De artistas, con diseño grafitero y hasta con manual de uso: éstas son las últimas tendencias de diseño gráfico aplicadas a la enología.

Aun cuando muchos pensaban haberlo visto todo en lo que se refiere al diseño gráfico aplicado a la enología, la creatividad en este terreno parece no tener coto. Así lo demuestran muchas de las novedades que continúan ampliando la vasta oferta vinícola que existe en este país y tientan a sus sedientos habitantes a través de una imagen bien diferenciada. Al fin y al cabo, beber también entra por los ojos. Considerando el maremágnum de nuevas marcas que invade el sector vernáculo, vestir el vino con un diseño que sea capaz de llamar la atención del consumidor se antoja un complejo desafío, cuando no una tarea ímproba.

Ante semejante reto, las bodegas suelen esgrimir las consabidas técnicas marquetinianas para sintonizar con sus clientes potenciales, escogiendo estratégicamente la marca -la que buenamente puedan, porque la mayor parte de los nombres que al aficionado se le puedan ocurrir ya están registrados- y desarrollando un lenguaje visual acorde a ella, así como al target pretendido.

En los lanzamientos más recientes del vino español se perciben tres tendencias: el regreso a la estética clásica, en una puesta al día de las de toda la vida en clave más refinada; la apuesta por una creatividad más ligada al mundo del arte, con dibujos e ilustraciones muchas veces barrocos, aunque también a menudo minimalistas, y un diseño de impronta colorista, juvenil y vivaz, que suele coincidir con nombres divertidos y originales -cada vez menos, hay que decirlo- que remiten al espíritu festivo de esta bebida. En este último género pueden englobarse las llamadas con mensaje, recurso también cada día más habitual.Como las etiquetas de líneas clásicas están más vistas, en estas páginas se reproducen algunos ejemplos de las otras dos tendencias en boga.

Entre el rock y la solidaridad

Las nuevas etiquetas en los vinos: botellas con mensaje

Una de ellas es la serie Bienbebido, que busca encontrar parejas ideales, señalando en la etiqueta el mejor alimento para tomar con cada vino: pulpo, pollo, cerdo, vaca, jamón y queso. La otra resulta todavía más arriesgada y revolucionaria: Organic & Orgasmic, vinos ecológicos, naturales y biodinámicos que reivindican el comercio a granel y llegan a la mesa en envases reutilizables.Por fin, otra novedad con mensaje es el Chartier Ribera 2012, firmado por el canadiense François Chartier, especialista en armonías moleculares, cuya etiqueta reproduce imágenes de los alimentos más afines al primer tinto español de este experto de renombre internacional.

Fuente: elmundo.es

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