ROMA - El presidente Alberto Fernández se reunió con el papa Francisco​ en el Vaticano, en una audiencia que desató enorme expectativa y que se lleva a cabo en la Biblioteca privada del Palacio Apostólico.

El encuentro duró 44 minutos, casi el doble del tiempo que el Pontífice le había dedicado en su momento a Mauricio Macri. "Santo Padre, qué gusto verlo", dijo el Presidente al iniciarse el encuentro, a lo que el Pontífice le respondió con un "bienvenido".

Francisco lo recibió en la sala del Tronetto y lo invitó a pasar a su biblioteca privada. "Primero el monaguillo", bromeó el Papá al hacerlo pasar al salón.

Alberto Fernández ingresó primero en el Patio de San Dámaso, donde estaba izada la bandera argentina. "Il cortile" estaba custodiado por la Guardia Suiza y por los gentilhombres, los laicos que, según dicta el protocolo, asisten al Papa. El prefecto del Palacio Apostólico recibió al Presidente.

Una vez que termine la reunión privada entre el Pontífice y el Presidente, el resto de la delegación se sumará a la sala. En ese momento intercambiarán los regalos. El Presidente llevó tres obsequios particulares: un busto del Negro Manuel, primer devoto de la Virgen de Luján; un telar elaborado por la Granja Andar, de Moreno; y un libro sobre cafés de Buenos Aires.

Antes del encuentro con el Papa, el Presidente participó de una misa "por la reconciliación" en la Basílica de San Pedro. La ceremonia religiosa, celebrada a las 8 de la mañana (las 4 de la Argentina), la ofreció el arzobispo argentino Marcelo Sánchez Sorondo, canciller de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales, y participó toda la comitiva que acompaña al mandatario.

Sánchez Sorondo pidió "celebrar la misa de la reconciliación que está en los corazones del Presidente, de los obispos y del Papa". También habló de Juan Domingo Perón y de su encuentro con él en 1973.

"Perón nunca se imaginó que iba a haber un Papa argentino y uno tan cercano a él. Dios nos está mostrando un camino importante, para que la Argentina se ponga de pie", señaló.  

El prelado, que conoció personalmente a Perón en esta ciudad en 1973, valoró la figura del ex presidente. "Perón cambio decisivamente a la argentina y tenemos que seguir ese camino", sostuvo el arzobispo.

La misa estuvo llena de detalles peronistas y sobre el altar había una imagen del padre Carlos Mugica.

En primera fila el presidente siguió la misa junto a su pareja Fabiola Yañez, el canciller Felipe Solá, la ministra de justicia Marcela Losardo y el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz.

Al terminar la celebración, rezaron frente a la tumba de Juan Pablo II, cuyos restos ahora descansan en San Pedro, para recordar a Paulo VI, el Papa a cargo en 1973.

En el mismo lugar donde se celebró la misa, en el subsuelo de San Pedro, donde, según la tradición, descansan los restos del primer pontífice; Sánchez Sorondo y Mugica celebraron la misa en noviembre de 1972 para agradecer que Perón podía regresar a la Argentina después de 18 años.

El mandatario argentino anticipó que no hablará sobre el posible envío de un proyecto de ley al Congreso para legalizar el aborto. “Esos temas (por el aborto) no son temas que tenemos que abordar con él”, dijo el presidente tras arribar a Roma y luego del presunto malestar de la Iglesia.

Las visitas protocolares duran no mucho más que 22 minutos, el tiempo que el Papa le dedicó a Mauricio Macri en 2016. “Durará lo que Francisco desee”, señalaron en la delegación nacional.

“Tenemos temas importantes de que hablar. Son los problemas que tiene la Argentina centralmente hoy (…) Lo que nos preocupa son la pobreza, la marginación, la forma en la que muchos argentinos están pasando una situación de mucha crisis. El Santo Padre siempre ha estado preocupado por eso; también lo debe estar ahora”, dijo el Presidente, en la sede de la residencia del embajador ante la Santa Sede, donde se aloja durante su estadía en Roma.

El canciller Felipe Solá sugirió que también hablarán sobre América latina y sobre el país, además de mencionar el nombre de María Silva, a quien Fernández designó para ocupar la embajada ante el Vaticano, una decisión que el Papa debe aceptar.

Fernández y Francisco se ven las caras por tercera vez en tres años. El Pontífice lo recibió el 26 de enero de 2018. El Presidente regresó en agosto de ese año con una comitiva internacional para pedir por la liberación del ex presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva.

En el pasado, en Buenos Aires, Fernández y el entonces arzobispo de Buenos Aires Jorge Bergoglio compartían el dentista, un detalle que el primero le recordó al pontífice cuando le escribió para concretar el primero de los encuentros a través del ahora secretario de Culto Guillermo Oliveri, presente en la reducida comitiva que integran la primera dama Fabiola Yañez, Solá, el secretario de Asuntos Estratégicos Gustavo Beliz, la ministra de Justicia Marcela Losardo y el secretario de Comunicación Juan Pablo Biondi.

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