(por Franco Córdoba, enviado especial a Córdoba - PDC) - Diego Romero y Tayavek Gallizzi se conocieron en Mar del Plata, cuando el “Negro” y en aquel entonces la joven promesa santafesina que soñaba con ser profesional.

Los entrenamientos, viajes, el día a día y la vida misma hicieron que tanto el misionero, como el interno hincha de Colón fraguaran una amistad que traspasa hoy a sus familias.

“En Quilmes conocí un chico con muchas ganas de aprender y mejorar. Siempre muy atento a todos los concejos y detalles q uno le puede dar con la experiencia. Taya es un gran amigo”, indicó Romero sobre Gallizzi en diálogo con PDC.

Por su parte, el hoy jugador de Instituto de Córdoba y de la Selección Argentina, subcampeón del mundo en China 2019 rompe la quietud de la charla y juega fuerte: “Diego es mi hermano mayor”.

“Lo que más presente tengo de él es que cuando empecé en el profesionalismo en esos primeros años de Liga, él fue quien que me apoyó y quien me quería jugando en cancha. Siempre me ayudaba y me mantenía tranquilo, me decía que me concentre y me corregía cosas en entrenamientos en el Once Unidos de Mar del Plata", indicó el jugador de 28 años.

Gallizzi no olvida la forma de ser del hoy capitán de Gimnasia y reconoce que “fue la primera vez que un mayor quería que su suplente sea titular”.

“Por eso le tengo tanto afecto y lo quiero tanto, así se dio una relación muy linda tras tantos años”, agregó el santafesino a PDC.

Por su parte, el “Negro”, manifiesta su alegría porque el ex Regatas Corrientes se haya convertido no sólo en profesional, sino que además haya tenido la oportunidad de disputar dos Copas del Mundo con la Selección Argentina, en España 2014 y China 2018.

“Verlo jugar en la Selección y que en Liga pasada sea elegido el mejor pívot me llena de orgullo. Porque se de todo su trabajo y sacrificio para tener estos premios. Pero lo que más contento me pone es ver el hombre q es hoy, ya que sigue siendo humilde, trabajador y formó una familia hermosa, la que considero la mía", aseguró.

Tayavek, Paula y su hijo Batista coinciden en la vida de Diego, Candelaria y sus hijos, Román y Tomás con una hermandad que este sábado quedará por un momento al margen.

Gimnasia va por el título ante Instituto de Córdoba, en una final a la que los dos llegan por diferentes caminos.

El conjunto de Comodoro viene de vencer a Quimsa de Santiago del Estero en cuartos de final y en que en semifinales hizo lo propio ante la Unión de Formosa, le permitió estar en este juego definitorio para los dos conjuntos.

En el caso de la “Gloria”, los comandados por Lucas Victoriano son candidatos por localía, contar con el apoyo de su gente y un plantel rico en individuales y que ya se posiciona como candidato de cara al comienzo de la temporada 2021-22.

Llegan a este choque definitorio tras ganarle primero a Obras Basket y luego a San Martín Corrientes, para estar en el duelo que dará el primer trofeo de la campaña.

“Taya” recuerda que en sus primeros años de Liga hubo un encuentro con Quilmes en donde Romero disputó 35 minutos y al final del mismo el misionero le habló enérgicamente.

“Terminó el partido, ganamos, me puteó y me dijo pendejo de mierda por tu culpa tuve que jugar un montón. Qué te pasa por la cabeza. Esas son actitudes que valoro mucho porque eran sinceras y genuinas y él realmente entendía y quería que me vaya bien”, recuerda con nostalgia el interno de la “Gloria” que llegó esta temporada desde Regatas Corrientes.

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