Karina y Matías son una pareja joven, de 32 años de edad, que decidió prestar atención a las realidades que se cruzaban en el barrio, tomaron coraje y se animaron a fundar en su propia casa un comedor en el corazón del barrio "Las 1008".

Si bien ninguno de los dos cuenta con un trabajo estable, desde hace un mes y medio buscaron  la forma de pedir ayuda y muchas veces compraron alimentos desde su bolsillo para poder ofrecerle a más de 40 niños la merienda los días lunes, miércoles y viernes. Mientras que la cena está disponible entre semana con excepción de los días sábado y domingo.

"La idea del comedor era un deseo para poder ayudar a los chicos, y por 'x' motivo se fue postergando pero llegó un momento en que vimos algunos niños con tanta necesidad que dijimos no esperemos más, hagámoslo", recordó Karina.

El festejo de cumpleaños de uno de los hijos de Karina y Matías junto a sus amiguitos/as del merendero.
El festejo de cumpleaños de uno de los hijos de Karina y Matías junto a sus amiguitos/as del merendero.

El matrimonio vive en un departamento del barrio 30 de Octubre ubicado en planta baja y cuentan con otro espacio justo en frente de su vivienda. Tienen tres hijos de 14, 12 y 10 años.

Previo a consolidar el comedor, Karina y Matías tenían intenciones de hacer remodelaciones en su casa, "pero no pudieron esperar". Comenzaron con 5 o 6 niños que con el correr de los días se convirtieron en más de 40.

En la actualidad, tienen tres mesas, y los chicos se acomodan "como pueden", muchas veces optan por servir la comida en varias tandas. La cena se sirve cerca de las 21 horas, y allí se acercan algunos para comer en el lugar y otras familias retiran su vianda.

"Empezamos con tres paquetes de fideos, hoy para una cena necesitamos más de diez. Nos vamos quedando cortos, porque se van enterando en el 'boca a boca' y cada vez son más vecinos los que se acercan", indicó una de las fundadoras. 

Un matrimonio fundó un comedor en el barrio 30 de Octubre y pide ayuda para asistir a más de 40 niños

La familia vive también de la venta de helados como un ingreso, si bien la mercadería con la que contaban se agotó en la temporada de verano, intentan realizar pequeños pedidos para volver a remontar ese pequeño comercio. "Al principio comprábamos nosotros la comida para servir, pero en un momento ya no nos alcanzó y tuvimos que salir a difundir para conseguir colaboraciones", explicó Karina, y mencionó que unos días atrás recibieron una donación de fideos, tallarines, arroz, polenta, té, mate cocido y algunas harinas. 

"Necesitamos carne, pollo, huevo, verduras, leche, galletitas, papa, cebolla, zapallo, aceite, chocolatada, fideos de guiso, todo ese tipo de alimento bienvenido", valoró la joven. 

Los nenes se acercan al comedor con sus bolsitas, llevan sus platos, vasos y cubiertos. "Nos faltan sillas, y más espacio", detalló la fundadora. Cuentan con un grupo de WhatsApp que lo integran las mamás "fijas" que asisten todos los días, también están aquellas que no tienen teléfono, pero al respetarse una franja horaria logran sumarse.

"La idea no es cortar, hemos hecho notas, tenemos que esperar que venga una asistente social, pero a los chicos no les podes decir 'no voy a hacer más comida porque tengo que esperar', todo es por ellos y no pedimos plata, sólo alimentos", expresó Karina.

Muchos de los nenes se han hecho amigos de sus hijos, lo que se convirtió en un gran impulso para continuar. "Gracias a Dios, la devolución es que la comida está rica", contó entre risas la joven solidaria, quien al principio tenía miedo porque nunca había cocinado para tanta gente.

Aquellos interesados en colaborar con el merendero "30 de octubre" se pueden comunicar al 2974525712. 

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