La Universidad Nacional del Comahue (UNCo) emitió señales de alerta ante la difícil situación presupuestaria que atraviesa, marcada por el ajuste presupuestario, la alta inflación y el incremento de tarifas. El vicerrector, Paul Osovnikar, expresó su preocupación al afirmar que la institución solo puede garantizar el dictado de clases durante el primer semestre de este año y advirtió que las condiciones mínimas para las clases presenciales no estarán aseguradas más allá de junio.
Osovnikar destacó que las partidas asignadas son insuficientes y que la devaluación e inflación reducirán aún más el alcance del presupuesto. Afirmó que la universidad no solo proporciona clases, sino que también realiza investigaciones, actividades de extensión y vinculación con la comunidad, todas las cuales se ven amenazadas por la falta de recursos. El vicerrector subrayó que aunque no se prevé el cierre de las universidades, se enfrentarán a un ahogamiento presupuestario que dificultará el desarrollo pleno de sus funciones.
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Ante esta situación, Osovnikar adelantó que la UNCo analizará la posibilidad de solicitar auxilio financiero a los gobiernos provinciales de Río Negro y Neuquén, así como a los municipios donde tiene sedes. La incertidumbre sobre el impacto real de los aumentos tarifarios complica aún más la situación, y la universidad evalúa alternativas para sostener la actividad educativa en la región.
El vicerrector explicó que las clases presenciales estarán condicionadas a la disponibilidad de recursos, especialmente en la segunda mitad del año. La virtualidad, aunque una opción parcial, también enfrenta desafíos, ya que los salarios docentes, esenciales para garantizar la conectividad, podrían quedar congelados en un contexto de alta inflación.