SALTA (ADNSUR) - Norberto José Meana tenía 48 años y era oriundo de Córdoba. Se encontraba en la ruta nacional 56, en la localidad de Coronel Cornejo, departamento de San Martín en Salta en un parate del traslado de una carga de la empresa Arcor que llevaba hasta Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia.

El hombre no se sentía bien esa tarde, y en un contacto con su familia contó que iba a parar a descansar frente a una estación de servicio. “Mi hermano me mandó un audio diciéndome que se sentía muy mal, que le dolía el cuello. Me dijo que se iba a tirar a descansar”, contó su hermano Facundo. Un rato más tarde, intentó comunicarse con Norberto y no tuvo respuesta. “Le había mandado un mensaje para saber si quería que lo despierte pero no me contestó y supuse que estaba cansado”. 

Al día siguiente, a través del satélite lograron ubicarlo en Cornejo, “mi primo Daniel llamó a la Policía y cuando le preguntó por mi hermano le dijeron que no iban a tolerar más, no sabemos qué sustancia o qué tomó este tipo, y mi primo le pregunta si habían llamado a un médico. El policía se quedó callado”, contó a El Tribuno.

Norberto había sido detenido y trasladado a la comisaría, y estaba encerrado en un calabozo. Tras más de 15 horas- supuestamente porque había estado manejando ebrio o drogad - el lunes 16 Norberto fue trasladado al hospital de Mosconi y luego derivado al hospital Juan Domingo Perón de Tartagal. Ingresó con el diagnóstico de un ACV hemorrágico, se trataba de un paciente de alto riesgo con “muerte encefálica”.

“Cuando fui a la comisaría a sacar a mi hermano, me atendió un tal Farfán que me dijo que habían hecho una denuncia anónima al 911 señalando que mi hermano había estado manejando zigzagueando por la ruta el domingo a las 18.30. Y le pregunté cómo había pasado eso si mi hermano en ese momento no estaba en ruta. Abrió grande los ojos y se fue  sin responder. Lo único que me dijo fue que le llevara el certificado médico”, relató el hermano.

La familia estima que Norberto se bajó del camión para orinar y, al verlo tambaleando, accionaron y lo detuvieron. Pero lo cierto es que desde la policía “no se contactaron ni con la familia, ni con la empresa para la que estaba trabajando” y “se lo llevaron esposado y lo dejaron en un calabozo”.

Durante las 15 horas que estuvo detenido su estado se agravó y “lo condujo a la muerte”, asegura su familia. “Lo esposaron de tal manera que tenía las manos hinchadas, en el hospital de Tartagal le sacaron la ropa y cuando pregunté por qué me, dijeron que estaba todo mojado. Cuando vi el pantalón parecía que había cruzado el río, estaba todo orinado. Es decir, mi hermano padeció necesidades básicas y no fueron capaces de hacer algo, lo abandonaron y terminaron matándolo“, denunció Facundo.

La esposa de la víctima aún no realizó una denuncia formal debido a la profunda crisis que atraviesa junto a sus hijos. Pero según publicaciones locales, en los próximos días buscarán un abogado de Córdoba para iniciar acciones legales contra los uniformados involucrados en el hecho, así lo informó Clarín.

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