Un hombre con un cuchillo en sus manos cometió un impensado error al probar el filo con él mismo, dándose un puntazo en la panza y perdiendo algo de sangre cuando menos se lo esperaba.

De una manera casi suave, el posteriormente herido acercó la punta del arma blanca hacia la zona de su abdomen, dañándose levemente el cuerpo y llevándose un susto de una forma muy infantil.

Al querer verificar si era filoso o no, sintió una pequeña molestia y decidió levantar su chaleco y su remera. Fue ahí que observó que tenía gran cantidad de sangre saliendo de la panza y optó por retirarse del comercio en donde estaba.

El momento quedó registrado por una cámara de seguridad del lugar que mostraba el mostrador y al hombre que finalmente no terminó comprando el cuchillo.

Se desconoce el estado de salud del herido, pero lo que sí quedó claro es que su cuerpo no es el lugar ideal para probar armas punzantes. 

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