Iban 20 minutos del segundo tiempo, el grito de Messi fue un desahogo, rememora otras épocas. El gol de este sábado nos recuerda a otros momentos angustiosos de nuestra selección: el tanto a Irán sobre el final en 2014, el que abrió la cuenta ante Nigeria en 2018.

Lejos de los que hizo al inicio de su carrera, festejando con el pulgar y el meñique con Ronaldinho en Barcelona, el semblante tiene ese factor común: el de liberación. Así como sus compañeros y el cuerpo técnico tras la sorpresiva derrota ante Arabia Saudita, Leo se sacó una mochila pesada y gritó con el alma. Terminada la segunda fecha de su grupo, se encuentra en posición de clasificación a los octavos de final de la principal competición a nivel mundial.

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Argentina llegaba al partido de hoy después de fallar ante una selección de jerarquía menor y, tras un primer tiempo falto de fútbol, prácticamente sin tiros al arco, se encontraba en una encrucijada. Los cinco cambios respecto del anterior partido no habían dado resultado. Scaloni aún no encontraba el equipo y la selección se encontraba afuera de los octavos de final.

Fue la salida de Andrés Guardado, histórico mediocampista mexicano, sumado al ingreso de Enzo Fernández por Guido Rodríguez, en el medio argentino, que llevaron a la selección nacional a mejorar su performance frente a su par norteamericana. Argentina sumó más gente en el medio del campo y México perdió a su baluarte.

Tras la lesión de Lo Celso y los bajos rendimientos de De Paul y Paredes, Argentina debe rearmarse: Los ingresos de Fernández, Palacios y Álvarez fueron positivos hoy y también de cara al partido del miércoles. Argentina pudo encontrar espacios en tres cuartos.

Con Leo en su peak moment, Argentina pudo resolver su mayor problema apoyando a un débil De Paul y a Mac Allister. Distinto a lo esperado, Argentina dominó la mitad de la cancha, tras el gol, metió cinco en el fondo, cuatro por delante y México no la volvió a ver.

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Cuando la pelota más pesaba, fue Leo, el único capaz de hacer lo que hizo, el que la puso contra un palo y abrió el marcador para darle vida a la selección. Minutos más tarde, Enzo Fernández, jugador del Benfica metió el segundo y la selección selló el resultado.

Argentina tiene la tarea que repite en las últimas grandes competiciones: reacomodar el equipo con el que compite. Con Paredes en mal estado físico y con Lo Celso fuera, Scaloni debe configurar un nuevo mediocampo que lleve a la albiceleste a los octavos de final de la copa del mundo.

La selección necesitaba los puntos y los consiguió, la redención argentina es un hecho en Qatar. Lewandowski y Messi reeditarán una disputa el próximo miércoles, eso sí, esta vez será para avanzar a la próxima fase del mundial.

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