El peor ejemplo. Este pasado lunes, alrededor de las 17.30 horas, una mechera ingresó a una farmacia del Barrio de Almagro, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con el fin de robar. Estaba acompañada por su hija de siete años, quien había salido de la escuela unos minutos antes.

El local, ubicado sobre calle Rivadavia, cuenta con cámaras de seguridad que resultaron determinantes para identificar la verdadera intención de la supuesta cliente que, después de recorrer varias góndolas, se quedó junto a la que exhibía cremas faciales. 

La mujer utilizó a su hija para robar. Había ubicado a la niña de tal forma que los empleados del local farmacéutico no podían verla delinquir, por lo cual en contados segundos escondió cinco cremas para la cara en la mochila de la criatura. 

Sin embargo, cuando se retiraba de la farmacia, el personal descubrió que no había pagado y la retuvieron. Finalmente, devolvió los productos y se marchó. junto a la niña.

“El salón es muy grande y entran mecheras todos los días, por eso hay cámaras. A los chicos de seguridad les llamó la atención los movimientos que hizo esta mujer. Así que estuvieron atentos para ver si pasaba por la caja para pagar. Como no lo hizo, la interceptaron cuando salía y recuperaron lo robado”, detalló Martín, uno de los empleados, a TN.

Las imágenes también muestran esta secuencia en la que la nena fue testigo directa. “No me llama la atención que la haya ido a buscar al colegio y después salió a robar con ella”, finalizó.

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