RÍO GALLEGOS (ADNSUR) - Una chica de Río Gallegos denunció en las redes sociales haber sido golpeada y amenazada por su ex pareja, quien la habría mantenido varias horas encerrada dentro de su auto. La joven, que está embarazada de varias semanas, manifestó que el agresor quería provocarle un aborto. Denunció la situación en la Comisaría de la Mujer. Al hombre se le impuso una orden de restricción que, no obstante, estaría ignorando.

La joven denunció haber sido víctima de violencia de género el 20 de diciembre cuando su ex, y padre del bebé que espera, la habría privado de su libertad y golpeado.

Según manifestó la chica en redes sociales, “al mediodía me buscó y me llevó a su auto, supuestamente para charlar, pero no pasaron ni cinco cuadras, que él me mandó una piña detrás de la oreja, mientras me increpaba sobre por qué lo había eliminado del ‘Face’”.

Dijo que el hombre, que es guardia de seguridad, “me llevó a la Laguna de los Patos, ahí me estuvo torturando por casi dos horas, me sometía con golpes, torceduras de brazos, me asfixiaba, ahorcaba, trataba de patearme en el estómago y yo me cubría con las piernas; por eso las tenía todas moradas”.

Según informa el diario Tiempo Sur, la joven relató que en varias ocasiones intentó escapar del auto, pero sólo consiguió que su agresor la asfixiara más fuerte o la agarrara del pelo y la golpeara con mayor violencia.

Comentó que durante casi dos horas no pasó nadie por el lugar, pero cerca de las 14:30 empezó a llegar gente a hacer ejercicio. “Entonces me llevó a la Laguna Ortiz, donde me siguió demandando, reclamando cosas y pegándome, asfixiándome hasta al borde del desmayo. Me pegaba en el vientre, yo creo que para provocarme un aborto, y yo me defendía con las piernas. Me reclamaba y me golpeaba”.

POR TELÉFONO 

Tras mostrarle al atacante que le estaba dejando marcas visibles –en la cara, el cuello, la nariz y sus labios- y con la excusa de tener a su sobrina esperando, la joven, Damaris, consiguió que su ex pareja la llevara a su casa.

A los pocos minutos se reanudó el acoso pero por teléfono, según denunció.  “Me mandaba mensajes del tipo ‘esto no se va quedar así’”, dijo.

La agredida se dirigió a la Comisaría de la Mujer y la Familia capitalina a realizar la correspondiente exposición y denuncia. Allí el personal la hizo revisar por médicos –en un centro de atención- y le ofrecieron dirigirse a la OVD, lo que la joven declara haber hecho al día siguiente denunciando nuevamente el hecho.

Durante esa noche, en custodia de su casa quedó un efectivo policial.

Aparentemente, el agresor ya manifestaba violencia: “Siempre hacía escenas de celos, pero ante la situación de estar embarazada, le dije que tomemos distancia; la relación entre ambos pasó a ser sólo el embarazo”.

En ese marco, contó que la intención inicial de su ex había sido pagarle un aborto, a lo cual ella se había negado. Por eso supone que el hombre intentaba provocárselo.

El 22 de diciembre se emitió una orden de restricción, pero el acusado siguió intentando comunicarse con ella, ya no con uno, si no con dos números de celulares diferentes y por WhatsApp: “Me decía que teníamos que hablar, solucionar las cosas, que le dolía en el alma pelearse conmigo, que fuéramos amigos como si nada hubiera pasado. Y recién a los 3 o 4 días me preguntó por el bebé”.

“Me empezó a seguir, rondaba mis lugares de trabajo y mi gimnasio, y hace unos días lo descubrí siguiéndome a pie, a sólo dos cuadras de mi casa. Pasaba un patrullero y pude denunciar la situación”, agregó la joven.

Según le informaron, “le iban a colocar una multa de 500 pesos” por la violación de orden de restricción”.

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