundidad cuando comienzan a tomar valores de alta salinidad”, explicó Grizinic, quien precisó que en el caso de Chubut la región abarca casi un tercio de su territorio.
El especialista diferenció los tipos de cuencas que existen, entre las cuales destacó las exorreicas, que desembocan en un océano o en el mar, como por ejemplo la del Río Chubut; y las endorreicas, que solo tienen circulación de agua en su interior, no tienen relación con cuencas vecinas y desembocan en lagos o lagunas. Entre ellas está la del Senguer, que desemboca en los lagos Huapi y Musters, y la del Sacanana, que desemboca en la Laguna Verde.
En cuanto al agua subterránea, explicó que “los acuíferos libres tienen recargas a través de precipitaciones y circulan por donde hay materiales de relleno; mayormente es la que se utiliza para abastecimiento en establecimientos rurales”.
“Hacia abajo se puede tener otros niveles de circulación confinados, es decir que tienen una sección que los separa del resto. Esos acuíferos están a mucha mayor profundidad y forman parte de los que tienen mayores reservas de agua subterránea”, agregó.
En este marco graficó la divisoria que existe entre las cuencas de Gastre y Sacanana y la del Río Chubut, así como detalló cada una de las cuencas existentes en la provincia y en la zona de la Meseta.
Grizinik indicó que desde el año 1956 se investigan por parte de organismos nacionales las aguas subterráneas, y que las investigaciones “se intensificaron en los años 80 con colaboración de Chubut”.
En particular consultado sobre la posible conexión entre el Río Chubut y la cuenca de Sacanana “explicó que las divisorias de aguas y la circulación de aguas subterráneas son en otra dirección”. Precisó que la distancia es de entre 60 y 80 kilómetros y que, teniendo en cuenta la velocidad de circulación por las características del terreno que le otorgan alta salinidad a las aguas, en el caso de ser posible que el agua cambie de dirección y que haya una conexión entre las cuencas, “tardarían unos 3.000 años en recorrerlo”, no obstante lo cual consideró “importante tener un control del flujo para prever inconvenientes”.
En concreto, respondió: “No hay posibilidades de interconexión entre el Río Chubut y Sacanana: son cuencas distintas y la circulación se produce en direcciones distintas”.
El de este viernes fue el segundo encuentro luego del realizado el 26 de febrero bajo el título “Dispersión de material particulado en proyectos mineros: ¿Hasta dónde llega el polvo de las minas?”, y que estuvo a cargo de Oscar Minolli, bioquímico especialista en ingeniería ambiental y modelos de dispersión de partículas.