Antes de comprar tu primer par de zapatillas de running es muy conveniente que te hagas un estudio de la pisada para conocer cómo funcionan tus pies mientras corres.

El estudio de la pisada no solo nos sirve para saber cómo pisamos, qué tipo de zapatillas debemos comprar o si necesitamos o no unas plantillas, sino que nos puede ayudar a prevenir posibles lesiones y a correr de una manera más eficaz y eficiente.

Un buen estudio de la pisada, realizado por profesionales médicos calificados, es capaz de detectar descompensaciones posturales, desequilibrios posturales y anomalías o lesiones en pies, rodillas y caderas. No consiste solamente en saber cómo pisamos, sino en conocer cómo funciona nuestro cuerpo en movimiento y en prevenir posibles lesiones que pueden darse en todo el cuerpo corrigiendo estos defectos.

¿Qué pruebas incluye un estudio de pisada clínico?

Dentro del estudio de pisada en la unidad clínica se nos realizará una pequeña entrevista para conocer nuestra historia clínica y el tipo de entrenamiento o vida activa que llevamos. Tras esto se realiza una exploración en camilla en la que se valoran los rangos articulares de tobillos, rodillas y caderas. Los tests biomecánicos evalúan cuál es nuestro tipo de pie, y desde ahí pasamos a las pruebas sobre la plataforma de presiones: estas nos ofrecen datos sobre nuestra huella plantar, tanto estática como dinámica, que nos hablan de nuestra postura corporal. Por último se realizan filmaciones de alta velocidad en carrera y un análisis cinemático en 3D para analizar nuestra pisada en las diferentes fases de la carrera. El 3D Scan Sport Podoactiva es un sistema patentado que permite obtener una réplica del pie en 3D con gran precisión para posteriormente poder diseñar y fabricar en los casos necesarios una plantilla personalizada.

El estudio de pisada y la elección de las zapatillas

A través del estudio biomecánico podremos saber si somos pronadores (si en la fase de apoyo durante la carrera apoyamos el peso de nuestro cuerpo por la zona interior del pie, por el lateral más cercano al dedo gordo), supinadores (si apoyamos el peso por la zona exterior, la más cercana al dedo meñique) o neutros (si apoyamos el peso en el centro). Sabiendo esto, podremos elegir unas zapatillas específicas con control de pronación o supinación, según nuestras necesidades.

También podemos optar por adquirir unas plantillas personalizadas, elaboradas a partir del estudio de nuestra pisada. Estas plantillas son personales e intransferibles, y nos permiten correr con una técnica correcta con cualquier tipo de zapatilla. Las plantillas personalizadas son una buena inversión si somos corredores habituales y queremos evitar posibles lesiones.

Así mismo, el estudio de pisada nos ayuda a detectar las mejoras que debemos realizar en nuestra técnica de carrera. Mediante el estudio podemos detectar, por ejemplo, si taloneamos en exceso en la fase de impacto: una vez detectado podemos corregirlo mejorando nuestra técnica de carrera para caer sobre el mediopié y evitar molestias lumbares.

http://muysaludable.sanitas.es

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