RAWSON - La historia de “Mishu”, también llamado “Pangui”, empezó el 16 de octubre de 2015. Se trata del puma que fue encontrado en una casa de barrio Sarmiento de Trelew. Conmocionó la ciudad. A poco más de dos años está en medio de un conflicto: quieren volverlo salvaje. Está en el exzoológico de Rawson. Hasta hace un mes vivía en una jaula y tenía contacto con la gente. Ahora lo trasladaron a un predio con muros de cemento de amplias dimensiones, sin ningún tipo de relación con el exterior, para intentar que vuelva a su estado de salvajismo que alguna vez habría tenido.

Las opiniones son opuestas. Abogados ambientalistas sostienen que es lo mejor para reinsertarlo en algún santuario. Veterinarios expertos sostienen lo contrario. “Le arruinaron la vida al animal desde que lo capturaron. El nuevo sitio es horrible”, deslizó Verena Dietz, de Zoonosis de Trelew.

El animal es el centro del conflicto entre ambientalistas, veterinarios que opinan diferente y la comunidad en general, que se expresa por las redes sociales. Actualmente, lo que alguna vez fue el Zoológico de Rawson está cerrado al público. Fue por un amparo interpuesto en el año 2014. Luego de esa medida fue cuando apareció el puma. Agustín Perdomo, responsable del predio, confirmó a Jornada que el animal está allí. Que se encuentra “en muy buenas condiciones” y que “recibe asistencia constante del médico veterinario que hace años cumple funciones en el lugar”.

La permanencia de “Mishu”, como lo llaman algunos o de “Pangui” -que significa “Puma” en mapuche- como es conocido a través de publicaciones de ambientalistas, provocó el continuo movimiento de expertos e interesados en mejorar la calidad de vida del animal. Hubo pericias veterinarias que dieron cuenta de que en algún momento el puma fue salvaje. Por eso ahora intentan que se estimule para luego poder reinsertarlo en otro hábitat. Lo alejaron de la gente y bloquearon todo tipo de ingreso. Está rodeado por un muro de unos 8 metros de alto y tiene una superficie de unos 500 metros cuadrados. Ahora comenzarán a tirarle presas vivas.

Luján Pérez Terrone es la presidente de la Asociación de Abogados Ambientalistas. Explicó a Jornada el amparo interpuesto. “En 2014 salió un acuerdo entre el Instituto de Asistencia Social y en ese momento la Municipalidad de Rawson. Presentado por un particular: Alejandro Krebs. Fue para que se cierre el zoológico y que no entren más animales ni se produzca ningún ingreso de personas que no sean de mantenimiento o control veterinario”.

Informó que en ese ínterin “lo dejaron en el zoológico. En una jaula de 2x2. Realmente muy chiquita. No tenía posibilidad de nada. Trajimos a un especialista: Gustavo Apriles. Es especialista en pumas. Se hizo un informe. Se realizaron pericias al animal, pruebas y se llegó a la conclusión que es un puma que en un momento fue salvaje. No era un animal doméstico”.

Pérez Terrone confirmó que entre quienes tienen la convicción que “Pangui” estará mejor en un predio cerrado, juntaron fondos para terminar de cercar el sitio apostado en Rawson. “Queremos ver si luego se puede liberar. En este habitáculo no tiene contacto con humanos. Está totalmente escondido. Tiene 500 metros cuadrados. Pastizales naturales, piletas, un lugar donde se puede ocultar. Ahí está ahora. Se demoró la mano de obra. Más de 6 mil personas hicieron donaciones para construirlo”.

Si bien los materiales estaban listos, recién ahora se terminó. “Pasamos por cuestiones burocráticas. Las donaciones fueron a la Asociación de Abogados Ambientalistas y, de ahí, hicimos la compra de materiales. Preguntan diariamente por la red change” .

Si bien pasó mucho tiempo desde que el puma habría perdido sus instintos naturales, harán lo posible para que pueda recuperarlos. “Vamos a empezar a tirarle presas vivas. Está ahora como recuperando todo un circuito. No se ve. Se esconde. Puede moverse, correr, es otra cosa. Vamos a ver cómo responde a las presas vivas para ver si lo podemos liberar en un refugio natural. Se trata de un refugio que es reserva protegida, donde no hay caza, no corre peligro. Se puede mover libremente. Pero vamos a ver si el animal responde”.

Contó la abogada que desde que el puma ingresó al exzoológico pasaron muchas cosas. “Entraron muchas personas. Hubo quien le dio de comer en la boca. En ese momento se perjudicó al animal. Ahora la rehabilitación va a ser más lenta y vamos a ver si lo vamos a poder liberar”.

Resalta Pérez Terrone que el puma “no estaba domesticado”. Asegura que a esa conclusión llegan teniendo en cuenta la reacción, su pelaje y las formas. “Un animal domesticado responde diferente. Con tanto tiempo encerrado no sabemos qué sucedió. Se evalúan las posibilidades de liberarlo o buscar un refugio como uno en Estados Unidos, vamos a enviar dos pumas pero son nacidos en cautiverio. De todas maneras, es solo una posibilidad dentro de otras. Hacemos todo un análisis. No vamos a soltar un animal así porque sí. Somos muchos los que estamos ocupados”.

Fuente: Jornada

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