COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) - En horas de la mañana del lunes comenzó el juicio oral y público en relación al hecho acontecido el pasado  26 enero de 2017 en el barrio Próspero Palazzo, que tiene como imputado a Nelson Aguilante, y como víctima a Débora Gisell Martínez. Este lunes se hicieron los alegatos iniciales de las partes y asimismo se escuchó la palabra de nueve testigos, uno de ellos por videoconferencia. Para mañana a las 8.30 hs. se espera continuar con los testimonios propuestos por la parte acusadora.

El tribunal de debate fue integrado por Mariel Suárez, Jorge Odorisio y presidido por Raquel Tassello, jueces penales; por el Ministerio Público Fiscal asistió María Laura Blanco, fiscal general; en tanto que la defensa de Aguilante fue ejercida por Esteban Mantecón, defensor público.

En su alegato inicial la fiscal aseguró que va a probar a lo largo del debate un caso de violencia de género muy extrema, que causara la muerte de una mujer de 28 años de edad a manos de quién en ese momento era su pareja, quién convivía con ella hace más de dos años en el barrio Próspero Palazzo. El femicidio acontece  entre las 21.30 hs. del 26 y las 05.00 del 27 de enero de 2017, en circunstancias en que Débora Gisell Martínez se encontraba en su vivienda, en el barrio Palazzo, en la cual residía también el imputado Nelson Aguilante. Aguilante comienza a agredir a la víctima Débora Martínez, con golpes de puño y objetos contundentes, provocándole múltiples escoriaciones y equimosis, para finalmente producir con sus manos presión en el cuello de la víctima, causando su muerte por asfixia mecánica por estrangulación. Encuadrando jurídicamente el mismo como “homicidio doblemente agravado por haber sido cometido contra una persona con la que se mantiene una relación de pareja; y por haber sido cometido por un hombre contra una mujer, mediando violencia de género”.

Declararon nueve testigos por el femicidio de Débora Gisell Martínez

En contraposición el defensor aseguró que “el autor del homicidio ha sido otra persona, existen al respecto dos posiciones una es por la que acusa la fiscalía y otra la que plantea mi asistido. La fiscal no tiene ningún testigo directo, va a tener que armarlo todo”, aseguró el defensor. “La presunción de inocencia tiene que ser destruida completamente, si existe una pequeña duda, el tribunal deberá absolverlo. La certeza que se requiere para condenar a una persona debe ser absoluta”, concluyó el defensor.

La primer testigo fue la madre de la víctima quién se refirió a la relación de pareja de su hija con el imputado. “Se peleaban y a la semana se volvían a arreglar, empezó a aislarse de la familia y cada vez venía menos”. Recordando amenazas del imputado Aguilante con una de sus hijas, que la iba a matar, porque protegía a su hermana que no quería volver con él y la tomó del cuello. Seguidamente se escuchó el relato del padrastro de la víctima quién mencionó que entre mayo y abril de 2015 el imputado y la víctima iniciaron una relación.

El tercer testigo fue un vecino de Aguilante y la víctima memoró que aquella noche llegan a su casa tarde y escuchan golpes de mano y gritos de un vecino que pide ayuda, que habían matado a su señora y que lo habían golpeado en su cabeza. Solicitando que la ayude a sacar, pero no le vio sangre, y sospechó algo, entonces no quiso entrar, luego inmediatamente llega la policía y sale de testigo de actuación. Su esposa también recordó que Aguilante dijo que lo golpearon en la cabeza pero que no se le veía sangre. Por último se escuchó a un testigo desde Trelew por videoconferencia, dos suboficiales quienes fueron los primeros en llegar; más el de dos auxiliares de la justicia, miembros de Criminalística.

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