Los ingresos en el semestre fueron de 7.164 millones de dólares, un 20% menos que los 9.010 del 30 de junio de 2015. Esto significó un margen operativo antes de impuestos de 747 millones de dóalres, lo que significa una disminución del 56% en relación al año pasado. Y una pérdida de 1,56 dólares por acción.
“Como resultado de la debilidad de la actividad que persistirá todo el año 2016 como se esperaba, hemos hecho otro ajuste significativo a nuestra base de costos y recursos, incluyendo la liberación de más de 16.000 empleados durante la primera mitad de 2016 y una mayor racionalización de nuestra gastos generales, la infraestructura y la base de activos –dijo el presidente y CEO de la compañía, Paal Kibsgaard-. Esto ha llevado $ 646 millones en gastos de reestructuración en el segundo trimestre para la reducción de nuestra fuerza de trabajo, así como un cargo por deterioro de activos fijos de $ 1.9 billón (1.900 millones de dólares), inventarios y datos sísmicos multicliente.
También reconocimos $ 335 millones en cargos de fusión e integración relacionados con la adquisición de Cameron”.
“A medida que la recesión ha desarrollado, hemos cambiado nuestro enfoque de la gestión de los márgenes decrecientes a fortalecer aún más la cuota de mercado en los que hemos visto un aumento significativo. A medida que los precios del petróleo se han casi duplicado desde sus mínimos de enero de 2016, ahora estamos cambiando nuestro enfoque para recuperar las concesiones de precios temporales que se han hecho, y para renegociar los contratos con la promesa limitada de la viabilidad financiera a largo plazo”.
