La pandemia los dejó sin trabajo y desde hace dos años venden comida en las calles de Comodoro
Antonella Tamayo contó a ADNSUR cómo comenzó la venta de comida en la calle. La falta de ingresos y cuatro niños pequeños a cargo la obligó- junto a su marido - a salir en busca del dinero diario. Todo comenzó con la venta de algunas tortas fritas, pero hoy el "negocio" creció, ya tienen clientes fijos y hasta hacen delivery.
“Tortas fritas y rosquitas”, ese fue con el primer cartel hecho de cartón con el que salieron Antonella Tamayo y Gastón Vargas a vender en la esquina de Rawson y Alvear en Comodoro Rivadavia. Y hace ya dos años que están allí de lunes a sábado, todas las tardes a pesar del sol, lluvia y el viento.
Antonella le contó a ADNSUR que tiene 27 años y su esposo 38. Tienen cuatro hijos y viven en el barrio Máximo Abásolo. “Hace más o menos dos años que estamos trabajando en la esquina de Rawson y Alvear vendiendo nuestras elaboraciones caseras”, dijo.
Y recordó que “Empezamos el proyecto con la pandemia porque nos afectó muchísimo financiera y económicamente. Mi esposo se quedó sin trabajo en la construcción y tenemos cuatro niños pequeños. Así que nos vimos obligados a salir a buscar algo para llevar el plato de comida a la casa”.
Primero empezaron vendieron tortas fritas y rosquitas con azúcar, después - por recomendación de los clientes - sumaron budines, pan casero, prepizzas y actualmente, también venden escabeches de berenjena y mondongo “para ir variando un poco”, asegura.
Antonella reconoce que se han hecho conocidos e incluso “tenemos clientes habituales que nos dan una manito” comprándoles, o a veces incluso acercándole ropa para sus nenes que tienen 2, 4 , 6 y 11 años.
“Mi esposo viene conmigo. Siempre venimos los dos. A veces nos turnamos con el cuidado de los niños. Pero la mayoría de las veces venimos juntos”, indicó a ADNSUR mientras dos de sus hijos la acompañan en la venta.
También hacen “delivery” de sus productos, es que si bien no tienen auto, usan el colectivo para no perder ventas.
Antonella no deja de agradecer a quienes les compran y les permiten llevar un plato de comida a su casa. Y a quienes aún no probaron sus elaboraciones, los invita a acercarse porque también hacen pan con chicharrón y panes saborizados, agrega a su menú.