CAPITAL FEDERAL - Con el segundo semestre en marcha, en el Gobierno toman hoy nota de algunos conflictos que suponía resueltos a esta altura del calendario. El crecimiento sostenido de la inflación y la suba de las tarifas empujan a los gremios a presionar por la reapertura de las paritarias. Pero también vuelven a florecer quejas que no están íntimamente ligadas a los indicadores económicos, como la agudización de las protestas en la administración pública para exigir la reincorporación de miles de trabajadores despedidos y el cumplimiento de la ley marco de regulación del empleo estatal.

Con las tres vertientes de la CGT sumidas en su proceso de reunificación, los sindicatos que no comulgan con la central peronista apuestan a ganar protagonismo con una escalada de protestas. Es el caso de los estatales de ATE, que emerge con poder propio en medio de la interna que surca a la CTA, la central obrera a la que pertenecen.

La cúpula nacional de ATE, con representantes de las 24 provincias, ratificará mañana la convocatoria a un paro nacional para el 11 de agosto. Hay tres razones que aceleraron el llamado a una huelga. La primera: la inflación. La segunda: el rechazo a los despidos "injustificados" en la administración pública. Esta situación se crispó después de que LA NACION revelara el sábado pasado que la mitad de las 10.662 desvinculaciones que hubo en el Estado fueron porque no cumplían ninguna función. Y el tercer punto que avivó la tensión fue la postergación del debate por el cumplimiento de la ley marco de regulación del empleo estatal, que pone la lupa sobre la cantidad de contratos irregulares que desde hace años se multiplican en la administración pública.

"El Gobierno quiere difundir una versión que no está corroborada por la realidad. Hicieron un informe que da cuenta de 5500 trabajadores, de la otra mitad no pueden corroborar que su información sea tal. Aun en el supuesto de que sea verdad , la otra mitad está injustamente despedida", señaló el jefe de ATE nacional, Hugo Godoy.

ATE es el gremio estatal con mayor presencia territorial: cuenta con casi 255.000 afiliados y se jacta de tener el poder para afectar el normal funcionamiento de hospitales y de 830 municipios en los que tiene representación. En la protesta del 11 de agosto, que contemplará una movilización a la Plaza de Mayo, contará con el respaldo del Movimiento Evita, Barrios de Pie y la agrupación que reúne a los cooperativistas. Cuatro días antes, los mismos actores coincidirán en una marcha de protesta que unirá San Cayetano y la Casa Rosada.

Si bien en la CGT la prioridad es hoy preservar el proceso de unidad, que culminaría el 22 de agosto, hay sectores que empujan para acelerar un plan de lucha. Hugo Moyano, Antonio Caló y Luis Barrionuevo convocaron a un plenario de secretarios generales para el 5 de agosto. Será mucho más que un paso burocrático previo al congreso que sellará la unidad. En el plenario podría tomar fuerza la idea de convocar a un paro nacional o activar una movilización a la Plaza de Mayo. Al menos así lo plantearán los gremios del transporte, encabezados por el moyanista Juan Carlos Schmid, uno de los tres hombres que integraría el triunvirato que conducirá a la CGT unificada. Recién con su nueva cúpula, los gremios cegetistas romperían su letargo y estarían dispuesto a desafiar a la gestión macrista.

Fuente: La Nación

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