Martín Morrongiello, un argentino de 32 años, vive en Kiev -capital de Ucrania- desde noviembre de 2021. Hace dos semanas, una llamada de la Embajada de Italia en ese país encendió las alarmas y emprendió un plan de retirada. “Me dijeron que abandonara el país, que el ataque ruso era inminente”, relató.
Martín es oriundo Villa Madero, localidad bonaerense de La Matanza, y es ingeniero informático. Armó su mochila "por si sucedía algo repentino" y habló con su novia ucraniana. "Le expliqué que teníamos que dejar el país cuanto antes". Pero la joven "no creía que esto podía llegar a pasar”.
Finalmente, logró convencer a Kateryna de irse a Cracovia (Polonia) a la espera de lo que podía llegar a pasar en el territorio ucraniano.
En diálogo con TN, contó que están bien. "Vinimos por 10 días, teníamos pasaje de tren para volver mañana. Es increíble la suerte que tuvimos. Por suerte estamos acá y ahora viendo cómo vamos a seguir”.
La policía quemó 3 toneladas de marihuana y drogó a todo el pueblo
Morrongiello trabajo como programador en una empresa de seguridad. "Kateryna me ayudó a conseguir la casa cuando llegué de Barcelona. Viví en España durante cuatro años, hasta que recibí una propuesta laboral y económica muy buena. Por ese motivo acepté venir a Ucrania”, reveló.
Su trabajo le permite continuar realizando sus tareas de manera remota. Aunque la situación en Ucrania no le da la posibilidad de proyectar qué sucederá con su empleo en el corto plazo. “Tengo ahorros para vivir varios meses. Y si me quedo sin trabajo buscaré otro. Priorizo estar tranquilo acá”, dijo.
“En dos días planifiqué el escape. Tenía un vuelo para ir a Barcelona, pero como mi novia no está vacunada no la iban a dejar pasar. En Polonia sí porque tuvo COVID-19 hace poco. Así que vinimos en tren para acá”, expresó.
Hizo el examen de ingreso con lenguaje inclusivo: le pusieron un "une"
“Ahora que estoy afuera del país no tengo miedo. Sí mucho estrés por Kateryna, que tiene a su familia en Ucrania. Pero nada más. Incluso dejé toda mi ropa en Kiev y tampoco me preocupa. Acá tengo lo indispensable y necesario para vivir y estar bien”, agregó.
“Sí debo admitir que estoy mentalmente devastado. Y que lo único que quiero es ver cómo ayudar a la gente de Ucrania. Por lo pronto seguiré trabajando para la empresa hasta donde pueda. Y si vuelvo ayudaré a quienes lo necesiten”, contó.
