CAPITAL FEDERAL (ADNSUR) – El joven nacido en Comodoro Ángel Meso Parra (32) estuvo preso 30 días en el penal militar de Ramo Verde tras participar de una manifestación en apoyo a la toma del Fuerte Militar Paramacay en el Estado de Carabobo. Fue golpeado y hacinado en una sala con 26 hombres y un baño. Una gestión de cancillería logró su liberación. La mamá habló con diario Clarín. Mirá la entrevista.

El joven fue torturado dentro de un tanque y pasó tiempo dentro de "El Tigrito" en la prisión de Ramo Verde, una zona hacinada que compartió con otros 26 hombres. Desde el 6 de septiembre está libre y su próximo destino es Perú.

"Ángel Eduardo se ha resistido a abandonar Venezuela todos estos años principalmente por mí, ya que es hijo único. Pero este episodio lo convenció de algo que yo vengo diciéndole desde hace tiempo, y es que en este país no hay futuro para la gente joven", expresó en diálogo con Clarín Mirza Parra Medina, la madre del joven de 32 años que nació en Comodoro Rivadavia, Chubut, pero que vive desde los 10 en Venezuela.

El periplo de Meso Parra comenzó el 6 de agosto luego de un intento de copamiento del Fuerte Militar Paramacay en la ciudad de Valencia, Estado de Carabobo. El joven estaba en la casa de su madre, a poco más de 1,5 kilómetros del fuerte, cuando unos amigos suyos le comunicaron lo que estaba ocurriendo en el lugar y fue para allá.

En ese momento, tanto la policía como la Guardia Civil se volcaron a la calle para reprimir las manifestaciones de apoyo al incidente, además de repeler los esfuerzos de levantamiento. En ese contexto, Meso Parra fue perseguido por un tanque que finalmente lo alcanzó y, entre 8 miembros de la Guardia Civil, lo forzaron adentro del vehículo.

Contó que “primero lo metieron en el tanque pero ahí nomás lo pasaron a otro. En ese primer forcejeo le sacaron el hombro de lugar, y después en el segundo tanque se turnaron entre 7 para golpearlo. Lo único que él pedía era que no le ataran las manos por atrás ya que el dolor del hombro lo estaba matando. El más sanguinario era el comandante", relató Parra Medina, quien detalló que “la golpiza duró cerca de una hora, durante la cual le fracturaron el dedo índice de la mano izquierda".

La mujer supo que se habían llevado detenido a su hijo ese domingo casi inmediatamente pero pasarían casi 24 horas hasta que pudo confirmar que seguía vivo.

El joven comodorense estaba alojado en el Comando de la Guardia Civil de Ciudad Chávez, donde lo habían recluido sin brindarle atención médica por ninguna de sus heridas ni le habían permitido un cambio de ropa.

Ese lunes, una jueza militar lo condenó a 45 días de prisión. Si bien tenía órdenes de mandarlo al penal de Ramo Verde, debieron esperar para trasladarlo ya que esa cárcel no recibe prisioneros con evidentes signos de tortura, informó el diario.

"Yo pude verlo en el comando el 15 de agosto, un día antes de que lo trasladen a Ramo Verde. Ya habían pasado unos días desde que lo habían golpeado pero en la cara se veían las marcas todavía. No pudimos verle el cuerpo", agrega la mujer.

Ramo Verde se hizo conocido por ser la prisión donde en su momento estuvo alojado el dirigente opositor Leopoldo López. De cualquier manera, no se hubiera cruzado con Meso Parra ya que lo tenían recluido en un sector privado y por sí solo.

Ángel Eduardo Meso Parra arribó a Ramo Verde el 16 de agosto, y fue alojado dentro de una zona conocida como el "Casino". Allí había entre 70 y 80 hombres, aproximadamente entre 17 y 40 años. Los presos de este sector son conocidos como "guarimberos", que es la forma en que se refieren a quienes forman parte de "Resistencia Venezuela", un grupo que protesta diariamente contra el régimen de Nicolás Maduro.

Según Parra Medina, ni bien llegó al joven lo afeitaron y le dejaron una "O" en el medio de la cabeza, lo que lo obligó a raparse completamente. Por razones que no están del todo claras, a los 7 días fue trasladado a la zona de "El Tigrito", donde están recluidos los prisioneros considerados presos políticos. Allí hay 26 hombres hacinados en una sala común, con un solo baño y una ventana pequeña que sólo les permite a los detenidos dilucidar si es de día o de noche.

"Mientras estuvo en el 'casino' tuvo acceso a ciertas cosas, como la posibilidad de salir al patio, que se le acabaron cuando lo trasladaron a 'El Tigrito'. Ahí todo está sujeto a la discreción de los guardias y las condiciones son mucho peores", explica la madre del joven.

La madre del joven detenido aseguró que los prisioneros recibían agua sólo 3 veces al día: a las 5 de la mañana, a las 14 y a las 18. La comida eran raciones mínimas por lo que su madre le llevaba enlatados los días de visita. Según Carlos Julio Rojas, un periodista y líder comunitario que también estuvo detenido en Ramo Verde, las comidas eran solo de 60 gramos cada una.

El joven fue liberado el 6 de septiembre. Pese a la fuerte contención por parte de su familia, el encierro lo afectó más allá de lo físico. "Llegó muy dolorido de la espalda, así que lo llevamos a un médico para que lo atiendan. A eso hay que sumarle el dedo de la mano izquierda, que se va a tener que operar. Cuando llegó, las primeras noches no podía dormir. Estaba como extrañado, raro", afirma su madre.

El joven, que es chef especializado en comida tailandesa y manejaba una empresa de catering con amigos, ahora partirá rumbo a Perú, aunque no está claro que vaya a radicarse ahí.

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