CAPITAL FEDERAL - La pandemia de coronavirus no sólo generó una crisis inédita sanitaria, social y económicoa, sino también tuvo un gran impacto en la educación.  Israel​ fue uno de los primeros países en reanudar las clases y -para otras naciones intentando recuperar la presencia en las aulas- "ilustra los peligros de moverse con demasiada precipitación".

Aunque el manejo de la pandemia​ por parte de Israel fue considerado exitoso al comienzo -cerrando escuelas en marzo e implementando el aprendizaje remoto- unos meses después, con la confianza del bajo número de infectados, el Gobierno israelí reabrió por completo los centros escolares.

Pero entonces una escuela secundaria (Gymnasia Ha'ivrit, de Jerusalén) se convirtió rápidamente en el mayor brote en una sola escuela en el país y, posiblemente, en todo el mundo. Hubo 154 estudiantes y 26 miembros del personal infectados, difunde RT.

Danniel Leibovitch, director de Gymnasia, explicó a The New York Times que hubo "una euforia general" en la sociedad. "La sensación de que habíamos afrontado bien la primera ola y que había quedado detrás de nosotros", amplía. 

Pese a que el Ministerio de Educación había emitido instrucciones de seguridad como el uso de tapabocas, la apertura de ventanas, el lavado frecuente de manos y la distancia de seguridad, un aspecto clave falló: el distanciamiento social.  Además, por la ola de calor permitieron a los alumnos que no usen mascarillas durante cuatro días, y cerraron las ventanas para recurrir el aire acondicionado.

Entonces, el coronavirus pasó de las escuelas a los hogares. Y luego a vecinos, que a su vez lo transmitieron a otros estudiantes, y llegó a más institutos educativos y docentes, detalla la publicación.

La experiencia finalmente terminó bastante mal. El Ministerio de Educación cerró más de 240 centros y puso en cuarentena a más de 22.520 maestros y estudiantes. El saldo al término del año escolar fue de 977 alumnos y maestros contagiados, según las autoridades. 

Setún apunta Clarín, la reapertura anticipada de las escuelas fue considerada el detonante de una segunda ola de contagios de Covid-19. Siegal Sadetzki, quien renunció como director de Servicios de Salud pública de Israel, reconoció que las insuficientes precauciones en las escuelas tuvieron que ver con el nuevo brote.

Como contrapartida y más benévolo, Ran Balicer, funcionario de atención médica israelí y asesor del primer ministro sobre la pandemia, explica que podría haber ocurrido "en cualquier otro entorno" por la rápida reapertura.

"Ejemplo" a tener en cuenta (para no seguirlo)

Eli Waxman, profesor del Instituto de Ciencia Weizmann y presidente del equipo que asesora al Consejo de Seguridad Nacional de Israel sobre la pandemia, calificó la reapertura precipitada vuelta a clases presenciales como "un gran fracaso". También advirtió en el periódico a que otros países a no tomaran el ejemplo.

"Si hay un número bajo de casos, existe la ilusión de que la enfermedad ha terminado", sentencia Hagai Levine, profesor de epidemiología en la Universidad Hebrea y la Escuela de Salud Pública Hadassah, y publica en su artículo RT.

Levine sostiene que abrir el sistema educativo es necesario, pero "gradualmente, con ciertos límites, y debes hacerlo de una manera muy cuidadosa".

Un nuevo año escolar en Israel​ arranca el 1° de septiembre. Más allá de los errores reconocidos, descartan el cierre de las instituciones educativas. "Esta es una pandemia a largo plazo", explicó Nadav Davidovitch, asesor de políticas de pandemia del Gobierno. 

Fuente: Clarín

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