Hasta el momento, el complejo atentado terrorista -con un suicida que se detonó entre la multitud y un supuesto coche bomba que estalló en la entrada del aeropuerto de Kabul, en plena evacuación de los occidentales-  dejó al menos 13 muertos, incluidos niños, y heridos norteamericanos y talibán. Además, cuatro marines norteamericanos se cuentan entre los muertos.

Países occidentales temen que se trate del inicio de una oleada de ataques durante el operativo de evacuación de afganos que huyen del régimen talibán que volvió a instalarse en el país asiático. ​

Un avión alemán con Medivac, que circunvalaba el aeropuerto de Kabul, evacuó a las tropas norteamericanas heridas tras el atentado.

Hay 150 heridos y un militar estadounidense en grave estado. No se han registrado victimas británicas. Al menos 60 heridos han llegado al Kabul Surgical Centre, se informó 

Si bien nadie se adjudicó por el momento el doble atentado, se lo atribuyen al ISIS Korashan, un brazo del grupo yihadista ISIS basado en Afganistán, que tiene como enemigos a los occidentales y al Talibán.

Atentados en Kabul generan pánico y aceleran la evacuación

Las imágenes de las redes sociales, que la televisión no exhibe, muestran pilas de víctimas, por lo que el número de muertos podría elevarse.

Un vocero talibán condenó el ataque suicida en Kabul y confirmó que “fue realizado en la zona controlada por las fuerzas de Estados Unidos”.

Las fuerzas especiales del talibán habían detectado cinco días atrás a miembros del ISIS K filmando objetivos potenciales en el aeropuerto, según informó la CNN.

Ellos se desplazaron en el aeropuerto y sus alrededores para su control cuando se conocieron las primeras amenazas del ISIS.

Gran Bretaña continúa la evacuación

Gran Bretaña anunció que continuará la evacuación tras el atentado. Los aviones continúan volando, o va a ser reforzados con nuevas fuerzas especiales en el terreno para mayor seguridad. Pero otros países ha cancelado la evacuación como Noruega, Holanda,Canadá, Bélgica y Dinamarca.

COMO FUERON LOS ATAQUES

Después de un alerta de un “atentado letal e inminente” de los servicios de inteligencia británicos y australianos, las dos explosiones se produjeron en el atardecer de Kabul, cuando miles de personas esperaban ser aceptados para poder alcanzar las últimas horas de la evacuación occidental.

Un suicida se hizo explotar en medio de la multitud en el canal de aguas servidas, en las cercanías del Hotel Baron, donde se procesaba a los afganos que querían partir del país, tras la llegada del Talibán al poder y antes del 31 de agosto, cuando finalizaba oficialmente la evacuación.

Inmediatamente después un segundo terrorista comenzó a disparar sobre la gente indiscriminadamente y los soldados. En el Baron Hotel vivían los periodistas británicos y las tropas de ese país.

Simultáneamente una segunda explosión se escuchó en la puerta Abbey, que días atrás vigilaban las tropas británicas y donde estaban reporteando los periodistas británicos. Se cree que fue un coche bomba, según las primeras estimaciones.

La puerta Abbey era una de las tres entradas al aeropuerto de Kabul, donde miles de afganos se habían congregado para escapar.

TESTIGOS

Un testigo contó a Tolo News, la televisión afgana, que fue "una poderosa explosión".

"Ví cuerpos y personas heridas en el piso, distribuidas por todas partes y fuerzas extranjeras también. Llevamos a los heridos en carros, en lo que podíamos. Mirá mi ropa. Está cubierta de sangre”, contó.

El objetivo del atentado fue crear un doble daño. Las víctimas de la primera bomba y las que venían a auxiliarlas, cuando la segunda detonación se produjo para mayor daño.

Un intérprete afgano, que esperaba ser evacuado a Gran Bretaña, describió a Sky News un “escenario que parecía el fin del mundo. Vimos a la gente correr con sangre en sus caras y en sus cuerpos”.

El canal de aguas servidas, donde miles de afganos esperaban ser procesados, no tenía control del ejército. No revisaban o palpaban de armas a los que llegaban.

Para los militares ese era el punto débil para un atentado y cuando llegó hace 72 horas la amenaza del ISIS, pidieron a los extranjeros que esperaran instrucciones en sus casas y no concurrieran al aeropuerto por seguridad. Los afganos no los escucharon.

Los hospitales de Kabul estaban este jueves desbordados de heridos. Al menos 150 personas llegaron a la emergencia tras la explosión. En taxis, ómnibus, en vehículos particulares y en ambulancias, los heridos fueron trasladados a los diferentes centros hospitalarios.

Pet Farthing, un ex comando Royal Marine británico y veterano de Irak y Afganistán, que mantiene una batalla con el Ministerio de Defensa británico para poder ser evacuado junto a sus mascotas y su personal de 67 afganos en un avión charteado, estaba en las cercanías del aeropuerto de Kabul, cuando se produjo el atentado.

"De repente escuchamos disparos y nuestro vehículo era el objetivo. Si nuestro chofer no hubiese dado marcha atrás, hubiese recibido un tiro en la cabeza de un hombre con un AK47. Nosotros estuvimos en el aeropuerto, luego fuera del aeropuerto. Todo es un caos. Debo estar seguro que nosotros y los animales estamos a salvo”, dijo el dueño de la ONG Nowzad, que recoge perros y gatos en Afganistán. Su avión charter polaco sigue esperando en la pista.

Los norteamericanos informaron a los aliados que necesitarán “varios días” para extraer sus 6.000 soldados y extraer o destruir el equipo del país ante que se cumpla la fecha de retirada el próximo martes.

Francia insistió en que las próximas 48 horas “van a ser extremadamente riesgosas para sacar más gente de Kabul”. Pero que ellos van a continuar con su misión.

Fuente: Clarín

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