¿Cómo impacta la devaluación y el dólar en las cuentas de Chubut?

COMODORO RIVADAVIA (Por Raúl Figueroa / Especial para ADNSUR) -  Está claro que nadie puede alegrarse ni celebrar la grave crisis del país ni los desaciertos de la política económica del gobierno nacional, pero la mejora que implica para las cuentas públicas el aumento de las regalías por impacto de la devaluación posiciona a Chubut en un escenario impensado a principios de este año.

¿Servirán esos ingresos para superar el pago escalonado, mejorar servicios o reactivar obras públicas que brillan por su ausencia? El riesgo de confundir el momentáneo viento de cola con la capacidad del timonel y los mareos electoralistas.

Casi como una paradoja, en el momento en que la economía del país ha vuelto a resquebrajarse por la escalada del dólar y su efecto negativo sobre los precios de la canasta básica y la evolución inflacionaria, el gobernador Arcioni pudo verificar esta semana dos indicadores positivos para la provincia: el aumento de ingresos que le permite superar la situación de déficit en las cuentas públicas, sumado a la refinanciación de deudas con el Estado nacional, que le posibilita iniciar el último cuatrimestre del año con una holgura que ayer le llevó a decir, en Epuyén, que “entre todos superamos la crisis”.

Lo cierto es que, una vez más, la actividad petrolera posibilita un flujo de ingresos que significará a Chubut más del doble de lo que tuvo por la misma vía el año pasado: entre 11.000 y 13.000 millones de pesos, según el analista Daniel Ehnes, sumado al incremento de transferencias por coparticipación federal, de acuerdo a lo planteado por el economista Facundo Ball, que termina arrojando un saldo positivo de casi 3.000 millones de pesos entre los ingresos y los gastos del primer semestre.

VIENTO DE COLA

Una discusión aparte es si esta situación es por mérito de la administración provincial, o si se debe solamente a factores externos.

En todo caso, parece innegable que la inflación licuó buena parte del déficit, ante la demora en reconocer los incrementos salariales al sector público en la primera mitad del año.

Paralelamente, el mercado internacional y la volatilidad petrolera mantiene un ciclo positivo sobre el que no hay incidencia alguna, como tampoco podía haberla cuando cayó en los 3 años anteriores, al tiempo que el descalabro financiero del país terminó multiplicando por 2 los pesos obtenidos de la conversión de cada dólar derivado de las regalías petroleras.

Cuando el viento está de cola, el mérito del timonel es no volver a encallar el barco, como también dirigirlo hacia aguas de mejor navegación.

 ¿Se utilizarán estos recursos adicionales para mejorar el funcionamiento de la provincia, que perdió una gran cantidad de días de clases por pago escalonado de salarios a los trabajadores estatales? ¿Se reactivará la obra pública que depende de fondos provinciales, con algún tipo de salto de calidad para evitar la bochornosa cadena de corrupción que sigue ventilándose en los tribunales?

DEMANDA SOCIAL

La mejora de las regalías petroleras también impacta visiblemente en las cuentas del municipio de Comodoro. Sin embargo, ambos gobiernos, provincial y municipal, deben afrontar una creciente demanda de sectores sociales arrojados al costado por la crisis económica, provocada por un modelo económico nacional que sigue creyendo que los mercados liberados a su arbitrio no son una timba financiera, inversamente proporcional a cualquier proyecto productivo, ni un zorro cuidando al gallinero, ni metáfora que se le parezca.

Buena parte de los recursos adicionales deberán apuntalar también las políticas sociales que hoy ya resultan ínfimas: las insuficientes partidas para comedores escolares o la asistencia a merenderos barriales resultan hoy una dolorosa necesidad, tanto como el desafío de evitar que el asistencialismo sea la única receta en medio de una región con recursos de innegable valor.

Es claro que no hay ni manteca ni, en muchos casos, tampoco techo al cuál tirarla (en Comodoro, de hecho, se mantiene el histórico padrón de 19.000 familias inscriptas en un IPV prácticamente paralizado), pero la notable mejora de los números debería servir para algo más que para consolidar apetencias electorales, sillones personales o intereses sectoriales de cara al 2019.