CAPITAL FEDERAL - Pese a la negativa de las provincias petroleras, que se oponen a la baja del precio interno del petróleo porque eso impactará en la misma dirección sobre su recaudación por regalías, los productores locales empezaron a facturar más barato el petróleo que se comercializa en el mercado doméstico. En concreto, el precio de venta del crudo despachado en agosto caerá un 2%. Así se desprende de un relevamiento realizado por El Inversor Online por al menos seis empresas de la industria.
La baja del 2% rige sobre el valor del crudo Medanito, que hasta julio tuvo un precio sostén recomendado de US$ 67,50 (a partir de este mes se ubicará cerca de los 66 dólares), y del Escalante de Chubut, con un valor medio de 54,90 dólares. La retracción del importe interno del hidrocarburo es el resultado de una negociación entre empresas productoras –con YPF y Pan American Energy (PAE) a la cabeza- y refinadoras de petróleo –Shell, Axion Energy, Pampa Energía (ex Petrobras) y Oil- en la que intervino el Ministerio de Energía, que dirige Juan José Aranguren.
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El funcionario es, de hecho, uno de los promotores de la medida, que surge en respuesta al incumplimiento de parte del Gobierno del acuerdo de precios trazado con las petroleras a principios de año, que preveía una suba para agosto del 5% de las naftas y gasoil. Como por cuestiones políticas (crisis tarifaria) y económicos (necesidad de frenar las expectativas inflacionarias), el Ejecutivo desestimó ese aumento, las compañías no integradas de refinación plantearon una baja de su materia prima (el crudo que compran en el mercado interno) para mantener a flote sus márgenes operativos, que se vieron afectados por la devaluación.
En una reunión mantenida hace 10 días por Aranguren con directivos de YPF, PAE y Shell se acordó una retracción gradual del precio interno del petróleo de un 2% mensual en agosto, septiembre y octubre para acumular una baja del 6% antes de noviembre. La jugada motivó una reacción de las provincias productoras de hidrocarburos y de los gremios petroleros, preocupados por el descenso de la recaudación impositiva y de la inversión en los yacimientos (que afectará el nivel de empleo) respectivamente.
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Con ese mar de fondo, el gobernador de Neuquén, Omar Gutiérrez, y el líder del sindicato petrolero de esa provincia, Guillermo Pereyra, también senador nacional por el MPN, se reunieron con Rogelio Frigerio, ministro del Interior, para intentar frenar la medida. Frigerio anunció en sus redes sociales que no habría cambios en el esquema de precios: “Mantener el subsidio en el barril del petróleo criollo es entender su importancia en la economía regional para los habitantes en Neuquén”, afirmó en un twitt que luego borraría.
Pese a eso, la baja del precio es una realidad. “Las refinadoras nos están facturando agosto con una baja del 2% que nos pagarán 30 días después de cerrado el mes. Hay varios contratos cerrados y otros se están negociando”, aseguró a este medio un encumbrado ejecutivo del sector.
