El 8 de enero de 2013, tuvo lugar el primer homicidio del año en Comodoro Rivadavia, que tuvo como víctima a Gonzalo Solari, un peluquero de 29 años, que hace poco tiempo había llegado de la ciudad desde Buenos Aires.

Aquel día, cerca de las 18 horas, el hombre regresaba a su departamento en el barrio Ceferino cuando fue abordado por dos individuos que le exigieron su maletín. Al parecer, los sujetos presumían que el maletín contenía objetos de valor o dinero.

Ante la negativa de Solari, uno de los sujetos le disparó a la altura de la cintura, tras caer al suelo, el restante lo apuñaló en uno de los brazos a la altura del codo, para apoderarse del maletín que el hombre no soltaba pese a la grave lesión. Los delincuentes no lograron su cometido y escaparon. 

Un investigación compleja, que hasta el día de hoy, no tiene culpables. Foto: El Patagónico
Un investigación compleja, que hasta el día de hoy, no tiene culpables. Foto: El Patagónico

Pese a los gritos pidiendo ayuda de la víctima, los vecinos, por temor, se encerraron en sus departamentos. Solo una persona, tras escuchar el disparo y los gritos, concurrió a asistirlo, encontrando a Solari tendido en el suelo con aquel preciado maletín que tenía unas tijeras, un secador y otras herramientas de trabajo, además de algún otro elemento invaluable para el trabajador.

En poco tiempo, una ambulancia arribó al lugar y trasladó al hombre herido de gravedad al Hospital Regional, escoltado por un vehículo policial. El proyectil de una pistola calibre 9 milímetros había impactado en la cintura de Solari, dejando un orificio de entrada y salida. Lamentablemente, la lesión resultó ser mortal, ya que había perforado el hígado, intestinos y vaso, lo que requirió una intervención quirúrgica. A pesar de los esfuerzos médicos, tres horas después se informó su fallecimiento.

UNA COMPLICADA INVESTIGACIÓN

Tras el trágico suceso, la Seccional Cuarta de Policía actuó de inmediato convocando a la Policía Científica debido a la gravedad del hecho. En las cercanías del lugar del mortal ataque, se encontró una vaina servida y varios proyectiles del mismo calibre, presumiblemente caídos por el homicida.

Encontraron una vaina servida y varios proyectiles. Foto: El Patagónico
Encontraron una vaina servida y varios proyectiles. Foto: El Patagónico

La búsqueda de testimonios se tornó un tema complejo, dado que todos se mostraban reacios a hablar con las autoridades o manifestaban no haber visto nada, lo que hacía que se complicara la individualización de los autores.

En paralelo, la Brigada de Investigaciones relevaba cámaras de seguridad que pudieran brindar datos de interés. En aquel tiempo se ubicaba en el lugar un Renault Clío oscuro al que podrían haber abordado los asesinos, mientras que un sujeto a través de Facebook habría posteado “Bajé a uno por unas tijeras”, quien luego terminó cerrando su cuenta, siendo uno de los sospechosos. 

Sin embargo, la falta de pruebas contundentes para poder imputar el delito al menos a una persona, terminó jugando en contra, quedando el caso sin poder ser resuelto.

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