Por Raúl Figueroa) Este martes 4 de julio se pondrán en marcha las últimas dos etapas del llenado del gasoducto que permitirá transportar 11 millones de metros cúbicos por día de gas producido en Vaca Muerta, desde Tratayén, en Neuquén, hacia la localidad de Salliqueló, en la provincia de Buenos Aires. ¿En cuánto se reduce el déficit del consumo del país y de cuánto sería el ahorro, en importaciones de gas? El valor de la obra, según el análisis de un experto insospechado de simpatías políticas con el gobierno actual.

“La obra es imprescindible por varias razones”, reconoció el ingeniero José Luis Sureda, integrante del IAPG y ex secretario de Hidrocarburos de la Nación, durante el período 2015-2017. Según explicó el reconocido referente de la industria, una vez que comience a funcionar a pleno, el gasoducto reducirá una parte del déficit que tiene el país en la parte más cruda del invierno, con una demanda insatisfecha que suma algo más de 40 millones de metros cúbicos por día.

En segundo lugar, porque las obras que están en marcha como complemento, con dos plantas compresoras en Tratayén y Salliqueló, permitirán sumar otros 10 millones de metros cúbicos adicionales, hacia fin de año, por lo que el aporte incremental se elevaría hasta los 21 millones de metros cúbicos diarios.

El tercer factor de importancia, según la explicación del especialista, es porque la cuenca del noroeste está prácticamente agotada (hoy produce sólo 3 millones de metros cúbicos diarios) y Bolivia ya comunicó que desde fin de año dejará de vender gas en firme a la Argentina.

“Se debe cubrir la demanda de las provincias del norte, como Córdoba, que consume 8 millones de metros cúbicos diarios y Tucumán, que consume 6 millones –detalló Sureda, en diálogo con Actualidad 2.0-. Ni hablemos del litoral, que tiene 5 ciclos combinados (para producción de electricidad) y demanda otros 10 millones de metros cúbicos por día”.

DE CUÁNTO SERÁ EL AHORRO EN IMPORTACIONES DE GAS

El ministro de Economía, Sergio Massa, dijo en las últimas semanas que el gasoducto permitirá el ahorro de entre 3.000 y 4.000 millones de dólares en importaciones. Sobre ese punto en particular, Sureda discrepó con los valores para este año, pero reconoció que de cara al 2024 las cifras serán más importantes:

“Lamento contradecir al ministro, pero la cifra del ahorro en importaciones va a estar en el orden de los 1.000 millones de dólares, no más de eso, porque ya pasó la mitad del invierno. Ojalá yo esté equivocado y él tenga razón. Pero para el invierno próximo, sí, el ahorro va a ser mucho más importante, porque vamos a tener los 21 metros cúbicos incrementales y entonces la cifra se va a ir a más del doble, porque lo vamos a tener disponible desde el comienzo del invierno”.

¿Por qué es importante el Gasoducto ‘Néstor Kirchner, que se inaugura el 9 de julio?

Además de esos volúmenes adicionales, el especialista recordó que la cuenca Marina Austral aportará, una vez que concluyan las obras iniciadas la semana pasada, unos 5 millones de metros cúbicos adicionales, a transportarse por el gasoducto General San Martín, que hoy tiene una capacidad ociosa de 15 millones de metros cúbicos por día.

“Los valores del ahorro van a ser esos siempre y cuando se mantenga el precio, porque todo dependerá del precio al que haya que salir a comprar el gas que se necesite importar”, explicó.

QUÉ SE NECESITA PARA SEGUIR REDUCIENDO EL DÉFICIT DE GAS Y EXPORTAR A FUTURO

En la proyección futura de esta obra, el ex funcionario nacional precisó que se necesitan otros dos grandes proyectos, uno de los cuales se licitó en los últimos días, para conectar el gasoducto Centro-Este con el gasoducto Norte, en un trayecto de alrededor de 100 kilómetros.

“Es una obra fundamental y sale un poco tarde, pero tendrá que hacerse contra reloj, porque si no está hecha para el invierno 2024, no vamos a poder reducir todo lo necesario el déficit de gas –aclaró-. La otra obra importantísima, que esperemos que también salga rápido, es la prolongación del gasoducto ‘Néstor Kirchner’, desde Salliqueló hacia San Jerónimo, en la provincia de Santa Fe. Si hacemos estas obras y agregamos dos plantas compresoras más, para poder llevar 40 millones de metros cúbicos diarios desde Neuquén hasta San Jerónimo, ahí sí podríamos subir una parte hacia el Litoral y sacar de funcionamiento la planta regasificadora de Escobar”.

Esto implicaría dejar de importar gas licuado (en estado líquido) que es la importación más cara, por lo que sumaría ahorros adicionales en importación, además de la futura posibilidad de exportar. Para esto se requiere una inversión adicional del orden de los 1.500 a 2.000 millones de dólares, según explicó Sureda, quien añadió que hay perspectivas de contar con financiamiento internacional para ese proyecto.

“ES UNA OBRA DE PRIMER ORDEN MUNDIAL”

La mirada de Sureda es una medida adecuada para dimensionar la importancia de la obra, ya que está insospechada de halagarla por una mera simpatía política con el gobierno actual. Al contrario, el referente fue funcionario del gobierno de Mauricio Macri. Aun con críticas por algunas demoras y otros aspectos de la política energética actual, sin regalar halagos ni falsas expectativas, reconoció:“Nunca fui kirchnerista ni peronista, ni lo voy a ser, pero antes que nada soy argentino –enfatizó ante la consulta sobre aquella filiación política y su reconocimiento a la importancia de la obra-. Cuando veo una cosa bien hecha, la aplaudo, me parece que es hora de empezar a tener buena onda con las cosas buenas que se hacen en el país, porque no son muchas y vale la pena valorarlas”.

Destacó además que el gasoducto fue realizado por 3 empresas de primer nivel, con “un trabajo espectacular, de 5 kilómetros por día, con caños de 36 pulgadas y trayéndolos desde Campana. Es una obra de primer orden mundial, en la que para fabricar los tubos hubo que poner en marcha la planta de Techint en Avellaneda, que estaba cerrada desde hace 10 años porque no trabajaba. Y no se conseguían soldadores de alta presión, por lo que hubo que traer 50 turcos para el trabajo”, ponderó.

En ese marco, auguró que se mantendrá una etapa de construcción de infraestructura, con oleoductos y los gasoductos mencionados, que aún resta concluir para el mejor aprovechamiento de los grandes recursos de Vaca Muerta.

Una anécdota final, que había sido relatada por el mismo especialista ante ADNSUR el año pasado, al momento de evaluar la marcha de la obra. En esa oportunidad, reveló que había hecho una apuesta de una cena con 7 de sus mejores amigos, quienes creían que el gasoducto no estaría terminado el 20 de junio, como finalmente ocurrió (“estoy esperando que estos atorrantes me paguen las apuestas”, concluyó Sureda,  con una sonrisa): desde el Día de la Bandera, se iniciaron las distintas etapas del llenado por tramos, hasta cubrir los 570 kilómetros del recorrido, lo que ocurrirá el próximo sábado 8, para inaugurarse el domingo 9 de julio.

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