El 18 de mayo de 2011, un avión de la empresa Sol Líneas Áreas se estrelló en el paraje Los Menucos, mientras volaba desde Córdoba a Comodoro Rivadavia. Este martes se cumplen 10 años de la tragedia aérea en la que murieron 22 personas, entre ellos cinco comodorenses y una madre y pequeño bebé de Pico Truncado. Todavía reclaman respuestas de la justicia. 

Se cumplen 10 años de la Tragedia de Sol

Tal como detalló ADNSUR el año pasado, a principios de 2019, el juez Leónidas Moldes sobreseyó a los directivos de la empresa Sol por la tragedia. Sin embargo, la querella que representa a Juan Carlos Rodriguez, el padre de una de las víctimas, apeló el fallo y en junio del último año logró reactivar el expediente bajo otra carátula, lo que volvió a abrir una luz de esperanza para los familiares de quienes fallecieron ese día. 

Esa noche el Aeropuerto General Mosconi de Comodoro fue un mar de lágrimas. Muchos esperaban el arribo de sus familiares que nunca llegaron. La tragedia repercutió en todo el país, ya que en la aeronave había pasajeros de diferentes ciudades; varios de ellos radicados en Comodoro, entre ellos el geólogo y profesor Eduardo Musacchio, el ingeniero Juan Carlos Begovic, el operario petrolero y jubilado Antonio López, la comerciante Sara Tula y el gerente bancario Gustavo Basaldúa. 

En el avión también volaban pasajeros de la región, como Carina Soledad Mansilla de 20 años y su bebé Santiago Benjamín Slopper, de apenas diez meses, oriundos de Pico Truncado.

El resto de los pasajeros tenía vínculo con Comodoro, incluso Juan Raffo, el piloto del avión, que vivió durante cuatro años en esta ciudad, prestando servicios en la Estación Aérea regional que depende de la Prefectura Naval Argentina.

De hecho, la causa judicial que se investigó hasta 2019, intentó culpar a él del accidente. Sin embargo, Juan Carlos, como Marcela Bastit, la esposa de Raffo y también querellante en el expediente, están convencidos de que la tragedia es culpa de la empresa, algo que intentarán demostrar tras el vuelco que dio la causa luego que la Cámara Federal de Apelaciones de Roca revocó el sobreseimiento a los directivos de la aerolínea Danilo Pojmaevich, Horacio Angeli y Juan Alberto Nyffenegger (fallecido) y ordenó una nueva investigación.

Con la causa nuevamente abierta, comenzaron las declaraciones de seis testigos, en su mayoría peritos y técnicos calificados de la JIAAC y también uno de la Dirección Nacional de Aeronavegabilidad (DNA), que estaba a cargo de hacer las inspecciones del avión cuando ocurrió el accidente.

Según informa Clarín, para la abogada de la querella lograron allanar nuevamente el camino que persiguen: demostrar que las verdaderas causas de lo que sucedió son anteriores al vuelo y que existe una cadena de responsabilidades tanto de los directivos de Sol como de los entes del Estado que debieron controlar que el avión no estaba en condiciones de volar.

Se cree que hubo una inadecuada planificación del vuelo, deficiencia en la seguridad operacional, normas y procedimientos aeronáuticos que no se cumplieron, falta de equipos de comunicación, condiciones meteorológicas desactualizadas y falta de capacitación a los pilotos.

A pesar del nombramiento del nuevo juez subrogante Gustavo Zapata y la nueva fiscal Little, el 8 de febrero pasado el juzgado le dio un nuevo revés judicial a los familiares de la tragedia aérea. Con el consentimiento de la fiscalía y el pedido del abogado defensor Roberto Stella, sentenció la prescripción de la causa y, como consecuencia, la absolución de los directivos de Sol.

Según detalla Clarín este martes, ahora, la Cámara de Apelaciones de General Roca deberá decidir si la acción penal prescribió o no. La nueva pulseada depende de la calificación penal que defina el tribunal. El planteo para dar por extinguida la acción penal se debe a que los empresarios eran acusados de "estrago culposo agravado", con penas máximas de cinco años de cárcel. Sin embargo, los familiares de las víctimas plantearon el cambio de carátula al artículo 190,  que castiga por "estrago doloso agravado al que a sabiendas ejecutare cualquier acto que ponga en peligro la seguridad de una aeronave que terminare con muerte". En este caso, la pena es de hasta 25 años de cárcel, por lo que su plazo de prescripción es de 12 años.

EL DÍA DE LA TRAGEDIA

Los pasajeros no imaginaban que ese avión no estaba en condiciones de volar, tal como determinó meses después de la tragedia la Junta de Investigación de Aviación Civil (JIAAC) ya que, entre otras cosas, la nave tenía vencida una de las Directivas de Aeronavegabilidad (AD) relacionada a la hélice. “No debía estar en el aire”, explicó la abogada de la querella en la causa penal que tramita el Juzgado Federal de Primera Instancia de San Carlos de Bariloche, Romina Barreto, en declaraciones publicadas por el mismo diario.

Aquel 18 de mayo de 2011, el piloto de la aeronave, Juan Raffo (45), y su copiloto, Adriano Bolatti, partieron desde la ciudad de Córdoba con el mismo avión y nueve pasajeros a bordo. Primero hicieron una escala en Mendoza y luego arribaron al aeropuerto internacional de Neuquén.

Según se desprende del informe de la Junta de Investigación, la tripulación no pudo averiguar sobre las condiciones climáticas de la ruta hacia Comodoro (su próximo destino), ya que la oficina del Servicio Meteorológico en la ciudad funcionaba de 9 a 16. El último parte se había emitido a las 15 -según informó Barreto-, con lo cual estaba muy desactualizado.

Por ello, Raffo le consultó al comandante Hugo Rodríguez, que venía de pilotear un vuelo reciente desde Comodoro, sobre el estado de la ruta hacia la ciudad petrolera. Según su colega, "estaba normal”, de acuerdo con  el informe de la Junta.  “Sin embargo, la azafata de ese vuelo declaró luego que habían tenido turbulencias por engelamiento y serios inconvenientes para arribar sanos y salvos”, advirtió Barreto.

La tripulación debía despegar de Neuquén a las 20.05 y aterrizar en Comodoro a las 21.58, pero a las 20.50 se emitió una alarma en la que se declaraba el estado de emergencia. De acuerdo al informe de la Junta, la aeronave perdió el control debido a una "formación severa de hielo" en las alas: el fenómeno que se conoce como "engelamiento".

“¡Mayday! ¡Mayday! ¡Mayday!”, escuchó en tres oportunidades el piloto de un avión sanitario que sobrevolaba la zona. Raffo y Bolatti intentaban pedir auxilio a las torres de control de Ezeiza y de Comodoro, pero no lograron comunicarse ya que esa aeronave Saab no contaba con un equipo de comunicación de alta frecuencia (VHF).

Poco menos de media hora después ocurrió la tragedia en la que no hubo sobrevivientes: el avión de Sol se estrellón en el paraje Prahuaniyeu, en la estepa rionegrina.

“La fiscal Silvia Little le preguntó a uno de los investigadores si el hecho de no contar con ese equipo puso en peligro la aeronave. El testigo respondió que sí, ya que el piloto podía haber pedido instrucciones o maniobras a las torres sobre qué hacer o a dónde dirigirse”, dijo la abogada querellante.

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