ESTADOS UNIDOS (ADNSUR) - Los padres de una bebé de 10 semanas fueron acusados de su muerte, luego de que la autopsia reveló que sufrió 96 fracturas en todo su cuerpo.
El padre, Jason Robin de Houston, fue acusado del asesinato de su hija Jazmine. Su madre, Katharine White, fue acusada de lesión por omisión por no protegerla.
Los documentos de la corte muestran que la bebé nació en forma prematura a las 29 semanas de edad. Fue puesta al cuidado de sus padres el 3 de julio de 2018 y readmitida en el hospital el 14 de julio con un “traumatismo craneal claramente infligido”.
El personal informó a los investigadores y Robin le dijo que su hija se negó a tomar del biberón el día que fue admitida y se quedó inerte por unos minutos. Estuvo actuando extraño durante la mayor parte de la mañana, así que la llevó al hospital por la tarde.
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Robin admitió que escuchar el llanto de su bebé lo desesperaba y que de vez en cuando tiraba las puertas cuando su ira se volvía inmanejable, según los registros de la corte.
Los investigadores entrevistaron a tres adultos que compartían una residencia con Robin y White, y dos dijeron que notaron que el bebé tenía un ojo morado, moretones en los brazos y “demasiada sangre” en su lengua.
El pediatra de Jazmine además aseguró que notó moretones alrededor de los ojos de Jazmine en un chequeo el 10 de julio y les dijo a los padres que debían llevarla a la sala de emergencias de inmediato, pero que “no expresaron interés” en la atención de emergencia y dijeron que la llevarían a casa para recuperarse.
Ambos enfrentan la posibilidad de una vida en prisión, dijo la oficina del fiscal del distrito.