COMODORO RIVADAVIA (Especial para ADNSUR / Por Raúl Figueroa) – La mención por parte del ministro coordinador Víctor Cisterna, en torno a la posibilidad de que desaparezca el subsidio al barril de exportación que acordaron Nación y Provincia, lleva a observar lo que dice la resolución 23 del Ministerio de Energía de la Nación, donde efectivamente se establece que si el crudo tipo Brent alcanza una cotización de 47,50 dólares, el aporte estatal pierde vigencia.

Lo que no debería perderse de vista es que si ya hay dificultades para movilizar los equipos con el subsidio en vigencia, a raíz de las demoras del gobierno nacional para encaminar las deudas reconocidas a favor de las operadoras (por sistemas de incentivo creados por el kirchnerismo desde el año 2008 en adelante), tampoco habría certezas de que con una suba del barril hasta los 50 dólares en el mercado internacional, la actividad en el sur de Chubut volvería a ser medianamente normal.

En efecto, analistas que se desempeñan en ámbitos técnicos apuntan que sin el subsidio de 10 dólares por barril, aun con un precio internacional de 50 dólares, el crudo Escalante seguiría liquidándose en no mucho más de 40 dólares (cifra que surge de restar los descuentos por calidad, las regalías petroleras e ingresos brutos, sumando luego el aporte de reembolsos a la exportación por puertos patagónicos).

Desde esa perspectiva, la situación plantea una encrucijada: con una suba del barril habría un alivio para las cuentas fiscales (tanto nacionales como provinciales), porque desaparecería el compromiso de subsidiar a las petroleras que exportan, pero al mismo tiempo éstas volverían a verse liberadas de la obligación de producir o de mantener equipos en actividad.

Por otro lado, hay coincidencias generalizadas en que el gobierno nacional prepara el escenario para dejar fluir el mercado del petróleo en el país, en línea con lo que ocurre en el plano internacional. Así lo asegura el analista Joaquín Morales Solá en su columna del diario La Nación, el domingo último, aludiendo al incremento de combustibles que autorizó Aranguren la semana pasada y los efectos negativos que tiene el sistema (impactando directamente sobre el costo de vida) para sostener los precios de petróleo, en el país, por encima de los que rigen hoy en el mundo.

Un ejecutivo petrolero reconoce sin dramatismos, pero con total honestidad, cómo sería un escenario posible y sus efectos cercanos: “es posible seguir produciendo petróleo, aun cuando el precio sea bajo y haya una renta escasa o nula; no hay que olvidar que el costo de extraer cada barril puede reducirse si no hay reposición”.

Dicho en términos más sencillos, en ese caso se podría seguir extrayendo petróleo anulando indefinidamente la inversión exploratoria, lo que tal vez no se note en lo inmediato. Significaría seguir trabajando en la actualidad, pero el costo se mediría en una fuerte reducción de las reservas… se taparían las urgencias de hoy, pero crecerían las incertidumbres del mañana no muy lejano.

Por ahora, hay cierta paz consensuada, pero en la industria advierten que la condición es clara. A los 4 equipos que se movilizaron hasta ahora se sumará otro grupo (hasta completar 13) siempre y cuando el gobierno de Macri cumpla el compromiso asumido para pagar la deuda reconocida en el acta del 11 de abril: suma alrededor de 2.000 millones de dólares con toda la industria petrolera.

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