COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR - INFORME EXCLUSIVO) - Dos elementos normativos se combinan para plantear en el horizonte 2019 un fuerte ajuste a través del impuesto a los Bienes Personales, que afectaría sobre todo a los sectores medios de la sociedad. Es que la creación de un organismo federal para revaluar las propiedades de todo el país y un incremento de las alícuotas, sin una adecuación suficiente de la base no imponible, podría deparar fuertes impactos a la hora de aplicar el tributo el año próximo. Aquí tres factores principales, según explica el contador Gerardo Pérez Coyul.

Bienes personales: 3 claves de un posible impuestazo a la clase media

1) Según se publica en el Boletín Oficial de la Nación, se ha creado una oficina federal de valuaciones de inmuebles, con la función de establecer pautas y requisitos para que las provincias establezcan el valor de los inmuebles en sus jurisdicciones. Esa exigencia abarca a los Estados que adhirieron al consenso fiscal del año 2017, entre las que se incluye Chubut. De este modo, el organismo apuntaría a que el valor de las propiedades sea más parecido al de mercado, que actualmente es superior al doble de lo que establecen las valuaciones fiscales (base sobre la que se aplica el Impuesto Inmobiliario), de modo que el impuesto a los Bienes Personales se aplicaría sobre valores de la propiedad mucho más altos que los actuales. Considerando la devaluación del peso frente al dólar y teniendo en cuenta además que muchas veces las propiedades están valuadas en dólares, esto puede implicar fuertes subas en el precio de viviendas y otros inmuebles.

2) En el proyecto de presupuesto 2019, que ya fue aprobado por la Cámara de Diputados de la Nación y se apresta a ser tratado por el Senado, hay dos cambios fundamentales. Por un lado se eleva la base no imponible, que se había fijado en 1.050.000 pesos (un millón cincuenta mil pesos) en diciembre de 2016 y ahora pasaría a 2 millones de pesos. Superado ese límite, el particular comienza a tributar sobre la diferencia. Por ejemplo, si el patrimonio de una persona es de 3 millones de pesos (sumando una vivienda y un automóvil) debe pagar sobre el diferencial de 1 millón de pesos, con una alícuota que será del 0,25% siempre que el patrimonio no supere los 5.000.000 de pesos, para elevarse al 0,5% si supera ese monto y llega hasta los 20.000.000. Superado ese límite, la alícuota será del 0,75%. El impuesto es anual y por ejemplo, sobre una propiedad de 5 millones de pesos, al valor a pagar sería de $7.500 anuales (0,25% x 3.000.000 de excedente), mientras que al superar la segunda escala, por ejemplo con un patrimonio de 6 millones de pesos, el impuesto anual sería de $20.000 anuales (0,5% x 4.000.000 excedentes).

Bienes personales: 3 claves de un posible impuestazo a la clase media

De este modo, más personas podrían verse alcanzadas por el impuesto, tanto por la aplicación del nuevo revalúo, con criterios cercanos al mercado inmobiliario, como por las mayores alícuotas, mientras que el mínimo no imponible no se ha elevado lo suficiente, considerando la devaluación acumulada en los últimos dos años. Hay que recordar que también se incluye la propiedad de automóviles, cuya valuación establece cada año la AFIP, en el mes de diciembre. Así, es bastante probable que miles de contribuyentes que hoy no son alcanzados por el impuesto a los Bienes Personales, deban comenzar a pagar el tributo a partir del año 2019.

3) El efecto también podría trasladarse al Impuesto Inmobiliario. Si bien los municipios son autónomos, se abre la posibilidad para que en las jurisdicciones provinciales se aplique la valuación del nuevo organismo federal, al igual que hizo la provincia de Buenos Aires, donde las boleas multiplicaron sus valores por 10, según refieren medios nacionales.

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