COMODORO RIVADAVIA (ESPECIAL PARA ADNSUR / Por Raúl Figueroa) - La última semana de septiembre tendrá para Comodoro Rivadavia y la provincia de Chubut un punto de atención especial en un país tan lejano como Argelia, ya que el día 28 se producirá una reunión extraordinaria de la OPEP que podría alumbrar un acuerdo –según las expectativas emanadas desde Venezuela e Irán- para estabilizar los precios del petróleo.

Más cercano a la realidad local, los indicadores de la crisis petrolera no dejan de plantear interrogantes, ya que la caída de regalías amenaza con desbalancear más las cuentas provinciales de cara al año próximo, en un contexto en el que el déficit fiscal creciente en el conjunto de las provincias.

En los primeros cinco meses de este año, el ingreso por regalías petroleras en Chubut cayó en casi 34 millones de dólares comparados con igual período del año pasado, mientras que al finalizar el año la baja podría ubicarse en el orden de los 70 millones de dólares, es decir más de 1.000 millones de pesos.

Las expectativas en torno a la reunión de la OPEP son moderadas. Ya hubo cónclaves anteriores este mismo año y ninguno obtuvo el ansiado acuerdo de estabilización (en rigor, desde 2014), aquel que en años anteriores bastaba para volver a elevar el precio del barril.

Los principales jugadores del mundo petrolero –entre los que no se cuenta ni remotamente la Argentina- no pudieron ponerse de acuerdo hasta ahora porque Irán, que regresó al mercado mundial tras el levantamiento de sanciones de Estados Unidos, se negó a acordar aquel mecanismo de congelar la producción para subir precios. La diferencia en esta oportunidad, sin embargo, llega desde la propia capital iraní: el presidente Hasán Rouhaní dijo que su país apoyará “cualquier movimiento para equilibrar el mercado y elevar los precios”, según la agencia de noticias del Ministerio de Petróleo de aquel país, citado por el sitio El Economista, de España.

Incluso el venezolano Nicolás Maduro dijo días atrás que la OPEP y sus rivales están cerca del acuerdo.

ESTABILIZAR EL PRECIO

Independientemente de lo que allá se resuelva y la eficacia de esa medida para estabilizar el precio (los analistas no esperan que el crudo vuelva a valores altos, pero al menos que encuentre un piso de entre 50 y 55 dólares por barril), en Chubut los indicadores siguen acumulando signos de interrogación.

Los datos oficiales del Ministerio de Energía de la Nación muestran que en 2016, con datos actualizados hasta mayo, las regalías petroleras cayeron 20,5% en relación al mismo período del año pasado, lo que significa más de 500 millones de pesos.

La proyección de ese dato estadístico al finalizar el año arroja una caída de más del doble de esa cifra, aunque el resultado final se definirá por variables difíciles de predecir: la cotización de los próximos meses y el lento ritmo de producción, que acumularía una caída de entre 5 y 10% al terminar el año.

La caída de ingresos por regalías, sumado además a la recaudación de impuestos propia (en baja por la menor actividad económica) y los provenientes de la coparticipación que envía Nación (también en baja, aunque compensada por las devoluciones parciales del 15% que se habían recortado para financiar a la ANSES) llevó al ministro de Economía de la provincia, Pablo Oca, a reconocer que el déficit al finalizar el año será de alrededor de 2.000 millones de pesos.

UN 2017 COMPLICADO

El dato es preocupante no sólo por lo que queda de este año, sino de cara al 2017: el presupuesto nacional ya contempla un déficit para el conjunto de las provincias del orden de los 90.000 millones de pesos, lo cual sólo puede reducirse a través de pocas variables: o por una fuerte reactivación económica, que permita elevar la recaudación; o mediante una baja en el gasto, que en las provincias se traduce en poner techo a las demandas salariales de los empleados públicos.

En el municipio de Comodoro, por ejemplo, ya comenzaron a tomarse previsiones: el presupuesto 2017 será igual al de 2016, según confirmó el secretario de Hacienda, Germán Issa Pfister: es decir, alrededor de 2.000 millones de pesos.

Más allá de la “creatividad” de la que hablan los funcionarios para seguir gastando lo mismo con la misma cantidad de plata (lo contrario implica reconocer que habrá menos plata para atender las obligaciones del Estado: salud, educación, seguridad, arreglo de calles y rutas, etc), frente a precios que arrastran incrementos no inferiores al 30 ó 40%, las opciones no parecen muchas, salvo que se descubra el secreto de la alquimia.

Por eso, una vez más, la ciudad y la provincia seguirán esperando a que las lejanas decisiones tomadas en un mercado internacional que poco podemos comprender desde aquí, arroje algún tipo de oxígeno a la endeble economía regional.

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